Narra Marisol

Me han quitado todo y lo único que me queda es este bebé, había considerado hacer algo con él, Michelle me había invitado a tenerlo y formar una familia, mi madre lo quería, así que será lo único que me quede de recuerdo de ambas.

Llevo 2 semanas sin salir de casa, he reducido el personal al mínimo, la verdad es que hasta cierto punto ya no me importa lo que suceda conmigo.

La sirvienta está preocupada porque solo estoy comiendo en la habitación, no salgo, tampoco recibo visitas.

Cuando pensé que nada más podía pasarme, apareció esa mujer, la mayor desgracia de mi vida, se tomó las molestia de subir hasta mi habitación y entrar a la fuerza.

— ¿Qué haces aquí? ¿No ha sido suficiente daño el que me has ocasionado?

—Vamos, no te pongas así, sabes que te he hecho un gran favor, así ya no tienes que estar mendigando el dinero que tu padre ha dejado.

—Te odio, sal de mi vista, ahora.

— ¿Qué me harás? Sé que no eres capaz de matar a una mosca.

— ¿Has olvidado de que mate a tres