— Linda, hay algo que mi esposa y yo queremos decirte. – Sam Bach jamás se había sentido tan nervioso. — De acuerdo, los escucho. — respondió de forma seria la morena. — Esto es muy difícil de contar, pero tratare de ser lo más claro posible para que puedas comprender nuestra preocupación por ti y Rene. — la castaña se acomodó en la cama, para prestar la mayor atención posible. — Hace un poco más de 24 años Samanta y yo nos casamos, no solo porque nos amábamos, lo que adelanto nuestra boda fue el hecho de que mi bella novia estaba esperando a nuestra hija. – la mente de Linda divago por un momento, ella jamás escucho de que Sam Bach tuviera hijos, y es que lo que le había sucedido al mayor de los Bach, solo pocos lo sabían. —El parto se adelantó, yo me encontraba en Paris en ese momento, Samanta aun trabajaba en su clínica, por lo que decidieron en aquel lugar a recibir a nuestra hija, mientras yo trataba de llegar lo antes posible, era lógico saber que no lo lograría, pensaba que
Luego de que la mesa quedara en silencio por unos minutos Linda al fin hablo. —Eso suena, uff peor que cuando Dante amenaza a alguien. — dijo mirando a Rene, quien afirmaba con su cabeza en completo silencio. — Es porque no es una amenaza, es una promesa, veras… hija. — Sam disfruto cada letra de esa palabra, se sentía tan surreal, pero sin embargo era ella, su hija al fin estaba a su lado. — Mañana anunciaremos quién eres realmente, todo el mundo sabrá que eres Dalia Bach. — Linda dejo caer su tenedor de la misma impresión. — ¿Qué? No, no puedes hacer eso. – tenía un cumulo de emociones encontradas y no sabía cómo expresarlas. — ¿Por qué? — El rostro de Sam dejaba ver la molestia, pero trataba de contenerse. — Primero, entiendo que… Dios no sé cómo decir esto sin que suene mal. – Williams tomo su mano, enfundándole confianza, algo que flaqueaba ante la mirada de su padre, pero entonces Linda miro más detenidamente aquellos ojos cafés casi marrones, y descubrió que eran igu
A primera hora de la mañana la casa de los Brown fue invadida por agentes del F.B.I quienes se llevaron a la pareja de reputación intachable ante la vista de todos los vecinos, en calidad de detenidos para compadecer ante la justicia por los delitos de secuestro y robo de identidad de Linda Bach, provocando que los que Linda una vez creyó eran sus hermanos quedaran como los hijos de los mayores maleantes de la comunidad, en aquella ciudad ya no tendrían futuro, si querían llegar a ser alguien en la vida o así se conseguir esposo o esposa, deberían irse de Arkansas.Solo unas horas más tarde la policía tocaría la puerta de la antigua casa de Rene, con el único propósito de llevarse detenido a su padrastro, de quien tenían pruebas suficientes para encerrarlo por un buen tiempo, ya que estaba involucrado en la prostitución de menores, claro que el obeso no se entregaría con tanta facilidad y tratando de resistirse al arresto, lo único que consiguió fue terminar abatido por la policía en
El fin de semana llego, tanto Linda como Rene ya conocían a casi toda la familia, pero ese sábado no solo la terminarían de conocer, también serían presentadas a todas las familias ricas y poderosas que rodeaban a los Bach, y eso si era motivo de nerviosismo para las jóvenes, y más cuando faltando una hora Samanta les entrego sus vestidos, los que se supondrían que serían de gala, pero para sorpresas de las jóvenes terminaron siendo dos vestidos de novias. — ¿Qué significa esto? — dijo aun aturdida Linda. — ¿Cómo qué significa? Sam me aviso hace media hora que consiguiera los mejores vestidos de novia que ustedes habían decidido casarse. — Linda no espero que su madre terminara de hablar y salió en búsqueda de su padre, sin importarle estar en una bata de seda rosa que apenas y la cubría, al primer lugar que fue, la habitación de su padre, seguida por Rene obviamente quien también se paseaba en una bata, pero celeste de seda, sin importarles las miradas de los empleados que estaban
Vincent miraba aturdido a la hija de su primo, por un momento recordó todo lo que Erick le había hecho a la joven y repasando lo que dijo en el jardín creyó que la había ofendió sin darse cuenta. — Disculpa por lo que dije allí a fuera, no fue mi intención herirte… — antes que continuará con su explicación la joven lo detuvo. — A mí me importa un carajo lo que puedan decir de mí ¿porque sabes algo? yo saltaba de cama en cama y no me arrepiento, follé cuanto quise y con quien quise y aquí me vez, casándome de blanco cuando en mi vientre llevo a mis mellizos. — le soltó apretando los dientes de la furia que sentía. — Eres igual a tu padre cuando te enfadas. — Vincent la contemplaba con asombro. — Te estas follando a Rosita. — cada palabra de la joven taladró su mente, provocándole aún más dolor al verse descubierto que la bofetada en sí. — No tengo porque explicar lo que hago con mi vida, lo acabas de decir, tu follaste con cuanta persona quisiste y yo soy un hombre. — Eres un mal
Melania Y Rene caminaron al lado sur del prado, ya llevaban un tiempo hablando de trivialidades, cuando Melania dijo. — Hace muchos años, en este mismo lugar vivía una joven mis simpática, alegre y por lo que dicen era muy hermosa también, cuentan que sus ojos color chocolate eran muy expresivos, y sus labios rellenos y gruesos hipnotizaban a más de un hombre. — ¿Cómo se llamaba? — pregunto sin poder contenerse Rene. — Acacia, Acacia Doxi, era huérfana, sus padres murieron en un accidente automovilístico, pero por suerte tenía a su hermano, un hermoso y fuerte griego, él la cuido y la protegió, pero ¿Quién nos puede proteger de la maldad del mundo? — En el momento que la castaña dijo aquello, Rene supo que no sería una historia con final feliz. — Acacia creció y se convirtió en una joven muy quería aquí, tenía muchos amigos, muchos la querían, incluso tenía un novio, era mayor que ella, Cristopher Fotsis, tenía 20 años y ella apenas 16, era pequeña, demasiado soñadora, tanto como
Mientras Williams y Linda se perdían en una nebulosa de placer y lujuria, fuera de la oficina el ambiente era completamente extraño, los gritos de placer de ambos inundaban el exterior y mientras el custodio de Linda optaba por recordar cada una de las reglas aprendidas en su entrenamiento para mantener la calma y la sangre fría, la asistente quedaba sola ya que su nueva amiga salía de aquel lugar sintiendo más que pena, ya que estas personas sentían que eran ellos lo que estaban invadiendo la intimidad de la pareja y no la pareja infringiendo alguna norma laboral al tener sexo en la oficina. — Hey asistente donde--- — la pregunta de Deivid, quien tampoco se había molestado en aprender el nombre de la pelirroja, quedo flotando en el aire cuando escucho los gemidos que provenían de la oficina. — Dios, que envidia ¿porque mi pequeño ángel no me visita en la oficina? — fue todo lo que el castaño dijo para luego salir con rumbo al ascensor y dirigirse a la reunión que tenían pactada con
Williams escucho el grito de su hermosa reina, esa que le había enseñado lo que era estar enamorado y que le ayudo a sanar todo el daño que aquella mala mujer había provocado en él. Vio lo mismo que Linda veía, un pequeño que corría sin estar consciente del peligro y una madre desesperada por alcanzarlo y evitar lo inevitable, o eso creyó, él realmente pensó que su esposa tendría que aprender a vivir sabiendo que los accidentes ocurren, que hay cosas que no se pueden evitar, como lo que sucedería, que para él era… que su esposa arrollaría a ese pequeño que como burlándose de la muerte dejo ver una sonrisa deteniéndose tras los gritos de su madre, pero se detuvo demasiado tarde, a mitad de la carretera. Nada lo hubiera preparado para lo que su esposa hizo, y es que ella realmente era una reina, y el deber de una reina es sacrificarse por el más débil, Will no lo pensó, Williams no lo supo, hasta que de pronto se vio impactando contra una viga de concreto, trato y Dios sabe que es así