Dmitry Sokolov (tiempo después) Conocer a Kira fue lo mejor que me pudo pasar en la vida. Esa mujer cada día sigue sorprendiéndome y dejándome sin palabras. Sin duda alguna es mi otra mitad, es la mujer perfecta para mí y para mi mundo. Todavía sigo sin creer que soy el hombre que duerme con ella todas las noches, que soy a quien ama y al que desea con locura. Soy el sujeto más afortunado del planeta por tener a alguien tan inigualable como lo es ella. El día que fuimos a la clínica Vigo me pidió exclusivamente que no le comentará nada a Kira sobre su relación con Yelena. Al parecer ella no quiere que su amiga sepa que se acuesta con su padre porque siente que la decepcionará por completo y acabará con la relación que tienen ambas. En ese instante dudé de aceptar, pero al analizar la situación en la que se encuentran decidí que era mejor no entrometerme. Él prometió hablarle del tema luego de que pasara todo esto y de que Yelena aceptara comentarle a Kira por su propia iniciativa.
Kira Petrova.Carta de aceptaciónLa Academia de Ballet Vaganova se complace en informarle que usted ha sido admitido(a) para formar parte de nuestro programa académico del próximo año. ¡Felicidades! Es importante que el día de ingreso usted… Ni siquiera termino de leer la carta cuando ya estoy dando saltos de la emoción. ¡No puedo creerlo! ¡Me aceptaron! ¡Sí! ¡Es increíble! —Mamá, mamá, ¡me aceptaron! —grito, eufórica bajando las escaleras de la casa hasta llegar a su despacho.—Te aceptaron, ¿dónde? —pregunta confusa quitándose las gafas. —En la academia de ballet, mamá —levanto la carta de aceptación mostrándosela.—Mmm… Ya sabes lo que opino al respecto, no sé por qué te molestas en alegrarte porque no pienso dejar que pierdas tu tiempo en esas tonterías que no te labrarán un futuro. Estudiarás economía y te harás cargo de la empresa. Esas estupideces del ballet lo puedes dejar como pasatiempo —comenta pasando de mí y concentrándose de nuevo en los documentos que tiene frente
Meses despuésKira Petrova.Me encuentro terminando de empacar mis cosas cuando de pronto la puerta de la habitación se abre abruptamente. Levanto la vista para divisar de quién se trata y veo a mi madre de brazos cruzados observarme detalladamente. —Así que es cierto, te vas a ir…—Sí —respondo tajante y continúo ajustando las maletas.—¿Estás segura de lo que estás haciendo? —inquiere acercándose a mí.—Lo estoy. —Muy bien, entonces no tengo nada más que hacer aquí. Nos veremos pronto porque no me cabe duda de que dentro de poco entrarás de nuevo por esa puerta diciéndome que te equivocaste y que no debiste irte. —No lo haré, mamá y si regreso no será a pedirte dinero. Soy adulta y debo responsabilizarme de mis propios actos. Si caigo me levanto y si me lastiman aprenderé de los errores y seguiré adelante. No le temo al fracaso porque para ser mejor a veces es necesario equivocarse. Debo aprenderlo por mi cuenta, quizás cuando pase piense que tuviste razón, pero aun así me levant
Meses despuésKira Petrova.Me encuentro terminando de empacar mis cosas cuando de pronto la puerta de la habitación se abre abruptamente. Levanto la vista para divisar de quién se trata y veo a mi madre de brazos cruzados observarme detalladamente. —Así que es cierto, te vas a ir…—Sí —respondo tajante y continúo ajustando las maletas.—¿Estás segura de lo que estás haciendo? —inquiere acercándose a mí.—Lo estoy. —Muy bien, entonces no tengo nada más que hacer aquí. Nos veremos pronto porque no me cabe duda de que dentro de poco entrarás de nuevo por esa puerta diciéndome que te equivocaste y que no debiste irte. —No lo haré, mamá y si regreso no será a pedirte dinero. Soy adulta y debo responsabilizarme de mis propios actos. Si caigo me levanto y si me lastiman aprenderé de los errores y seguiré adelante. No le temo al fracaso porque para ser mejor a veces es necesario equivocarse. Debo aprenderlo por mi cuenta, quizás cuando pase piense que tuviste razón, pero aun así me levant
Dmitry Sokolov.—¿Quién carajos es el que se está metiendo en mi territorio? —pregunto a través de la línea. —Son los alemanes, señor.—Malditos alemanes. ¡Quiero que me traigan a Anton justo ahora! Le recordaré con quién se está metiendo —espeto, furioso. Cuelgo la llamada y lanzo el teléfono al escritorio. Desde hace un tiempo he visto que mi mercancía se ha visto afectada por culpa de sus hombres. No puedo dejar que esta situación se me escape de las manos. Piensa que puede venir e invadir el territorio con más demanda de drogas en toda Rusia; quiere quitarme a mis clientes y está jodido si cree que lo dejaré. Sé que ellos no me fallarán, el producto que vendo es de excelente calidad y no arriesgaran su negocio solo por un aficionado que supone que es mejor que yo. Le enseñaré de qué estoy hecho a ver si así se baja de su nube de algodón. Toda mi vida he estado rodeado de los mafiosos más grandes del país. Mi padre me dejó su legado y desde entonces aprendí a valerme por mí mi
Kira PetrovaNo sé en qué momento me atreví a hacer está locura, pero ya estoy metida en este embrollo. Me encuentro con Agata en una tienda de lencería comprando las cosas necesarias para el acto que daré por primera vez hoy.Esta noche haré acto de presencia en The Dark, el local donde trabajan las chicas. Estoy muy ansiosa porque no sé si lo que tengo preparado vaya a agradarles. Esta semana preparé la rutina según lo que observé la noche que fui de espectadora; Yelena también me ayudó integrando pasos sensuales que captarán la atención de los hombres. Esto es muy importante para que puedan darme propina y obtenga una buena paga.—Este conjunto se te verá bien, Kira. —escucho a Ágata a lo lejos mientras yo camino por los pasillos del lugar.Me dirijo hasta donde se encuentra y tiene alzado un diminuto vestido rojo.—Definitivamente, no —me niego.—¿Por qué no? Te quedará hermoso; tu tez es blanca y resaltará a la perfección el color de tus ojos. Piénsalo.—No, Agata. Es una locura.
Dmitry SokolovDespués del merecido que le di a Anton, sacó a toda su gente de mi territorio y no he vuelto a saber de él. Realmente eso es lo que espero cuando le dejo claro a alguien que nadie se me mete conmigo y sale ileso de ello.Todavía tengo las manos llenas de moretones por los golpes que le propicie ese día...Flashback—¿Creíste que podrías invadir mi territorio y quitarme a mis mejores clientes? —golpeo su rostro con mi puño.Él se ríe y veo sus dientes ensangrentados.—¿El Dios de la oscuridad no soporta un poco de competencia?—No es que no soporte la competencia, idiota. Simplemente que no me gusta que metan sus narices en lo que me pertenece y tú trataste de quedarte con mi territorio. Por eso debes recibir una lección.Tomo un cable pasa corriente y ajusto las pinzas a la silla de metal.—¡Enciéndanla! —ordeno a mis hombres. Observo su cuerpo temblar a medida que aumenta la velocidad de la corriente. Hago un gesto con la mano para que apaguen el interruptor y su cuerp
Kira PetrovaNo puedo creer lo que acaba de ocurrir. El Adonis vino a felicitarme y se fue dejándome plantada como una tonta. Comienzo a mirar en diferentes direcciones para ver si lo visualizo por algún lado, pero no obtengo ningún resultado. En cambio, a la que veo es a Yelena venir en mi dirección.—Kira, ¿pasó algo?—No —niego con la cabeza.—Nos dejaste caminando sola y cuando llegamos al camerino no te vimos detrás de nosotras.—Es que me acaba de ocurrir algo muy extraño.—¿Qué? No me digas que un cliente se propasó contigo. Porque sí es así hay que hablar con Vigo de una vez.—¡No! Nada de eso. Es que…—¡Kira! Aquí estás. Te estábamos buscando… —irrumpe Agata.—Estaba por contarme por qué se encuentra aquí —responde Yelena.—¿Entonces?—Le decía a Yelena que me ocurrió algo muy extraño, un hombre vino a felicitarme por mi acto y luego se fue sin más. No entendí muy bien su reacción.—¡Vaya! Sí que es extraño.—Eso mismo pienso, por eso me quedé parada aquí. Su reacción me dejó