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La belleza tiene su precio
La belleza tiene su precio
Por: Miri Baus
Representante artística

Por Gonzalo

Estábamos cenando en casa, vivo con mis padres, o al menos duermo allí varias veces por semana, lo hago por comodidad, aunque en ese momento estaba incómodo, a veces mi madre se ponía muy densa con el mismo tema, repetía, cada vez que podía, lo hermosa que es su nueva maquilladora, que si es delgada, pero con excelente cuerpo, que si es perfecto, que su altura es ideal, que tiene una cara de modelo, que sus ojos verdes son hermosos y parecen esmeraldas.

Parecía una representante artística queriendo venderla como si fuera un producto.

Estaba seguro que lo hacía a proṕosito, solo para molestar a Marta, mi novia.

Mi madre no quería a Marta, trataba de disimular, aunque creo que mucho no se esforzaba.

En ese momento, la cara de mi novia llegaba al suelo.

Tampoco sé porque le molesta tanto que mi madre hablara de alguién que ninguno conoce.

-Mamá, ya la nombraste mil veces y nadie la conoce, cambiá de tema.

-Perdón hijo, es que es tan bonita y las clientas están felices, además de ayudarlas a vestirse con los vestidos de fiesta, el día de su boda o agasajo, les ofrezco como servicio, que ella las maquille en ese día especial.

-Qué suerte.

Digo sarcásticamente, Marta, mi novia, me mira y sonríe.

Eso no le pasó inadvertido a mi madre.

Por un momento se puso seria.

Suena su celular, era mi hermano avisando que se quedaba en el departamento de su novia.

-Mandale besos a Luz, que la pasen bien, te quiero.

Escucho que corta.

-Nosotros nos vamos, no vuelvo esta noche.

Le cambió la cara cuando le dije que nos vamos, no entiendo, a mi hermano jamás le pone esa cara cuando dice que no viene a casa y eso lo hace…5 o 6 veces por semana.

Aunque tiene que ver que mi madre no quiere a mi novia.

Lo lamento si no le gusta, me tiene que gustar a mí y eso es suficiente.

Mi padre trata de ser más agradable con Marta.

Ya hace 6 años que salgo con mi novia y ella, últimamente también me agota con el mismo tema, quiere formalizar, no me pide que me case con ella, solo que convivamos, pero presiento  que en cuanto convivamos, me va a poner la soga al cuello y me va a llevar de la oreja delante de un juez, para que nos case.

Yo estoy cómodo cuando me quedo en la casa de mis padres y trato de estirar el momento de la convivencia con Marta.

No entiendo a Tiziano, mi hermano, con lo mujeriego que era, conoció a Luz, su novia y se olvidó hasta de sus amigos, no es que los dejó de ver, solo que los vé muchísimo menos.

Está día y noche con Luz, ella dispone de una casa, un poco antigua, pero muy cuidada y está ubicada en medio de una zona comercial y junto con mi hermano, lograron habilitarla para que funcione con consultorios médicos.

Tiziano es kinesiólogo y Luz es nutricionista.

Instalaron allí sus consultorios y como había más habitaciones, las fueron alquilando para cubrir otras especialidades, sobre todo con médicos especialistas en estética.

Me enteré que Mariela, mi prima, que es médica cardióloga, también, una vez por semana   atiende algunas horas desde allí, creo que hasta hay dos psicólogas.

Realmente lo hicieron muy bien y me alegro por ellos.

Tizi, está día y noche con Luz, jamás creí que se pudiera enamorar, no había mujer que se le resista y él aprovechó muy bien sus dones, salió con media ciudad y nunca había tenido novia.

Luz es una chica que sabe lo que quiere, es más, creo quefue ella la que lo encaró a él, no era nada raro, las chicas nos suelen encarar a los dos, debo reconocer que a mí también se me acercan, pero yo soy más tranquilo que Tiziano.

Tengo novia…

Los jueves suelo reunirme con unos amigos, ex compañeros de la facultad, soy ingeniero.

Mi novia, ese día sale más tarde del bufete de abogados donde es secretaria, le faltaban 8 materias para recibirse de abogada, pero no quiso seguir estudiando, ella tiene 35 años, me lleva cinco años, empecé a salir con ella cuando tenía 24 años, la conocí en un pub y no dejaba de mirarme, me acerqué con toda la intención de pasar esa noche con ella, la pasamos juntos, por supuesto y me gustó como era en la cama, por lo que le pedí su número de teléfono y la llame a los tres o cuatro días, asífue que comenzamos a salir, no es super hermosa, pero nos llevamos bien, sobre todo sexualmente.

Mi madre la considera fea, no me lo dice a mí, pero tengo oídos.

Cada vez que habla con Mariela, mi prima, hablan de ese tema, que no sabe que le veo a mi novia, que si es fea, que no terminó la carrera de abogacía teniendo posibilidades para estudiar, que es egoísta y sigue con infinidad de cosas.

Le encuentra mil defectos.

Mariela tiene lo suyo y a veces me cansa, pero tampoco es como dice mi madre, ella exagera.

Con Luz, el comportamiento de mi madre es todo lo contrario, claro que Luz se la supo comprar, y reconozco que es bastante más simpática que mi novia.

Tiene detalles con mi madre que Marta jamás los tendría, por eso jamás le reprochaba que se lleve mejor con la novia de mi hermano, porque si le digo algo y destaca la forma de ser de mi cuñada, mi novia terminaría perdiendo.

Fuimos a un hotel con mi novia, la paso bien, no tiene el mejor cuerpo, ni siquiera es alta, pero en la cama es donde mejor nos llevamos.

A veces me aburro, es normal eso, ya hace 6 años que salimos, por lo que cada tanto, 

cuando salimos con mis amigos, tengo alguna cañita al aire.

Mi madre, los jueves, jamás se preocupa cuando llego tarde o cuando no vuelvo, tampoco lo comenta con Mariela.

Creo que hasta es feliz, ella dice y eso si me lo dijo alguna que otra vez, que Mariela no me conviene, que estoy perdiendo el tiempo con ella.

Lo dijo con dos o tres situaciones muy puntuales por algunos acontecimientos que sucedieron, donde no pude disimular las estupideces que a veces hace mi novia.

Ese jueves, estábamos reunidos en un bar, con Gabriel y con Rodrigo, ellos fueron compañeros míos en la facultad, en un momento trabajamos juntos en una empresa, luego yo me fui a otra empresa donde me ofrecían mejores condiciones laborales, ellos siguieron trabajando por un tiempo en ese lugar y luego cada unos terminó trabajando por su lado, pero a pesar de haber terminado, hace años, la facultad, nos seguimos encontrando cada tanto los sábados o los domingos y por supuesto, los jueves era nuestro ritual.

A veces nos veíamos en el pub donde estábamos ese jueves y alguna que otra vez íbamos a un lugar distinto.

Ese pub guardaba bastantes secretos nuestros, había infinidad de chicas que trabajaban de acompañante.

Era un lugar normal, solo que solían estar, en las mesas que se hallaban detrás de una columna, un grupo de chicas que trabajaban en la profesión más antigua del mundo y por suerte iban variando, o trayendo amigas, sino también sería aburrido.

A veces me iba con alguna que no era prostituta, tampoco me esforzaba demasiado, unos tragos y algunas palabras llenas de halagos y terminamos en mi departamento.

Tengo un departamento, es un semipiso, cómodo, lujoso y es el secreto que le guardo a mi novia.

A Gabriel y a mí, comenzaron a ofrecernos proyectos, más allá de nuestros trabajos, por lo que decidimos asociarnos y llevarlos a cabo juntos.

Los dos seguíamos trabajando, por separado, en distintas empresas, pero nos reunimos para hacer los distintos trabajos que nos iban llegando.

En un momento, a mi padre, en la inmobiliaria donde es socio, le ofrecen un emprendimiento, para terminar un edificio, porque los dueños se habían fundido, el edificio tenía algunos pequeños problemas de estructura.

Mi padre me llamó para charlar sobre ese tema y yo lo llamé a Gabriel.

Había que resolver unas cuantas cosas, pero no era nada grave.

No faltaba mucho para terminar el edificio, pero iba a salir a remate y en la inmobiliaria, los dos socios de mi padre, pensaron que no era un buen negocio comprarlo.

Rápidamente hicimos cuentas. 

Mi padre contaba con dos casas en la costa y con dos departamentos en capital, que estaban en alquiler.

Siempre nos había dicho a mi hermano y a mí, que esos departamentos eran para nosotros, para cuando decidamos vivir solos, pero mientras vivamos con ellos, iban a estar alquilados.

Era una entrada más de dinero y realmente en casa estábamos cómodos.

Por mi parte yo tenía dinero ahorrado como para comprar mi propio departamento, ya hacía un par de años que me había recibido de ingeniero civil y por supuesto, mi salario es bastante alto y a eso le sumaba todos los trabajos que hacíamos en conjunto con Gabriel.

Mi amigo estaba más o menos en las mismas condiciones que yo, pero él estaba un poco más apurado para irse de la casa de sus padres.

Para ese proyecto que le ofrecieron a mi padre, había que vender los dos departamentos de la costa, más los dos departamentos que teníamos en alquiler, más mis ahorros, más los ahorros de mis padres y también los de Gabriel…

Nos seguía faltando una parte.

No había problemas para sacar un crédito bancario, porque por la actividad de mi padre, él tenía contacto con algunos gerentes bancarios.

Nos sentamos con Gabriel y estudiamos cómo reestructurar el edificio, para que en el futuro no hubiera problemas, sumamos a Rodrigo.

Vimos viable el proyecto.

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