Mía saca su teléfono y marca el número de su tío ante la atenta mirada de Gerard. Un par de repiques después, su tío atiende la llamada.—¿Qué quieres ahora? Ya te dije que no sé nada de Dylan y el niño.—No es para eso que lo llamo —deja escapar un suspiro, antes de lanzar la bomba— lo que pasa es que Dylan ha tenido un accidente y…—¿Cómo que ha tenido un accidente? —lo escucha alarmado— ¿Qué hiciste? Sigues siendo un imán para las desgracias.Mía aprieta la mandíbula molesta al escuchar a su tío, su única familia tratándola de aquel modo.—Lo que le ha pasado se lo ha merecido —responde molesta ante su acusación— no debió haber secuestrado a mi hijo y mucho menos haberse aliado con una mujer con problemas mentales y, la razón por la que te estoy llamando, no es solo para informarte que ha tenido un accidente sino que él resultó muerto —le suelta la noticia sin el menor cuidado— quiero saber si tiene familiares a quién avisarle.—¿Cómo que ha muerto? Robert se queda asombrado sin p
El día sábado a llega más rápido de lo esperado. Al ser el día previo a la fiesta de compromiso, la casa es un caos.Varios proveedores llevaron los encargos a la casa en lugar del hotel que es donde se hará la celebración.Por lo que Gerard decide encerrarse en el despacho, alejado del ajetreo y toda la locura que se está desarrollando en la sala, esperando que para el mediodía, hayan trasladado todo al hotel.Unos toques en la puerta lo saca de sus pensamientos, después de un adelante, ve a Andrés entrar a su despacho.—Espero que tengas buenas noticias, por qué ya tengo mucho con que lidiar con lo de mañana.—Me he dado cuenta en cuanto entre a la casa. No quiero ni imaginar cuando pases por una boda real —se burla de su amigo, al notar su mala cara, decide dejarlo pasar— a lo que he venido, hallaron el cuerpo de Dylan con quemaduras en rostro y cuerpo, entre distintos tipos de lecciones consistente al accidente sufrido. Para el lunes tendremos el informe del forense, espero que pu
Mía se levanta cansada, después de la conversación que tuvo con Nicolás, muchas interrogantes quedaron en su cabeza, las cuales dieron vueltas una y otra vez sin dejarla dormir y eso sin tomar en cuenta el día que sería hoy.Escucha la puerta del baño abrirse, voltea a esa dirección lamentando haberlo hecho, ve salir a Gerard en toalla con algunas gotas recorriendo su duro torso. A pesar de que ha tenido la fortuna de sentirlo por completo, aun la mirada se le va cuando lo ve de ese modo.—Por el bien de ambos, es mejor que dejes de mirarme de ese modo —le advierte, sintiendo cierta parte de su cuerpo despertarse— ve a darte una ducha, en cualquier momento puede llegar mi madre y te aseguro que hoy estará más intensa que ayer.Mía sale del trance avergonzada, algo que nunca le llegó a pasar con ningún otro chico en la universidad. Aunque en su defensa, en aquella época su tío la tenía muy controlada y técnicamente, además de su tío, al único otro hombre que veía era a Dylan.Cuando
Es lunes y ambos se levantan antes de que amanezca por completo, por primera vez Mía se va a separar de su hijo por varios días. Gerard tiene que viajar a Paris para concretar algunos negocios y tendrá que acompañarlo en calidad de asistente. —A lo mucho, estaremos tres días en Paris, a menos que quieras pasear y conocer —Gerard la ve a través del espejo. —Quisiera regresar en cuanto terminemos, con Vivian merodeando, no me fio. Mía revisa que tenga todo en su cartera, las maletas cerradas y que Gerard lleve lo que le corresponde. Salen de la habitación teniendo cuidado de no despertar a Sofi y mucho menos al niño. En la puerta principal, se encuentran los dos escoltas que los estarán acompañando en todo momento durante el viaje. El vuelo dura aproximadamente ocho horas, por lo que Mía aprovecha ese tiempo para leer un poco sobre la reunión que tendrán, el empresario con quien estarán, entre otros detalles que le resultan interesantes. Gerard al notar su interés, la ayuda un po
—Ve a tu habitación y descansa, yo me encargare de que Mía regrese a la habitación sana y salva —Yeral lo provoca.—Vamos.La agarra de la cintura, pegándola lo más que puede de su cuerpo y salen de la sala de juntas para dirigirse al bar que queda junto a la piscina.—Deja de comportarte como un cavernícola —lo regaña avergonzada por lo que esta haciendo.—No tiene derecho a desafiarme, eres mía.—No soy un objeto —le recuerdo aún más molesta.—Hay un contrato que lo demuestra, ¿quieres que te lo muestre?Mantienen la discusión en un volumen de voz bajo, inaudible para los demás, pero por la exprecion de ella, Yeral se da una idea de lo que se dicen.—Ya déjalos en paz, no tienes nada que demostrar.Mauricio, el mejor amigo de Yeral, lo ve por el rabillo del ojo como disfruta alterando a Gerard.—Gerard ni se imagina de la mujer que tiene a su lado —le responde en voz baja— para cuando se dé cuenta, yo estaré ocupando su lugar.Para Mía es inevitable no admirar el lugar. Aunque hay c
Mía no puede creer todo el espectáculo que ha hecho Gerard por algo tan tonto, nunca esperó que un hombre como él fuera capaz de actuar de esta manera, pero ella no dejaría las cosas así.Se va a la habitación a darse una ducha y a prepararse para salir.Sin preguntarle nada a Gerard, pide para cenar y que se lo suban a la habitación, algo que sorprende muchísimo Gerard ya que ella suele consultarle esas cosas antes de tomar una decisión.—Pensé que bajaríamos a cenar antes de irnos —se sienta frente a ella, observando lo que ha pedido.—Pensé que no querías que ningún hombre me viera y que no siguiera admirando el buen gusto del dueño de este hotel —levanta su ceja de forma retadora.Gerard sonríe, algo que la hace molestar aún más.—¿Se puede saber que te hace gracia? —su tono de voz se eleva sin poder evitarlo.—¿Que te molesta más? ¿Que yo me interponga entre Yaret y tú o que no esté dispuesto hacer de esa boda un matrimonio real? —observa atento a su reacción.—Lo que me molesta
Mía regresa a la casa con un desazón en el corazón sabe que es un trabajo adicional lo que está haciendo, que todo fue un trato y que si eso se llegase a descubrir, seria Gerard quien tendrá que dar una explicación al respecto. No ella. Sube las escaleras casi arrastrando los pies, en cuanto abre la puerta del cuarto donde duerme su hijo, lo ve acostadito tomando su siesta y su amiga recostada en la cama leyendo un libro. —Hola amiga, no los esperaba hasta mañana ¿no les fue bien? —habla en voz baja para no despertar el niño y deja el libro a un lado, esperando la respuesta de Mía. —Todo lo contrario, Gerard cerró el trato y firmaron el contrato, por lo que después de cenar nos regresamos. Llegamos esta mañana y decidimos irnos directo a la oficina para terminar con los trámites y empezar con el nuevo proyecto —le explica brevemente lo sucedido. —¿Sucedió algo más? Te ves de caída —indaga, sabiendo que sus ojos apagados tienen su motivo. —Muchas cosas pasaron que me molestaron. M
A la mañana siguiente, Gerard se levanta con un fuerte dolor de cabeza, por lo que decide quedarse en casa y trabajar desde su despacho. Busca una pastilla para el malestar, cuando empieza a surtir efecto, decide ir por algo ligero para desayunar. Al poner un pie fuera de la habitación escucha a su amigo Leonard conversando y se dirige a donde está. —Vaya hombre, que mala cara tienes —se burla de su amigo, ignorando la mirada asesina— No te enojes conmigo, fuiste tú quien no quiso parar de tomar. Ahora que sé que estas bien, me voy a trabajar. Le da un par de palmadas en la espalda y se va. Gerard ve a Sofi con el niño, más no ve a Mía por ningún lado. —¿Dónde está tu amiga? —Hace unos veinte minutos que se fue —le informa viéndolo con sospecha—. No jales de la soga más de lo que pueda resistir o alguna de las dos cederá, la soga o Mía. Sofi se dirige con el niño al Jardín, dejando a Gerard sin entender de lo que habla. Lo último que recuerda es estar en el bar tomando con Leona