Kira Petrova.
Carta de aceptación
La Academia de Ballet Vaganova se complace en informarle que usted ha sido admitido(a) para formar parte de nuestro programa académico del próximo año. ¡Felicidades!
Es importante que el día de ingreso usted…
Ni siquiera termino de leer la carta cuando ya estoy dando saltos de la emoción. ¡No puedo creerlo! ¡Me aceptaron! ¡Sí! ¡Es increíble!
—Mamá, mamá, ¡me aceptaron! —grito, eufórica bajando las escaleras de la casa hasta llegar a su despacho.
—Te aceptaron, ¿dónde? —pregunta confusa quitándose las gafas.
—En la academia de ballet, mamá —levanto la carta de aceptación mostrándosela.
—Mmm… Ya sabes lo que opino al respecto, no sé por qué te molestas en alegrarte porque no pienso dejar que pierdas tu tiempo en esas tonterías que no te labrarán un futuro. Estudiarás economía y te harás cargo de la empresa. Esas estupideces del ballet lo puedes dejar como pasatiempo —comenta pasando de mí y concentrándose de nuevo en los documentos que tiene frente a sus ojos.
Mi madre es una m*****a, sí esa es la palabra correcta para describirla, una m*****a. Por más que me he esforzado por hacer todo lo que me pide y comportarme delante de los demás como me dice, ahora que deseo ser una bailarina profesional no quiere dejarme serlo. Solo por el simple hecho de que no es una carrera apta para tomar el mando de la empresa, la cual no me interesa en lo absoluto. Mi único sueño es ir a una academia prestigiosa y formarme como la mejor bailarina de ballet de toda Rusia y mejor aún, del mundo entero si es posible.
Vivo con mi madre en una gran mansión; es dueña de una de las empresas tecnológicas más grandes del país, así que siempre he vivido rodeada de todo tipo de lujos. He tenido una educación muy estricta desde que tengo memoria. También se me ha preparado en las mejores escuelas con el fin de que algún día continúe con el legado que mi madre forjó con su propio esfuerzo.
En cuanto a mi padre no sé nada de él y tampoco lo conozco. Soy fruto de una noche de copas y diversión, por eso mi madre es tan estricta conmigo. Dice que no desea que siga sus mismos pasos, pero yo opino lo contrario. He vivido tantos años encerrada en mi burbuja de ser la hija perfecta que ni siquiera sé lo que es disfrutar de una fiesta o salir con amigas a divertirme. Y, en este punto creo que ha llegado la hora de hacerlo.
Necesito vivir mi juventud, apenas tengo 23 años y tengo muchas cosas por conocer y descubrir.
—Mamá, voy a ir a la academia —refuto con autoridad.
—No irás, y no es tema de conversación —dice tajante.
—Soy mayor de edad, mamá, puedo hacer lo que quiera.
—No mientras vivas bajo mi techo. Además, no pienso pagar ni un solo centavo a esa academia por apoyar tus caprichos.
—¡No son caprichos! ¡Es mi vida, mamá y quiero hacer con ella lo que me plazca, no lo que tú quieres! ¡Estoy cansada de hacer siempre lo que me pides, pero cuando yo quiero hacer algo por mi cuenta, no me dejas! —grito, eufórica.
—Eres una malagradecida de m****a que únicamente piensa en sí misma. ¿No ves que trato de ayudarte? ¿Cómo crees que es el mundo? Te diviertes a lo loco y luego, ¿qué? ¿Ah? Yo lo viví y aprendí de mis errores a los golpes, no quiero que tú pases por lo mismo, ni mucho menos ser como mis padres que me echaron a la calle al darse cuenta de que estaba embarazada. Me tocó esforzarme y trabajar bastante para llegar a ser lo que soy ahora. ¡Así que no me vengas con esta m****a porque he sido yo sola quién te ha sacado adelante con el sudor de mi frente! ¡Lo mínimo que debes hacer es agradecerme! —espeta, molesta golpeando la mesa del escritorio.
—No estoy siendo mal agradecida, nada más quiero vivir mis sueños; conocer, disfrutar, salir con mis amigas… Nunca me dejas hacer nada y estoy cansada de eso. ¿Es malo querer hacer algo diferente?
La veo resoplar y levantarse de la silla.
—Tienes lo que una chica de tu edad quiere. Te he dado todo, comodidades, buena educación y amor. Pero esto que me pides es absurdo, no entiendo tus ganas de experimentar algo pasajero y que no te dará un buen futuro. En cambio, yo te ofrezco una carrera que te permitirá ser grande en la industria y tú la quieres desaprovechar…
—No es algo pasajero, es mi sueño y quiero hacerlo realidad con o sin tu ayuda.
—Ah, ¿sí? Y dime, ¿cómo piensas mantenerte hasta entonces? Porque sí sales por esa puerta en busca de tus caprichos sin sentido no verás ni un centavo de mi parte.
¡¿Qué…?! Definitivamente se volvió loca. ¿Está chantajeándome? ¡Pues que se joda! Veré qué hacer para mantenerme y pagar la academia. No me importa tener que buscar trabajos de medio tiempo o por horas, algo se me ocurrirá.
—Muy bien, mamá si eso es lo que deseas entonces está será nuestra última conversación. Si crees que vas a chantajearme con dinero para no irme, estás equivocada. Observa como salgo por esa puerta y no regreso a pedirte un centavo.
Me doy media vuelta y salgo con las pulsaciones aceleradas, y el corazón bombeando más sangre de lo normal. Me duele porque es mi madre, pero no puedo dejar que siga haciendo con mi vida lo que quiere.
Piensa que seré como ella y no es así. Solo le pido salir un poco y divertirme, tampoco es que me la mantendré de fiesta en fiesta. Además, el hecho de que no quiera que persiga mis sueños me duele aún más. He visto como otros padres apoyan a sus hijos y mi madre hace todo lo contrario. Me iré de la casa y le demostraré que mis ganas de bailar no son un capricho, sino algo que quiero ejercer hasta que mi cuerpo aguante.
Deseo viajar y participar en grandes obras, que las entradas de las funciones se agoten solo por verme bailar; ansío llegar a ser reconocida a cualquier parte que vaya y que cuando sea mayor mire atrás y pueda decir que realmente disfruté mi vida plenamente porque, aunque me cueste mucho esfuerzo sé que valdrá la pena.
Meses despuésKira Petrova.Me encuentro terminando de empacar mis cosas cuando de pronto la puerta de la habitación se abre abruptamente. Levanto la vista para divisar de quién se trata y veo a mi madre de brazos cruzados observarme detalladamente. —Así que es cierto, te vas a ir…—Sí —respondo tajante y continúo ajustando las maletas.—¿Estás segura de lo que estás haciendo? —inquiere acercándose a mí.—Lo estoy. —Muy bien, entonces no tengo nada más que hacer aquí. Nos veremos pronto porque no me cabe duda de que dentro de poco entrarás de nuevo por esa puerta diciéndome que te equivocaste y que no debiste irte. —No lo haré, mamá y si regreso no será a pedirte dinero. Soy adulta y debo responsabilizarme de mis propios actos. Si caigo me levanto y si me lastiman aprenderé de los errores y seguiré adelante. No le temo al fracaso porque para ser mejor a veces es necesario equivocarse. Debo aprenderlo por mi cuenta, quizás cuando pase piense que tuviste razón, pero aun así me levant
Meses despuésKira Petrova.Me encuentro terminando de empacar mis cosas cuando de pronto la puerta de la habitación se abre abruptamente. Levanto la vista para divisar de quién se trata y veo a mi madre de brazos cruzados observarme detalladamente. —Así que es cierto, te vas a ir…—Sí —respondo tajante y continúo ajustando las maletas.—¿Estás segura de lo que estás haciendo? —inquiere acercándose a mí.—Lo estoy. —Muy bien, entonces no tengo nada más que hacer aquí. Nos veremos pronto porque no me cabe duda de que dentro de poco entrarás de nuevo por esa puerta diciéndome que te equivocaste y que no debiste irte. —No lo haré, mamá y si regreso no será a pedirte dinero. Soy adulta y debo responsabilizarme de mis propios actos. Si caigo me levanto y si me lastiman aprenderé de los errores y seguiré adelante. No le temo al fracaso porque para ser mejor a veces es necesario equivocarse. Debo aprenderlo por mi cuenta, quizás cuando pase piense que tuviste razón, pero aun así me levant
Dmitry Sokolov.—¿Quién carajos es el que se está metiendo en mi territorio? —pregunto a través de la línea. —Son los alemanes, señor.—Malditos alemanes. ¡Quiero que me traigan a Anton justo ahora! Le recordaré con quién se está metiendo —espeto, furioso. Cuelgo la llamada y lanzo el teléfono al escritorio. Desde hace un tiempo he visto que mi mercancía se ha visto afectada por culpa de sus hombres. No puedo dejar que esta situación se me escape de las manos. Piensa que puede venir e invadir el territorio con más demanda de drogas en toda Rusia; quiere quitarme a mis clientes y está jodido si cree que lo dejaré. Sé que ellos no me fallarán, el producto que vendo es de excelente calidad y no arriesgaran su negocio solo por un aficionado que supone que es mejor que yo. Le enseñaré de qué estoy hecho a ver si así se baja de su nube de algodón. Toda mi vida he estado rodeado de los mafiosos más grandes del país. Mi padre me dejó su legado y desde entonces aprendí a valerme por mí mi
Kira PetrovaNo sé en qué momento me atreví a hacer está locura, pero ya estoy metida en este embrollo. Me encuentro con Agata en una tienda de lencería comprando las cosas necesarias para el acto que daré por primera vez hoy.Esta noche haré acto de presencia en The Dark, el local donde trabajan las chicas. Estoy muy ansiosa porque no sé si lo que tengo preparado vaya a agradarles. Esta semana preparé la rutina según lo que observé la noche que fui de espectadora; Yelena también me ayudó integrando pasos sensuales que captarán la atención de los hombres. Esto es muy importante para que puedan darme propina y obtenga una buena paga.—Este conjunto se te verá bien, Kira. —escucho a Ágata a lo lejos mientras yo camino por los pasillos del lugar.Me dirijo hasta donde se encuentra y tiene alzado un diminuto vestido rojo.—Definitivamente, no —me niego.—¿Por qué no? Te quedará hermoso; tu tez es blanca y resaltará a la perfección el color de tus ojos. Piénsalo.—No, Agata. Es una locura.
Dmitry SokolovDespués del merecido que le di a Anton, sacó a toda su gente de mi territorio y no he vuelto a saber de él. Realmente eso es lo que espero cuando le dejo claro a alguien que nadie se me mete conmigo y sale ileso de ello.Todavía tengo las manos llenas de moretones por los golpes que le propicie ese día...Flashback—¿Creíste que podrías invadir mi territorio y quitarme a mis mejores clientes? —golpeo su rostro con mi puño.Él se ríe y veo sus dientes ensangrentados.—¿El Dios de la oscuridad no soporta un poco de competencia?—No es que no soporte la competencia, idiota. Simplemente que no me gusta que metan sus narices en lo que me pertenece y tú trataste de quedarte con mi territorio. Por eso debes recibir una lección.Tomo un cable pasa corriente y ajusto las pinzas a la silla de metal.—¡Enciéndanla! —ordeno a mis hombres. Observo su cuerpo temblar a medida que aumenta la velocidad de la corriente. Hago un gesto con la mano para que apaguen el interruptor y su cuerp
Kira PetrovaNo puedo creer lo que acaba de ocurrir. El Adonis vino a felicitarme y se fue dejándome plantada como una tonta. Comienzo a mirar en diferentes direcciones para ver si lo visualizo por algún lado, pero no obtengo ningún resultado. En cambio, a la que veo es a Yelena venir en mi dirección.—Kira, ¿pasó algo?—No —niego con la cabeza.—Nos dejaste caminando sola y cuando llegamos al camerino no te vimos detrás de nosotras.—Es que me acaba de ocurrir algo muy extraño.—¿Qué? No me digas que un cliente se propasó contigo. Porque sí es así hay que hablar con Vigo de una vez.—¡No! Nada de eso. Es que…—¡Kira! Aquí estás. Te estábamos buscando… —irrumpe Agata.—Estaba por contarme por qué se encuentra aquí —responde Yelena.—¿Entonces?—Le decía a Yelena que me ocurrió algo muy extraño, un hombre vino a felicitarme por mi acto y luego se fue sin más. No entendí muy bien su reacción.—¡Vaya! Sí que es extraño.—Eso mismo pienso, por eso me quedé parada aquí. Su reacción me dejó
Dmitry Sokolov.¡Joder! Soy un estúpido de mierda que no fue capaz de proferir palabra alguna al tener a ese hermoso ángel frente a mí. Aunque no pude ver su rostro completamente, de algo estoy seguro y es que, es hermosa tal y como es.Camino rápidamente a mi oficina y al llegar me sirvo un trago. Lo necesito para bajar la adrenalina que recorre mi cuerpo en estos momentos. Me asomo por el ventanal de mi oficina y contemplo a todos los hombres entretenidos con diferentes mujeres; aunque en mi cabeza solo aparece la imagen de The angel una y mil veces. ¡Carajo!Llamo a Vigo por teléfono y este me contesta al tercer tono.—Dmitry, ¿qué necesitas?—¡Te quiero en mi oficina ya!—Joder, hombre qué temperamento el tuyo. Voy en camino.Cuelgo la llamada y me quedo esperándolo. En menos de 5 minutos la puerta es abierta y veo su rostro asomarse con cautela.—¿Para qué soy bueno?—Termina de pasar o te romperé la cabeza.El muy imbécil se carcajea y lo escucho decir:—Con tu temperamento me d
Kira Petrova—Uno, dos, tres, cuatro… —el profesor nos dirige al ritmo de la melodía que suena de fondo.Haremos un acto sobre el cisne negro y todas las chicas audicionaremos para el papel principal. Estoy emocionada porque siento que esta puede ser mi oportunidad de demostrar de lo que estoy hecha.—Kira, la espalda recta al hacer el Plié.Acomodo mi posición y hago el movimiento de nuevo. El profesor asiente al verme y pasa por mi lado sin decir nada más.Suelto el aire que tenía contenido y me relajo un poco más. Cada vez que el señor Garrett se queda mirando mis movimientos comienzo a sentirme nerviosa y suelo equivocarme. Pienso que lo estoy haciendo mal o que va a regalarme, aunque las chicas me han comentado que es mejor que él se fije en mí porque eso significa que lo estoy haciendo bien. Algunas de las que tienen tiempo mencionan que ni las mira o reprende y por eso se esfuerzan el doble en hacer las cosas bien.Este mundo tiene mucha competencia, además de que es algo que t