No existe una parte de su cuerpo que no le duela, en cambio a él, parece dormir como un bebe. Mía trata de soltarse de su agarre, luego siente la tentación de meterse al baño a darse una ducha, tiene su cuerpo con restos de fresas, chocolate y crema batida, pero teme que él la escuche y vuelva a seducirla. Se coloca un albornoz azul marino, recoge su ropa y con sigilo, se escabulle de la alcoba. Casi caminando de puntillas llega al pasillo que conecta con la casa que ella está ocupando, al cruzar la puerta, suelta el aire contenido. Se dirige a la cocina por un poco de agua y al encender la luz se lleva el susto de su vida. —¿Qué haces despierta a estas horas? —le pregunta tras pasar el susto. —Buscando un poco de agua —la mira de arriba abajo con una sonrisa pícara—, pero la que necesita el agua eres tú, tienes que contarme ¿Qué tal es en la cama? —¡Sofi por Dios! ¿Cómo crees que te voy a contar esas cosas? —No seas así, yo te cuento —hace un mohín intentando convencerla. Se
Desde la breve reunión con Vivian, Dylan se ha tomado muy apecho la tarea de vigilarla, tanto así, que ya aprendió de memoria su rutina diaria. De vez en cuando, se pasea por la guardería donde dejan a su hijo, repitiéndose una y otra vez que solo será cuestión de tiempo para recuperarlos a ambos. Por las noches no a echo otra cosa que ir a bares y tomar hasta perder la conciencia y para adquirir un poco de dinero, juega al póker. Sabe que si por algún motivo debe pelear la custodia de su hijo, el tipo de vida que está teniendo en este preciso momento no lo ayudara en nada. Unos toques en la puerta lo saca de sus pensamientos. —Adelante. Trata de recoger las botellas que quedan esparcidas por el lugar y abre las ventanas para refrescar un poco el ambiente. —¡Dylan, por dios! ¿Cómo puedes estar encerrado con este olor? —entra Joffre tapándose la nariz. —Si viniste a criticar o a regañarme te puedes ir por donde viniste —le deja ver que no está para broncas. —No creo que eso sea l
Todos se han ido y su mente sigue tratando de procesar lo que ese supuesto amigo de su padre le ha dicho. ¿Cómo es posible que la creyeran muerta? Es la pregunta que se hace una y otra vez. De esa época no recuerda nada, al parecer, su mente bloqueo los recuerdos, aunque estaba pequeña cuando todo sucedió, debería poder recordar algo. —¿Te sucede algo? Desde que hablaste con Nicolás has estado rara. Gerard se acerca a ella en cuanto se despide del último cliente. —Era un viejo amigo de mi papá, me ha dicho algo que no termino de comprender —le cuenta pensativa, forzando su mente a recordar algo. —¿Qué te ha dicho exactamente? —resopla cansado— eres un imán para los problemas. —No te preocupes ya te has hecho cargo de varios de mis problemas como para darte uno más —da un par de pasos alejándose de él— ¿Cómo resulto la reunión? —Disculpen —Peter los interrumpe—, jefe necesito que firme esto, deben ser enviado esta misma tarde. —Dame unos minutos —le pide a Mía—, firmo y nos va
Mía permanece acostada con los ojos cerrados, esta tan cansada que lo único que desea es dormir por un par de horas más. Lo escucha salir del baño y se obliga a abrir los ojos.—Buenos días —saluda dejando escapar un gran bostezo.—Buenos días, recuerda que hoy es la gala, no podemos faltar, así que cuadra con Sofi y los de seguridad —le recuerda terminando de arreglarse.Se incorpora nerviosa, esperaba que el fuera solo.—¿Crees que sea prudente? Es decir, sé que han pasado dos semanas, pero Dylan no es hombre que amenaza en vano, creo que algo trama —muerde sus uñas en medio de un ataque de ansiedad.—Prometí ayudarte y es lo que he hecho, tú firmaste un contrato y debes cumplir. A la hora indicada iras con Lucas al lugar del evento, allí nos encontraremos —termina de ajustar su corbata y se gira hacia ella— además, creo saber que trama. Prepárate para verlo en la gala y a Vivian, su padre es quien patrocina el evento.—Sera un momento bastante incomodo, solo espero que esos dos no
Gerard está conversando con su padre y otros empresarios cuando ve a Dylan a lo lejos juntos con otros invitados, no cualquiera, sino con el pez gordo y sus allegados.Se acerca a ellos sin pensárselo mucho. Necesita averiguar quién es ese hombre realmente.—Buenas noches, caballeros.—Señor Walker, es un gusto encontrarlo aquí.Lo saluda Yaret Ston, el pez gordo en el área empresarial.—Lo mismo digo señor Ston.Estrechan sus manos simpatizando nuevamente. Esta es la segunda vez que se encuentran.—Me gustaría reunirme con usted para hablar de negocios antes de ir a Bélgica.—Cuando guste, sabe dónde encontrarme.Ston y sus aliados siguen su camino, quedando Gerard solo con Dylan y aprovecha el momento.—Estás haciendo mucha bulla en el medio, ¿Qué pretendes?—Recuperar lo que es mío, lo sabes bien —toma un trago de su bebida.—Ella no quiere estar contigo, es mejor que ya la dejes en paz.Ambos conversan como si hablaran de negocios, manteniendo su temperamento a raya, saben lo mal
El momento de la subasta ha llegado, empiezan ofertando las joyas más básicas de la colección, dejando para el final una hermosa gargantilla, siendo esta la pieza más costosa de la colección.—Antes de que empiecen a ofertar por la última pieza, me gustaría agradecer a mi hija Vivian por la organización de esta hermosa gala.La mencionada sube al escenario junto a su padre con una gran sonrisa en el rostro, satisfecha de que todo saliera como lo planifico.Todos aplauden y quedan a la expectativa, los invitados desean adquirir dicha pieza, pero solo uno será el afortunado, o mejor dicho, la esposa de uno de ellos será la afortunada de lucir dicha pieza que ni la Reina de Inglaterra podrá soñar, ya que será una joya única.La apuesta inicia con un millón de dólares, al principio todos están animados ofertando cada vez más alto, después de un rato solo queda Yaret, Dylan y Gerard pujando sin intenciones de rendirse.—Hijo, creo que deberías parar, si lo que quieres es sorprenderla, creo
La jornada laboran inicia con muchas reuniones a duras penas y Gerard tiene cinco minutos entre cada una y Mía esta hasta el tope con el papeleo que debe tener listo al final del día, cuando siente que ha avanzado, llega Peter con más carpetas. —Deberías tomarte un descanso, porque esa montaña no va a mejorar hoy —le aconseja al notarla tan cansada y apenas esta comenzando la tarde. —Termino esta y me tomo un descanso. Mía deja caer la cabeza hacia atrás, tomándose unos segundos para descansar la vista. —Hola querida, deberías pedirle a Gerard algún ayudante, no es justo que siendo su prometida, te tenga así de trabajo —Melisa ve con disgusto todas esas carpetas— ¿Has almorzado? Mía se asusta y sorprende por su llegada repentina. —Hola Melisa. No se preocupe, me gusta estar ocupada, me hace sentir útil —excusa a Gerard— Se me ha ido el tiempo, ya voy a buscar algo para comer, Gerard tampoco a probado bocado. —Anda tranquila, yo hablare un momento con mi hijo, ¿estará ocupado? —
Mía se levanta más temprano de lo habitual, trata de no moverse para no despertar a Gerard que aun duerme plácidamente a su lado. Escucha a su pequeño llorar, con cuidado sale de la cama para ir al rescate de su pequeño hijo, Sofi lo tiene en sus brazos tratando de calmarlo. —Déjamelo —extiende sus manos hacia su hijo. Mía se acomoda en la mecedora con su pequeño en su regazo, el pequeño se acurruca y se queda dormido nuevamente. —¿Pasa algo? —le pregunta viendo su ojos turbios. —Desde la muerte de mis padres nada ha sido normal para mí, pero desde que estoy con Gerard todo se ha vuelto muy extraño —le cuenta pensativa. —¿Cómo extraño? —En una junta me encuentro con el mejor amigo de papá, que me dice que mi Tío le hizo creer a todos que morí con mis padres. En la gala, Dylan mostro que tenía mucho dinero para malgastar, cuando se muy bien que no es así. Por último y no menos importante, me pareció ver a mi tío, en dos oportunidades intente llegar a él, pero desapareció.