- No puede abrir todavía los ojos- le decía Matthew a Ailsa mientras la conducía a un sitio desconocido y Ailsa parecía una niña entusiasmada y curiosa por la sorpresa. Era su cumpleaños y nunca había recibido tantos obsequios desde que se despertó esta mañana y el primer regalo fue un magnífico orgasmo, que su esposo le dio haciéndole el amor apasionadamente. Después, Callum y Matthew le cantaron felicidades con un pastel y le dieron unas cajas con un vestido hermoso y unas joyas espectaculares, que Ailsa no quería ni saber cuánto habían costado. Llegaron más tarde, Catriona y Morag y se habían pasado todo el día en un espectacular almuerzo en familia, lleno de risas y armonía. Desde el día que se reunieron, al regresar, Matthew se quedó con ellos en la finca de Catriona. Les preocupaba dejarlas solas porque Morag aún se estaba recuperando, por suerte, al despertarse, no estaba tan mal como para ser internada. Con el apoyo y el cariño de todos, esta vez superaría la crisis más r
Morag llegó a su destino al sur de Escocia.Ya la estaba esperando el auto que coordinó su secretaria y la llevaría hasta el pequeño viñedo.No le había avisado al propietario que venía, porque quería ver con sus propios ojos cómo estaba en realidad el sitio, sin darle tiempo a maquillarlo o inventarle mentiras, para subir su valor real.Miraba por el camino los campos hermosos que relajaban su mente y decidió que se pasaría unos días aquí, luego de resolver lo de la venta.Morag le indicó al conductor, que le llevara todas las maletas al hotel, que ella lo llamaría luego, para que la viniese a recoger.El hombre asintió y arrancó el auto, dejándola frente a un gran portón de madera que abrió de intrusa y entró a la propiedad.Rezaba porque no hubiese perros guardianes, pero tampoco había nadie cuidando la entrada.Iba por un camino de tierra y lo lejos vio una clásica, pero magnífica hacienda, rodeada de árboles y tierras de viñedos.Se veía espectacular y cálida. Cuando la comprara
Evan caminó hasta el establo y se quedó sorprendido al encontrarse a Morag en brasier, sin blusa y mostrando la mitad de sus blancos senos, justo frente a sus ojos.Por alguna razón se puso bien nervioso, como si fuera un colegial, que nunca hubiese visto los senos de una mujer y ni siquiera era una vista completa.Tosió un poco para llamar su atención y se giró como si no hubiese visto nada.Morag estaba muy cabreada, de dónde había salido esa loca, ni siquiera le dio tiempo a defenderse, antes de lanzarle toda esa apestosa agua encima.Pensó que se demorarían discutiendo, se notaban que ellos dos tenían algo y aunque su pecho se apretó un poco, debería haber sabido que un hombre tan apuesto, ya tenía una mujer.Se quitó la blusa y comenzó a exprimirla, le molestaba que ella, no era de las que se quedaba con ningún agravio y siempre le daba el frente a la situación.Solo que no sabía, como tenía la cabeza baja, que si le estaba dando el "frente" o más bien, el “pecho”, a la situación
Evan se lanzó rápido a la cama y comenzó a abrazar y consolar, a la desesperada mujer entre sus brazos, que se aferraba a él y lloraba en su pecho como si su vida se fuera a acabar en cualquier momento.- Tranquila Sra. MacLeod, cálmese, no está sola. Mo… Morag, cálmate, estás a salvo, estás a salvo - comenzó a hablarle informal ante la situación desesperada, pensando que así llegaría más fácil a ella.La abrazó con más fuerza, casi fundiéndola en su pecho, ahogando sus gritos de dolor y acariciando su espalda temblorosa.Su corazón se apretaba por verla tan frágil, tan vulnerable, cuanto sufrimiento debería tener en su interior para verse así, tan rota.Sabía que había perdido a su familia, una mujer que aparentaba ser fuerte, invencible, pero por dentro, estaba llena de dolor y desesperación.Pasó más de una hora hasta que se quedó dormida entre sus brazos.Evan se había apoyado en el respaldar de la cama y la arrullaba como una niña pequeña, prometiéndole toda la esperanza del mund
- ¡Qué hermosa la señorita, parece una modelo! – le dijo una señora gordita que salía de la cocina secándose las manos en el delantal- ¡Evan no me dijiste que era tan linda, con razón estabas tan embobecido!- ¡Sra. Norma! – interrumpió Evan, avergonzado, mirando a Morag que bajaba las escaleras, con cara de disculpas.- Míralo tan tímido, nunca te había visto así frente a ninguna mujer – se rio de él sin piedad, la señora que llevaba años trabajando para su familia y le había cambiado hasta los pañales, por eso, a pesar de la crisis económica, nunca pensó en deshacerse de ellos.Otra de las razones para conservar el viñedo. Sabía muy bien que el nuevo dueño, seguro, no quería a un par de ancianos trabajándole, pero para Evan, eran más su familia que sus empleados.- Me puede decir Morag, ese es mi nombre, encantada de conocerla, Señora Norma – la saludó Morag con calidez, le gustaban así, las personas sinceras y directas.- Morag querida, Evan es un buen chico, solo que tuvo la mala
- Tú, tú… - comenzó a decirle asombrada a Morag llevándose con incredulidad la mano a la mejilla adolorida y roja. - Yo, soy una mujer con la que no puedes darte el lujo de meterle y la bofetada, es por tu cubito de agua sucia- le dijo Morag amenazante y Alma dio un paso atrás, pegándose a la pared. - No puedes hacerme nada, estamos en mi pueblo, la gente... - ¿La gente, tu pueblo? No me hagas reír, quién se va a ensuciar las manos por una descarada como tú, que solo engañaste a un hombre bueno con tus mentiras – le dijo riendo con sarcasmo, porque ya Norma le había pasado toda la película en un resumen - No me conoces, pero te puedo asegurar, que puedo hacer de tu vida un infierno, así que deja de acosar a Evan porque, ya que tanto te empeñas en decir que soy su amante, te voy a tomar la palabra - Si te vuelves a acercar a mi hombre, voy a hundirte con mis propias manos y no vas a ser persona, nunca más en tu vida. Alma estaba temblando por todos lados, eran solo amenazas, pero
Al otro día, Morag tomó un taxi, hasta la hacienda apartada de Evan.Se regañaba mentalmente, por parecer una chiquilla enamorada, anhelando ver a su primer novio.Ya estaba un poco mayorcita para esas tonterías, pero su corazón traicionero comenzó a latir con fuerza cuando vio, a lo lejos, acercarse el viñedo de los Murray.Solo que todo ese entusiasmo, se enfrió como si le hubiese caído un cubo de agua fría encima, cuando vio otro auto estacionado en las afueras de la hacienda y por su numeración, sabía que no pertenecía a esta zona.- Señora Norma, ¿cómo ha estado? Disculpe que llegue sin avisar, pero tenía algo importante que hablar con Evan- saludó Morag a la señora gordita que le dio la bienvenida en el portón.- Morag querida, pensé que no te veríamos más- la saludó de esa manera y Morag comenzó a tensarse, ¿qué había sucedido en solo un día?- La verdad es que, disculpa mi atrevimiento, pero me había hecho a la ilusión de que serías la nueva socia, solo, que no sé nada de nego
Por la noche, en la hacienda de los Murray, se hizo una gran cena de celebración y Morag les puso en una video llamada de su madre, para que conociera a Norma y a su esposo. Por supuesto, también le mostró a Evan, que estaba nervioso saludando a la señora MacLeod.No era la primera vez que se veían, pero por alguna razón, en esta ocasión se sintió diferente.Estaba sentado más recto que una tabla, hablando educadamente con Catriona, que se estaba divirtiendo un poco con toda esta situación, pero por sobre todas las cosas, estaba agradecida.Agradecida porque pudo ver la felicidad perdida en los ojos de su hija.Ese brillo e ilusión que nunca más le había visto.No sabía si era por su obsesión con Blake, pero podía percibir el interés de Morag en Evan, a ella le gustaba ese hombre y Catriona la apoyaría, para que su hija volviera a enamorarse e intentar formar una nueva familia.Tomaron vino y brindaron por la prosperidad y el renacer del viñedo Murray, hasta que, a altas horas de la