«Me he enamorado de ella»La confesión de Patrick hizo que el salón quedara en completo silencio, mientras él sostenía a Meghan de la cintura y pudo sentirla estremecerse ante sus palabras.—¿Qué? —preguntó Kate, recuperando la voz.—Lo que has escuchado, mamá. Me he enamorado de Meghan y no voy a seguir ocultando mis sentimientos, menos cuando este hombre está coqueteándole y en mis narices. ¡No voy a permitirlo! —expresó serio y tájate.Kate miró a Kiara, como queriendo saber si ella estaba al corriente, pero la joven vestida de novia negó. Además, no iba a echarse de cabeza, ella lo sospechaba, pero no estaba segura de lo que Patrick sentía por Meghan, hasta ahora… ¡Su hermano se había enamorado! Y tal parecía que estaba dispuesto a todo por su relación, solo tenía que ver lo posesivo y territorial que se estaba comportando.—Señor Ferreira, creo que hay una equivocación, yo no…—¡Ninguna equivocación! Está usted alagando a mi chica, invitándola a quedarse en Atenas y convertirla e
«¿Aceptas ser mi novia…?»Los ojos de Meghan se llenaron de lágrimas, en su garganta se instaló un nudo que le impedía hablar, sus labios temblaron cuando Patrick los acarició.—Meghan —le susurró, acercándose un poco para darle un corto beso, esperando a que ella le diera una respuesta.Meghan no podía encontrar su voz, así que abrió los labios y llevó las manos al cuello de Patrick, enredó los dedos entre los cortos cabellos y se pegó a él.Patrick gimió al sentir la pasión con la que Meghan lo besaba, no necesitaba respuestas, sus acciones valían más que mil palabras, él la tomó de la cintura cuando ella se le subió al regazo sin terminar el beso y encendió el deseo entre ellos.Meghan deslizó las manos del cuello de Patrick, acarició su cuello y subió a su mentón, dejando cortas caricias en él.Patrick no pudo resistir la tentación de tenerla sobre su cuerpo, liberó su boca e intercambió los papeles, extendiéndose por completo sobre el cuerpo de Meghan, mirándose a los ojos mientr
«Sí, acepto ser tu novia».Patrick sonrió ante la respuesta de Meghan y le dio un corto beso en la frente antes de acomodarla mejor entre sus brazos, esa noche le hizo el amor hasta el amanecer…El sol de un nuevo día bañó la ciudad de Atenas, alumbrando dos cuerpos desnudos y entrelazados en la cama.Era un nuevo amanecer para ellos y el primero de muchos como novios…—Buenos días —saludó Patrick, besando el hombro de Meghan, pegando las caderas a la perfecta curva de sus nalgas.Meghan abrió y cerró los ojos hasta acostumbrarse a la claridad, se movió hasta acomodarse mejor entre los brazos de Patrick, sintiendo su calor.—Buenos días —saludó con una sonrisa en los labios, sus ojos se encendieron al verse reflejada en los ojos verdes de Patrick.—Tengo que salir —le susurró inclinándose ligeramente para besarle la mejilla.—¿Qué pasa? —le preguntó arrugando la frente al notar un deje de preocupación en el rostro de Patrick.Él negó.—Espérame, ya vuelvo —le dijo. Patrick apartó las
«Patrick».Él se tensó al escuchar la voz de Ray, se giró con lentitud para verlo. El tipo había llegado en el momento menos oportuno; sin embargo, Patrick sabía que lo había hecho con toda intención. Ray no daba un paso sin haberlo planificado antes, su silencio ya era una clara advertencia de lo que podía suceder. Se había confiado.—¿Te comieron la lengua los ratones? —se burló Ray, ignorando a los presentes, mirando a Patrick y a Meghan.Él apretó los dientes y más al sentir el apretón de Meghan sobre su mano, ella estaba temblando.—¿Qué haces aquí? —gruñó, preparándose para atacar.Ray miró a la familia Ferreira y sonrío al darse cuenta de que todos estaban presentes, sin planificarlo había encontrado el mejor momento para fastidiar a Patrick, sobre todo, al darse cuenta de que sucedía algo entre él y Meghan.—Causalidades de la vida, Patrick.—No te creo —refutó Patrick con enfado.—No estaba buscándote, Pat, pero sí a ella. Meghan Summers —declaró.Meghan tembló con violencia
«Me quiere como pago por la deuda de mi hermano».La habitación quedó sumergida en un silencio sepulcral tras la confesión de Meghan, ella no sabía que esperar, se había callado lo del hospital creyendo que era lo mejor. Ahora que Ray había reaparecido y habiendo dejado en claro que seguía esperando cobrarse la deuda con ella, no podía seguir callando la verdad.—¡Voy a matarlo! —el grito de Patrick era una mezcla de odio y rabia. Ray se había convertido en un enemigo personal y ahora estaba seguro de que el problema entre ellos no era Astrid y quizá nunca lo había sido. El verdadero problema era Ray y su necedad de arruinarle la vida, de provocarlo de una u otra manera.Él se apresuró a la puerta, dispuesto a buscar a su enemigo, dispuesto a borrarlo del mapa.—¡Patrick! —gritaron Kate y Meghan al verlo dirigirse a la puerta, pero ninguna de ellas fue capaz de detenerlo, fue Ricardo quien se apresuró tras los pasos de su hijo para alcanzarlo en la sala, donde sus otros hijos esperaba
Patrick llegó a la oficina, dispuesto a retomar su vida, aunque nada era como antes y muchas cosas habían sucedido desde el accidente. Pensaba que cada cosa había sido por una razón y de lo único que sí se arrepentía era de haberle mentido a su madre. Ella era una mujer noble, una excelente madre y abierta a escucharlos sin importar de lo que se tratara.Esa confianza es la que lamentaba haber traicionado y le dolía hacer sufrir a Kate…—¿Todo bien? —preguntó Harrison, entrando a la habitación.—Mamá está molesta y con razón.—Puedo imaginármelo, ¿qué sucedió después de que me fui? —preguntó, Harrison había deseado poder quedarse cuando llegaron a casa, pero Kiara le había pedido que se marchara y que luego conversarían, algo que no había sucedido. Su prometida no le respondía las llamadas.—Le confesé a mamá toda la verdad y lo que me llevó a aceptar la apuesta, también le dije que no me arrepentía de hacerlo. La he herido, Harrison, y, aunque ella me perdone, no creo que yo pueda ol
Meghan trató de liberarse, pero las manos de Ray se cerraban como grilletes sobre su delgada muñeca. Ella miró a todos lados, tratando de llamar la atención de sus compañeros o alguno de los catedráticos, pero nadie se molestó en prestarle atención.—Déjame ir, Ray —le pidió.—No, jamás dejaré ir la oportunidad de ver sufrir a Patrick y de hacer sentir culpable a Paul por tu destino.—Estás secuestrándome y eso es un delito.—Nadie lo sabrá y si lo hacen, nadie podrá probarme nada, para ese momento tu habrás desaparecido entre los cientos de mujeres que son vendidas al mejor postor.Meghan sintió que el corazón se le hundía, en la boca de su estómago se abrió un vació y en su garganta se apretó un fuerte y duro nudo. ¿Cómo podía hablar este tipo de esa manera?—Te dedicas a la trata de personas —no era una pregunta, era una afirmación que Ray no se molestó en negar.—Cállate y será mejor que no te resistas, Meghan, no me obligues a usar la fuerza. No quiero lamentar herir tu bello ros
«¡Kiara!» Kate corrió para ayudar a su hija, su corazón se aceleró y las palpitaciones casi la ahogaron. —Cariño —la llamó, arrodillándose delante de ella y levantando su cabeza para colocarla sobre sus rodillas—, ¡Patrick! ¡Abigaíl! —gritó con desesperación. Abigaíl fue la primera en llegar, la pobre mujer se dio el susto de su vida al ver a su niña desmayada en brazos de Kate. —¿Qué le ha pasado a Kiara? —preguntó con angustia. —No lo sé, Abigaíl —sollozó. La mujer salió corriendo a la cocina, donde había un botiquín, tomó la bolsa de algodón y el alcohol para volver corriendo a la sala. Patrick había escuchado el grito de su madre, se apresuró a dejar a Meghan sobre la cama, la acomodó y cubrió con una fresca sábana antes de volver a la sala con prisa. —¡Mamá! —exclamó al verla sentada en el piso y con Kiara sobre sus rodillas. —Ayúdame, cariño, no sé qué le ha pasado a tu hermana. Estábamos conversando y, de repente, se desmayó —explicó entre sollozos. Patrick se arrodill