Dmitry SokolovDesde que vi a The angel en el local no he parado de pensar en ella. Me cabrea el hecho de que Vigo no logrará que accediera a mi propuesta, pero sé que tarde o temprano estará a mi completa disposición.He tratado de sacarle alguna información a Vigo sobre ella y no ha soltado ni una sola palabra. Todos estos días lo he llamado para preguntarle si no le ha dado alguna respuesta y lo que hace es desviar el tema. Estoy seguro de que no ha tenido el más mínimo interés en presionarla para que piense un poco más los beneficios que obtendrá el bailar para mí, así que debo moverme por mi cuenta.Estos días no he podido ni concentrarme como de costumbre. Me inquieta mucho el hecho de que no tengo el control sobre ella y tampoco sé su verdadero nombre para indagar en su vida privada. Vigo mencionó a un posible novio y, de solo rondar esa idea en mi cabeza, me pongo de mal humor.No puedo seguir en esta situación, tengo un imperio muy grande por gobernar y no puedo cometer ningú
Dmitry SokolovSalimos del restaurante y de camino a casa mi entrepierna se endurece como una roca al recordar el cuerpo de la novia de Vigo. ¡Carajo! Es imposible que con su presencia mi amigo se comporte de esta forma. Además, si él es su pareja no debo sentir este tipo de atracción por ella, es una chica imposible para mí. Vigo es mi amigo y jamás le robaría a una novia solo para satisfacerme. Hicimos un pacto cuando éramos jóvenes, jamás podríamos en juego nuestra amistad por una mujer y tampoco nos meteríamos con la ex del otro. Nuestra amistad es más importante que cualquier mujer. Aunque, a pesar de estar de acuerdo con esto, mi amigo no quiere colaborar con la razón. Acelero el auto lo más rápido que puedo para llegar a casa y ocuparme de mi problema. —Cariño, ¿pasa algo? Estás conduciendo muy rápido —inquiere Alexandra un tanto preocupada. —Pasa mucho. Necesito que te encargues de algo y me satisfagas. Espero que estés preparada, no quiero tener que esperar por ti.—Lo es
Kira PetrovaHoy será mi segundo día de presentación en el local como The angel. Estoy ansiosa por mostrar mi nueva rutina y también por volver a ver a mi Adonis. Algo me dice que me lo encontré en el local más de una vez y eso me tiene bastante inquieta porque ese hombre causa en mí emociones incontrolables con tan solo una mirada. Ese día en el restaurante salí huyendo porque no pude controlar varios factores. Primero, el verlo en el mismo espacio sin el antifaz que llevaba puesto ese día. No quiero que nadie que no sea Vigo, conozca mi verdadero rostro. Segundo, encontrarlo justamente con su esposa. En algún punto imaginé que tenía pareja, sin embargo, no estaba preparada para tomarme con esa realidad. Y tercero, no aclarar cuando pude el malentendido que su esposa, la tal Alexandra, declaró expresando que era la novia de Vigo cuando no es así. Por más que traté de zafarme de esos tres, no pude hacerlo con Vigo. Él no tiene la culpa de lo que pasó ese día, aunque si bien es ciert
Kira PetrovaEl beso que me dio Cedric me ha dejado desconcertada. Pasamos de un punto al otro tan rápido que ni siquiera tuve oportunidad de reaccionar. Desde que lo conocí en las clases tuve el deseo de que algo como esto pasara y sinceramente ahora que ocurrió siento que todo ha sido fruto de mi imaginación. —¡Kira! Salgo de mis pensamientos y veo a Agata acercarse a mí. —Te he estado buscando, ¿qué haces aquí? No deberías estar preparándote para esta noche.—Sí, es que no pensé que me demoraría más de lo habitual.—Eso, picarona. Cuéntame qué te hizo demorarte —comenta juguetona moviendo sus hombros. —Si te cuento, ¿prometes no hacer un escándalo?—¡OMG! Debe ser algo grande, ¡cuenta de una vez!—Agata —advierto.—Está bien, no lo haré, pero dime que me tienes intrigada. —Cedric pidió hablar conmigo y estuvo aquí hasta hace unos minutos. —¡¿Qué?! ¿Cedric? ¿El mismo Cedric moja bragas de cualquier chica?—¡Agata! Te lo advertí.—Lo siento, es que no puedo creerlo. ¿Qué quería
Dmitry Sokolov—¡Bájala de allí! —Espeto molesto llegando hacía Vigo.—No puedo, Dmitry —responde en tono neutro. —Claro que puedes, pero no te da la gana de hacerlo.—Entonces corrijo mi respuesta. No me da la puta gana de bajarla. ¿Satisfecho? —sonríe. —Joder, Vigo voy a matarte —camino hacia él y lo tomo por el cuello. Hace un movimiento rápido y se deshace de mi agarre. —Ella tomó esa decisión, no la obligaré a hacer lo que no quiere —contraataca golpeándome.—Debiste hacer que aceptara —golpeo su rostro. Lleva la mano a su mejilla y sonríe escupiendo sangre. —¿Eso es todo lo que tienes? —inquiere. —¡Carajo! —Lo golpeo de nuevo—. Ella no puede estar allí, nada más ver cómo los hombres babean por ella me encabrona. Escucho una carcajada de su parte. —Contrólate, nadie la ha tocado. —Y el que lo haga le meto una bala en el cráneo. —Tú no decides en ella, recuerda que no eres nadie en su vida. Ni siquiera te conoce. —¡Maldición! —tiro al suelo todas las cosas que hay encim
Kira PetrovaNo puedo creer que este imbécil está amenazándome con echarme. Necesito el dinero, pero no puedo doblegarme a su antojo. Quién se cree para usarme de esta forma, me está tratando como si fuera una cualquiera y no lo soy. Se está equivocando conmigo y debo hacérselo saber. No dejaré que me humille así. Es indescriptible las emociones agridulces que siento justo ahora. Cuando llegué a este lugar me sentí aterrada, no sabía quién era el hombre que me dejó aquí y mucho menos con qué finalidad lo hacía, pero al darme cuenta de que se trataba de El Adonis sentí mi corazón latir aceleradamente. Cada paso que daba hacia mí me hacía temblar incontrolablemente. Sus labios, a pesar de no corresponderle al beso, se sintieron en perfecta armonía con los míos. Con un simple acto mis bragas ya estaban completamente empapadas y aún continúan así. No sé qué tiene este hombre, pero me causa un total desequilibrio que no logro descifrar. Las lágrimas de hace un momento no eran por el dolo
Vigo Nóvikov—¿Qué demonios le hiciste? —espeto furioso llegando hasta Dmitry. Él se encuentra calmado fumando un puro sentado en su silla.—¿A quién? —inquiere sonriente. ¡Maldito! Estoy seguro de que amenazó a Kira para que aceptara su propuesta y no quiere decirme. —Sabes muy bien de quien estoy hablando, no te hagas el estúpido —suelta una carcajada. —Te dije que tarde o temprano lo lograría y sabes que siempre me salgo con la mía. —Dmitry, dime que no le hiciste daño o la amenazaste…—Por quién me tomas, hombre. Te di mi palabra, no le haré nada al menos que ella lo desee.—Aunque ella lo desee promete que no le harás nada.—Vigo, ¿por qué la proteges tanto? ¿Quién es ella? Dímelo, juro que no le diré a nadie.—No puedo decirte nada, Dmitry. Por el bien de todos es mejor que no sepas su verdadera identidad. —¿Por qué? Dame una buena razón para no mover mis cartas y comenzar a indagar… —No me hagas esto, Dmitry… —Vigo sabes muy bien que de todas formas voy a saberlo.—Enton
Dmitry SokolovCada vez me intriga más conocer la verdad sobre The angel. Es decir, qué mierda tanto misterio sobre quién es, ni que fuera la reina de Inglaterra, ¡por Dios santo! Llamo a Hendrik quien es mi confidente para este tipo de caso. Debo saber por qué Vigo se empeña tanto en que no toque a esa niña. Descuelga la llamada al segundo tono y profiere:—Какого черта ты хочешь сейчас дмитрий (¿Qué demonios quieres ahora, Dmitry?)Carcajeo. —ты горькое дерьмо, Хендрик (Eres un amargado d mierda, Hendrik)—Говорит сам дьявол (Lo dice el diablo en persona) —reímos.—так что я в порядке? (¿Para qué soy bueno?) —inquiere.—Мне нужно, чтобы ты нашел всю информацию о девушке (Necesito que encuentres toda información que puedas sobre una chica). —Это должно быть очень важно, если вы решили позвонить мне... (Debe ser muy importante si decidiste llamarme...)—Дело не только в этом. У Виго очень странное отношение к этой девушке, и, поскольку она не хотела объяснять мне свои причины, я ре