Marcus y Maite no son para nada tolerantes. 5/6 ¿Qué les esta pareciendo la historia?
Capítulo 6 Maite llega a casa y se va a su habitación con todas sus cosas en mano necesita con urgencia quitarse ese mala sensación de su corazón, hace mucho que sucedió aquello y por más que ha intentado, aún le sigue costando dejarlo atrás. Deja sus cosas sobre la cama y se mete a la ducha con la esperanza de que quizás con un baño relajante sea más que suficiente para reponerse y poder continuar con su día. En cuanto cierra los ojos, pequeñas escenas de lo sucedido se reproducen sin poder evitarlo, reviviendo el desespero, el horror y las ganas de desaparecer, obligándola abrir sus ojos. «¿¡Hasta cuándo!?» —se pregunta perturbada. Se limpia las lágrimas una vez más y sale del baño a empezar a arreglarse. —Hija tu padre se irá directo a la oficina te va a esperar en la entrada del hotel donde tendrán la cena. Mía entra a la habitación viendo a su hija frente al espejo maquillándose, aún no se ha puesto el vestido, pero lo ve extendido sobre la cama y se acerca con curiosidad.
Félix no ha dejado de darle vueltas al asunto, aunque su hijo le ha pedido que deje en sus manos el problema de Maite, piensa que todo aquello es una tontería, no es la primera mujer que se casa para ocupar algún puesto en la empresa y, está seguro que no es una práctica que se vaya a descontinuar pronto. —¿Qué tanto piensas cariño? —Melisa se sienta junto a su esposo. —A veces pienso que renunciar a nuestras tradiciones no es lo mejor, podrá sonar anticuado y todo lo que tú quieras, pero no hay nada que genere más confianza en el mundo empresarial que, un hombre tome el liderazgo. Sin embargo, Gerard sigue empeñado en que Maite tome su lugar, pero con el comportamiento que ha tenido y sin tener aunque sea un prospecto para matrimonio, no lo pone fácil. Expresa abiertamente lo que ha tenido guardado estos últimos años. Ya no puede seguir cayado y mucho menos, sentado como espectador. —Una situación similar tuvimos con nuestro hijo y, a su debido momento, él se dio cuenta de lo impo
Los días siguientes Félix estuvo reuniéndose con Ángelo para llegar a un acuerdo entre ambos, que beneficiará tanto a las compañías como a su nieta y a él. Lo único que Ángelo pedía cambio, era acciones en las empresas de la familia Walker y al menos un heredero, si después de todo eso Maite quería disolver el matrimonio, él estaría más que dispuesto. Félix ya había asomado la situación a Gerard, indicándole que tenía al hombre indicado para su nieta, más no les había dicho hasta qué punto había llegado las negociaciones, por lo que esa noche arrojaría la bomba y daría a conocer al prometido de Maite. —¿Su hijo y su yerna están enterados de esto? —pregunta el Italiano con curiosidad. —A mi hijo le ha hablado sobre el asunto —lo pone al tanto de la situación—. No está muy contento del todo y, tu futura suegra es un hueso duro de roer, pero no te preocupes, al final cederán cuando vean la clase de hombre que eres. Félix estaciona frente a la casa de su hijo y, junto a Ángelo, entran
Después de desayunar con sus padres, se va al despacho a buscar entre sus libro de leyes algo que la ayude a salir de la situación que la ha puesto su abuelo, esperando poder librarse de ello. La mañana y parte de la tarde se la pasa sumergida entre leyes, precedentes de casos similares a los de ella y como la víctima había logrado liberarse de cumplir con un contrato que no había firmado. —Disculpe señorita —entra al despacho una de las chicas de servicio— el señor Carusso la busca. Sin esperar respuesta por parte de Maite, Ángelo entra al despacho haciendo que la chica de servicio se tropiece, para luego cierra la puerta, quedando solo con su prometida. —Buenas tardes, Maite —se acerca a ella con una ligera sonrisa en los labios. —¿Qué quiere? —se pone de pie rodeando el escritorio. —Conocer a mi prometida, me gustaría invitarla a cenar esta noche —se acerca un poco más a ella. —¿Prometida? Yo nunca he aceptado casarme con usted y para que le quede claro, en mi corazón hay alg
—Buenos días.Maite entra al comedor para desayunar con sus padres. Después de quedarse con Andrés en busca de una solución y el haberla encontrado, pudo dormir tranquila y se siente como nueva, dispuesta a retomar sus planes.—Buenos días hija, Andrés me comento que encontraron la forma de invalidar el contrato —comenta Gerard sorprendido.—Así es, encontramos un precedente, de hace unos cinco años. Espero que pueda hablar con el juez y resolver todo esto cuanto antes —comenta tomando un sorbo de su café.—Debiste estudiar derecho, tus ojos brillan cada vez que hablas de algún asunto relacionado —comenta Mía viendo a su esposo de soslayo.—¿Qué piensas hacer hoy? —pregunta Gerard desviando el tema.—Los padres de Diego me invitaron a Grecia, quiero ir a pasar mis últimos días de libertad por halla, quizás me consiga a un dios griego —comenta con picardía, puyando a su padre.Gerard es el típico padre protector, pero con Maite lo es mucho más.—Mientras Marcus te acompañe, puedes ir h
Marcus cierra la puerta y respira profundo recordando porque está allí. Se quita la ropa sacando todo de los bolsillos, todo está empapado y su teléfono muerto. Mete toda su ropa a secar y una vez lista se viste y sale en busca de la mocosa. Marcus estaba determinado en hacerla pagar, solo debía esperar el momento adecuado. —Ven acércate —Maite deja a un lado su teléfono y lo invita a sentarse frente a ella— mande a preparar un poco de té para ti. Le ofrece una taza con una amplia sonrisa. —Me lo tomo y ¿después que? ¿Me mandara al baño? —interroga dudoso de su gentileza. —Solo quiero disculparme, no tienes que ser tan gruñón por una simple broma. La puerta principal se abre y entran por ella Mía y Gerard conversando. —Hola, ¿Cómo están? —Mía pasa la mirada entre ambos notando la tensión. —¿Qué te hizo Maite? —pregunta Gerard restregando sus ojos cansado. Marcus voltea a ver a Maite quien lo ve con una mirada retadora. Él sonríe de lado, logrando asustarla. —No se preocupe,
La despedida en el aeropuerto resulta bastante incomoda y rápida. Maite solo quiere subir a ese avión de regreso a casa y olvidar ese fin de semana en Grecia. Le envía un mensaje a su madre que está de regreso y se acomoda en su puesto para tratar de dormir durante el vuelo. Se siente tan avergonzada, que no podría tolerar un solo comentario por parte de Marcus. Apenas empieza a salir el sol, cuando Maite salía del aeropuerto junto a Marcus, el chofer de Mía se acerca a ellos ayudándolos con el equipaje. —Hija, ¡Cuánto te extrañe! —Mía sale a recibirla en cuanto escucha el carro llegar. —Y yo a ti —responde un poco cabizbaja. —¿Ha sucedido algo? —conoce lo suficiente a su hija para saber cuándo algo no está bien. . Maite niega sin querer hablar del tema, entonces Mía voltea hacia Marcus buscando una mejor respuesta. Gerard sale a recibir a su hija y se da cuenta que algo sucede. —Vayan a desayunar, en un momento las acompaño —le pide a su esposa para hablar a solas con Marcus.
Maite se levanta temprano, lista para su primer día de oficina. Se ve en el espejo una última vez, cerciorándose que todo está donde debe.Se une a sus padres en el comedor, aunque no tiene hambre, sabe que será un problema si no prueba un bocado antes de salir de casa.—Buenos días —saluda sin mucho ánimo.—¿Lista para tu primer día? Varios de tus compañeros ya están ocupando sus puestos, al menos tendrás más caras conocidas —comenta Gerard sin despegar la vista de su teléfono.—No me alegro por todos, solo espero no encontrarme con Katia —se sirve una tostada y un poco de café— seria comenzar mi primer día con el pies izquierdo.—¿Cuál es el problema con Katia? —pregunta Gerard dejando el teléfono a un lado.—Es una insufrible que se cree la mejor, cuando alguien la supera en algo se vale de artimañas para poner a la persona por debajo de ella —le comenta sin entrar en detalles— yo que tú, tendría cuidado, no te dejes deslumbrar por sus habilidades.—Lo tendré en cuenta —Gerard se p