Doy un suspiro y me limito a responderle.—Esteban llegó y estuvo con Sam en la cocina, y me enojé, sentí que estaba repitiendo lo mismo que María, a Esteban le encanta quitarme lo que es mío —me enfurezco de solo pensarlo.—María nunca fue, ni será tuya Ale —me soba el hombro y aprieta sus labios, lamentándolo.Yo quedo pensativo ante sus palabras y él sigue hablando.—Así es, piénsalo bien, primero que nada, nadie es de nadie, puede ser para ti, no es tuya. Si realmente ella fuese para ti, no habría pasado lo que pasó, nadie te la quitó, ella te quiso dejar yéndose con otros, todo fue consciente Ale, no seas idiota, ¿O Esteban la secuestro, la amenazó?Niego con la cabeza sintiéndome un nene regañado.—Entonces no digas que te la quitaron, además de que nada eso fue tu culpa, tú diste lo mejor de ti y ella no lo valoró… y ahora tienes a Sam.—Solo es mi amiga con derecho, Agus.—Una amiga con derecho a quien celas, una amiga con derecho con quién sientes emociones extremadam
Mi madre me toma del brazo y me lleva a la sala para estar alejados de Sam.—¿Cómo se ocurre hablarle así? —me reclama enojada.—Solo no quiero mal entendidos —respondo con firmeza.Ella se calla y me examina, para luego soltar en un suspiro.—Está bien.Sé que cuesta entender, pero se supone que respeta mis decisiones, ¿no?Veo a Sam y aunque al verla me hace sonreír, me mantendré distante.—¡Sam, ve a cambiarte! Nos vamos a la playa ya —dije seco y ella asiente.Estoy amargado, me parece que necesito que sus labios me mojen y calmen mi humor… no, joder.¿Acaso debí tratarla mal para que nadie piense que me encanta? No me gusta tratarla mal, ella mi todo, si se enoja, no tendré sexo.Voy a la habitación y cierro la puerta, me quita la ropa y me tapo mi pito con una almohada cuando escucho la puerta abrirse, joder, no le puse seguro.¿De verdad mi madre desea insistir con el tema? Me giro y me doy cuenta que no es ella, es Sam. Ella cierra la puerta y se desnuda mientras ca
Su agarre y su forma de hablarme me hace sincerarme un poco, como si ella fuera la mujer maravilla y todo de ella fuese la soga de la verdad.Ella esboza una sonrisa y me hace sentir seguro.—Te esperaré el tiempo que sea necesario Ale —me dice y me impulsa a darle un beso.—Por eso te escogí, eres perfecta, me entiendes, me aceptas como soy, me obedeces, eres paciente y no me siento obligado a nada —digo mientras sigo dándole piquitos.—Lo que sea por mi papi —sujeta mis labios y mantiene el beso.Sus palabras me hacen sentir bien, pero ella no me ama, dijo que me tiene cariño, el mismo cariño que yo le tengo a ella.Aunque me niegue algunas veces, me gusta cuando se preocupa por mí… y ahora recuerdo cuando ella se me declaró y yo desaparecí por un tiempo de su vida.Admito que no hice lo correcto, pero tuve miedo, ¿Ok? No quería que el amor dañara lo que tenemos, pero creo que yo lo arruine, de igual forma, el amor también tiene la culpa.Pero sé que ella no me ama, porque c
Me levanto, un poco mareada, casi me caigo, pero Ale me sujeta, me volteo a verlo y le sonrío. Ale tiene buenos reflejos como para estar al tanto de su conversación y sostenerme a tiempo. No soy amiga del alcohol, me embriagó rápido.—¿Estás bien? —me pregunta, parece preocupado.Llevamos rato bebiendo y que tomo los tragos como si fuese agua, claro que no estoy bien.—Sí —respondo con una ligera risa.Me incorporo y me quito el vestido, siento la mirada de Ale comerme que me dieron ganas de follar, sin embargo, no seré fácil.Lou se levanta y también se quita su atuendo, caminamos al agua y al tocar mis pies la siento fría, aún así, me adentro en ella hasta que me llegue al pecho. El mar está tranquilo por el rompe olas y hasta el agua se ve clara.—Que linda está el agua —dije logrando ver mis manos.—Es verdad —me apoya.—Hola —se aproximan dos chicos a saludar.—Hola —Lourdes se pone amable.—¡Que guapos son! —se me sale el halago gracias a los poderes del alcohol.—Gra
—Gracias —agradezco a pesar de que no quería cooperar.Fue algo hipócrita, pero bueno, la tolero por Agustín.—¿Querés que te esperemos? —me pregunta mi mejor amigo.Yo veo a Lourdes quién parece salirle humo por las orejas de la furia y hago una mueca.—Nah, mejor váyanse, no sé cuánto me tardaré.—Vale, entonces hablamos mañana.—Dale bro. Me despido de él con una chocada de manos y de Lourdes m pido de lejos con un gesto con la cabeza. Guardo las cosas de Sam y mías en el auto, y luego voy a buscarla en el auto, no es que estuviese lejos, pero creo que sería bueno aproximar el auto.Entro al club y pido una cerveza en el bar porque si no consumes algo, te sacan, no sé como llevaran la cuenta, pero me parece un excelente control, de igual forma, sacar a alguien es poco común ya que por bailar da calor y dan ganas de beber.Busco a Sam por la pista de baile, ella se mueve bastante bien, no dudo que esté bailando, en lugar de eso, solo encuentro a otras minas bailando, sus m
Estoy desconcertado, ¿Qué hice? ¿Le estaba hablando en serio? Bueno, no importa… reaccionó de mis pensamientos y logro ver a Sam bajar por las escaleras, camino con prisa y al tenerla cerca, le sujeto el brazo halándola a mí haciendo que nuestros cuerpos se unan.—¿Ale? —se ve sorprendida.—Finalmente te encuentro angelito —beso su mejilla aliviado—, ahora nos vamos.Estoy contento, pero ella no, por lo que se despega de mí.—No ha terminado la fiesta, así que me quedo —se aleja de mí y termina de bajar las escaleras.Yo la sigo, la tomo de la cintura y la cargo en mi hombro.—¡Bájame! —me pide inquieta.—No angelito, nos iremos a casa porque estás demasiado ebria como para continuar en la fiesta —respondo con autoridad.—¡Ebria tus nalgas! —dice en risas— ¡I am fine! —grita como loca.—No lo estás.Con la mirada busco la salida y me dirijo a ella, mientras lucha por su libertad. Llegando al estacionamiento, alguien grita, está gente está loca.—¡Hey, idiota! Sigo mi cami
Llegamos a la residencia y bajo a Sam cargándola en mi hombro, luego a mi edificio, subimos el ascensor y al llegar a mi puerta, la bajo, colocándola a un lado mientras la sostengo para que no se me caiga.—Ale —ríe y por más que sea contagiosa, me contengo.—Angelito, deben estar durmiendo —le susurro y ella asiente como nena traviesa, nada parece indicar que me hará caso.Abro la puerta y entramos, luego cierro la puerta después de nosotros. Sam empieza a depositarme besos en mi cuello y yo nos guío cuidadosamente hacia la habitación por la oscuridad, me tropiezo con algo y me quejo, por lo que Sam se ríe más, finalmente llegamos a nuestra habitación.Abro la puerta y la luz del pasillo se enciende, yo me asusto por la sorpresa. Me volteo para disculparme por despertar a alguno de mi familia y veo a mi madre, por lo que suelto a Sam y esta se sienta en el suelo.—Que bueno que ya han llegado de la playa —me sonríe y ve a Sam, espero que no lo mal piense.—Estuvo divertido seño
—¿Qué pasó ayer? —intento recordar.—Esa es una excelente opción de película, es cómica, me gustaría verla de nuevo y contigo seguramente es mejor. —bromea y me hace reír.—No Ale, hablo de verdad, ¿Qué sucedió ayer? —insisto.—Nada de lo que debas preocuparte angelito, te cuidé muy bien, así que solo come y vístete —se levanta de su silla y besa mi frente.Ale tarda en separar sus labios de mi piel y yo lo disfruto con los ojos cerrados, doy un suspiro complacida, pero luego siento un cosquilleo, mierda, lo quiero demasiado, y aunque se despegue me siento bien con su presencia.—¿A dónde vamos? Lo veo y lo examino, sus labios me hacen quererlo más a mí.—Solo hazlo angelito, pro favor —exige con delicadeza.—Vale, mandón —bromeo—, ¿Cuánto tiempo tengo para salir? —pregunto mientras empiezo a comer.Está a punto de responderme, pero recibe un mensaje al que lee y luego su humor cambia.—Solo come y arréglate, saldremos en lo que estés lista —responde irritado.Hago lo que