Capítulo 31

Levanto a Sam, apago mi cigarro y lo echa en el cenícero, luego me levanta y pongo a Sam delante de mí, la abrazo por la cintura y caminamos juntos hacia la cocina.

—¡Suerte! Espero que usen los ingredientes adecuados para su comida, no queremos que nos den una sorpresa —dice Agustín antes de irnos.

Yo solo me reí, debe estar un poco celoso, él quisiera estar así con su novia y me parece raro porque Lourdes es caliente, no sé porque andan así, tal vez ya se aburrieron del otro. Yo jamás me aburriría de Sam.

Yo les juro que la haré mía en todas partes cómo que me llamo Alessandro Libertella.

Al llegar a la cocina la volteo para vernos y la pego contra el mesón, paso mi mano derecha por su cara y comienza a mimar su mejilla con mis nudillos, luego junto nuestras frentes.

—¿Que podemos cocinar ayudante? —sonrío perverso— Sé hacer de todo, solo pídelo y yo lo hago —ella me mira pensativa.

—Mmm... Me gustan las tortas tres leches, son muy ricas... ¿Estás de acuerdo? —se remoja los la
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