Por la noche, en la hacienda de los Murray, se hizo una gran cena de celebración y Morag les puso en una video llamada de su madre, para que conociera a Norma y a su esposo. Por supuesto, también le mostró a Evan, que estaba nervioso saludando a la señora MacLeod.No era la primera vez que se veían, pero por alguna razón, en esta ocasión se sintió diferente.Estaba sentado más recto que una tabla, hablando educadamente con Catriona, que se estaba divirtiendo un poco con toda esta situación, pero por sobre todas las cosas, estaba agradecida.Agradecida porque pudo ver la felicidad perdida en los ojos de su hija.Ese brillo e ilusión que nunca más le había visto.No sabía si era por su obsesión con Blake, pero podía percibir el interés de Morag en Evan, a ella le gustaba ese hombre y Catriona la apoyaría, para que su hija volviera a enamorarse e intentar formar una nueva familia.Tomaron vino y brindaron por la prosperidad y el renacer del viñedo Murray, hasta que, a altas horas de la
Alma estaba sumamente nerviosa y ansiosa por todo lo que haría hoy.En el banco, ayer, hubo un problema a la hora de la entrega del dinero, porque su amigo le dijo que no había tanto efectivo para darle de golpe.Alma lo miró con un poco de recelo, pero al recibir parte del dinero en sus manos, se calmó y decidió confiar.Era comprensible que, en un banco tan pequeño, no hubiese tanto dinero disponible, así como en una institución más grande, en una ciudad importante.Eso fue lo que él le explicó y Alma le creyó.Alma pensó en ir al banco a buscarlo al otro día, pero si esperaba a que abrieran, entonces no le daría el tiempo para abordar el bus que la llevaría hasta la ciudad de la audición.Así que su “amigo” le dijo que podía llevarle el dinero temprano en la mañana y encontrarse en un sitio discreto para dárselo, porque si del banco sabían del favor que le hacía, al darle el dinero fuera de la institución, podía perder su trabajo.Una vez más, agradeció a ese buen amigo que tanto l
Era una apuesta que había hecho y no se había equivocado, enfermedad del bebé y una mierd4, conocía a Alma de atrás y su sueño siempre había sido irse de este atrasado pueblo, según ella, a ser artista.No le importaban los desvaríos de esta loca, ni como había conseguido sacarle ese dinero a la millonaria, se llevaría todo y el bus lo tomaría él.- Adam, qué sucede, hemos sido amigos por años, espero que no haya ningún problema con dinero, es para mi bebé, él…- Vamos Alma, que ya me tienes harto del mismo cuento, hablemos por las claras, sacate de la falda el dinero que te di ayer, ahora que te lo estoy pidiendo amablemente- le dijo ya quitándose la máscara, el tiempo pasaba y no podía seguirlo perdiendo en tonterías.- ¡Eres un mentiroso, somos amigos, cómo me haces esto Adam, incluso pensé en compartir dinero contigo, no tienes que hacer esto! - le gritó enojada y asustada, mirando a todos lados, para echarse a correr, en cuanto tuviese la oportunidad, esto había sido un error ter
Evan enseguida salió de su sorpresa y miró al bebé, ya más calmado, anidando en el interior de la ropa de Morag.No preguntó mucho los hechos y enseguida fue a buscar el celular para llamar al pediatra que atendía a Bernard y era su amigo cercano.Al tomar el teléfono, había dos llamadas perdidas de Alma, que él no había escuchado por estar profundamente dormido, y seguido un mensaje corto, donde le decía que necesitaba que se quedara con el bebé unos días, porque ella tenía unos asuntos que atender en una ciudad vecina.Esa m4ldita mujer, si necesitaba que se quedara con el bebé, podía habérselo traído con tiempo o esperar a entregárselo en sus manos, cómo se atrevía a dejar a su hijo como basura, tirado en el porche.De solo imaginar que se hubiesen quedado más tiempo acostados, Evan no quería ni pensar en las consecuencias.Pero esta era la última gota que derramaba el agua de la copa, no le entregaría más el bebé, aunque viniese armando un escándalo, la acusaría de abandono, para
Al otro día, Evan tenía que ir al campo, para supervisar a los nuevos trabajadores.Con la ayuda económica de su nueva socia, enseguida contrató al personal que necesitaba, era imposible que él lo hiciera todo, por muchas ganas que tuviese de sacar su viñedo adelante.Morag se quedó cuidando al bebé y recibiendo todo el envío de cosas que le había comprado.Se había entusiasmado tanto en sus compras, que la sala ahora estaba llena de cajas con artículos de bebés y algunos otros, para mejorar la vida en la hacienda.Pero la señora Norma le recomendó a dos mujeres mayores, que eran muy buenas y estaban buscando empleo.Morag se lo pensó, ella no era la mujer de la casa, tenía que consultarlo con Evan cuando él llegara, pero igual le pidió que vinieran por ese día para que ayudaran a la señora Norma a arreglar el cuarto del bebé y otros pendientes en la hacienda, porque era muy difícil que la señora mayor pudiese hacerse cargo de todo.En la noche, Evan llegó algo tarde. Tuvo que ir de
Morag bajó la cabeza y probó de los labios que tanto ansiaba.Evan le correspondió con la misma intensidad, abriendo la boca y permitiendo el saqueo de Morag, sus lenguas se enredaban, se acariciaban y el beso se profundizaba cada vez más.Evan acarició con sus grandes manos los muslos al descubierto de Morag, fue subiendo su vestido hasta acunar sus nalgas entre sus manos, moldeándolas y amasándolas, acomodando todo el peso de ella para que su dura erección se rozara con ese punto caliente y húmedo entre las piernas de la pelirroja.Morag gimió al sentir la dureza de Evan, satisfecha porque él la deseaba y ella estaba muriendo por tenerlo en su interior.Sus manos vagaban por los fuertes músculos de la espalda de Evan, quitándole la camisa del piyama, queriendo verlo y tocarlo íntimamente.Evan la dejó hacer lo que quisiera, estaba dispuesto a darle el control, Morag mandaba sobre su cuerpo y él la complacería de todas las maneras posibles.Las caderas de Morag comenzaron a rozar ade
Morag no perdió más tiempo en explicaciones, ambos eran adultos y responsables de sus actos.Empujó a Evan contra el suelo y se acomodó sobre su musculoso cuerpo, una mano en su fuerte pecho y otra agarrando su dura erección para dirigirla a su entrada, deseaba tanto este hombre, lo deseaba a morir, así que no se aguantaría más.Pero una cosa son los deseos y otra la anatomía, por mucho que Evan había hecho su trabajo “oral” humedeciendo y aflojando su interior, Morag llevaba mucho tiempo sin actividades en la cama.- Morag no hay apuro, tranquila, no te impacientes, no quiero herirte... – se incorporó Evan para consolarla besándola, porque el interior de ella estaba demasiado apretado y se estaba haciendo daño, forzando la penetración.Evan abrió más su entrada, separando sus muslos, y aunque estaba sudando frío, comenzó a mover sus caderas desde abajo suavemente para penetrar poco a poco, en esa cavidad que lo tenía al borde del orgasmo y a penas iba por la mitad de su pene.La besa
Morag y Evan, se fueron a dormir esa noche más dulces que la miel.Decidieron que su nuevo cuarto matrimonial, sería el que tenía Morag, ya que era el más próximo al del bebé y porque Morag no quería estar donde mismo, Alma y Evan habían llevado su vida en pareja.Evan no era el único celoso, pero haría lo que Morag le dijera, lo de él era dormir al lado de la mujer que amaba y si eso fuera en el viñedo o debajo de un árbol, le importaba bien poco.Pero como el destino en ocasiones, solo está esperando a que te relajes un poco para trastornar la felicidad, al otro día, bien temprano en la mañana, antes de que Evan se fuera al campo, llegó la desafortunada noticia.Alma había sido encontrada en una parte alejada, arrojada en un camino poco transitado, apuñaleada y por supuesto, muerta.Un hombre del campo la había encontrado, por todos los buitres que volaban alrededor de esa zona y horrorizado le había avisado a la policía, porque ese era un pueblo muy tranquilo y nunca había presenci