Lo reconozco, no hay manera en que esto lo vea como algo malo o que no debería merecerlo. Porque esta vez, prefiero ser egoísta y decir que soy la mujer que más merece este tipo de trato, para estar a la altura de este hermoso momento donde todo es perfecto.
‘Nada que pude imaginar se compara a esto.’ me digo mentalmente.Por eso, disfruto cada plato en compañía de un hombre que jamás pensé tener a mi lado, pero, me alegra tener ahora conmigo, porque él no es un hombre que me desprecia, me ha maltratado o me hace sentir menos.— Todo es muy hermoso.— Disfrútalo, Antonella. Fue hecho para ti. Lo mereces, pequeña. Tarde en darte buenos momentos, pero, poco a poco te recompensaré. — dice el hombre que tiene menos tiempo en mi vida llena de sufrimiento.— No necesitas recompensarme por algo que tú nunca causaste.— Yo no lo caus&eacSus labios se unen a los míos en un beso salvaje que me roba el aliento y me debilita completamente, porque es como si este beso rompiera las barreras del inhibidor y por ello, fuera capaz de reactivar las sensaciones de su periodo en celo que lo hace romperme la ropa y besar cada parte de mi cuerpo, mientras yo observo la hermosa vista del acuario.— No deberíamos hacer esto aquí.— Es tu lugar favorito y lo será más al hacerte mía aquí. — dice Edmond besando mi intimidad, al punto que pierdo la fuerza en mis piernas.Ni siquiera me atrevo a apartarlo, porque esta vez sus feromonas se perciben con tanta fuerza que doblegan mi razón y someten mi voluntad a lo que él desea. Por eso, sin importarme que alguien nos vea o que debí alejarlo, tengo sexo con él de una forma menos salvaje y más íntima… más cálida.El suelo es nuestra cama, el
Cuando salgo, el hombre que parece no sentir ningún tipo de vergüenza me espera sonriente. Debo decir que no me causa tanto miedo como en el pasado. No sé si está relacionado a la conexión que tenemos como posible pareja o todo lo que hemos experimentado durante este tiempo.— ¿Estás lista para lo que viene? — pregunta él y yo temo saber la respuesta.— Ya has hecho mucho por mí.— Te lo dije, Antonella. Mi intención es poder recompensarte por todo el tiempo que hemos perdido.— No entiendo…— No solamente me refería a tener mucho sexo, sino a recompensarte en las cosas maravillosas que debías haber experimentado y por culpa de mi negligencia, no viviste hasta ahora.Aunque sé que es un hombre que está completamente loco por las acciones que realiza, lo que hago es abrazarlo en agradecimiento por todas las cosas que
El tiempo pasa mágicamente, frente a mí no tengo al rey de los alfas, ni mucho menos, yo soy la loba dañada, sino que somos dos personas que disfrutan de hablar cosas de la vida, desayunar en el mar y jugar un poco.Incluso intenta convencerme de enseñarme a nadar. Pero el miedo puede más que mi deseo por saber hacerlo, es por eso, que me quedo en el yate observando cómo el hombre que me ha hecho tan feliz en tan pocos horas, nada en medio del mar.La vida es tranquila para mí cuando estoy cerca de él. Bueno, es tranquila cuando no le dan esos ataques sexuales salvajes que pueden acabar con mi vida. Por lo que, en momentos como estos soy capaz de disfrutar de un momento de relajación teniéndolo a él cerca.‘¿Qué piensas hacer, Antonella? ¿De verdad vas a colocar en una balanza lo que él te proporciona y la manada Luna Plateada te da? Porque sin necesidad de c
Sabiendo que debo arreglar las cosas rápido antes que el rey alfa me castigue y quizás no pueda soportar ello, me arrodillo y lo único que logró es que él maldiga y se marche lejos de mí.Aunque quiero seguirlo y pedirle disculpas muchas veces, no me atrevo al sentir el aura tan pesada y hostil que libera su cuerpo. Además, las feromonas que parecían ya controladas por todo el sexo que tuvimos anteriormente parecen alterarse y es por ello, que tengo que mantener la mayor distancia posible de él.Porque si fue capaz de ser tan salvaje conmigo teniendo sexo solamente por liberar tantas feromonas y saciar su necesidad, no sé qué pasaría conmigo al agregarle a todo ello el enojo que siente.— Lo has arruinado todo, Antonella. — susurro observando la parte del yate de donde él desapareció.— Señora Waldorf, regresaremos al territorio. — anun
El tono de su voz parece chocar contra mi piel, causando que yo gimoteé sin intención de hacerlo. Pero no puedo culparme por ello cuando estoy viendo el hombre con el que únicamente he tenido relaciones sexuales tomando mi ropa para poder tocarse.Claramente, el ambiente se presta para todo este tipo de cosas porque además de verlo, estoy escuchando sus gemidos y sus feromonas están impactando tanto en mí que siento que mis piernas han perdido fuerza y que voluntariamente soy capaz de ayudarlo, pero no a tocarse si no a sentirme.Por lo que, intentó retroceder antes de que pierda la voluntad de hacerlo. Pero, como ha sucedido en otros momentos, no soy capaz de alejarme.— Obsérvame así, Antonella. No sabes cuánto me excita que lo hagas de esa manera. — dice él continuando con la fricción de su mano envuelta en mi ropa y su intimidad.— Esto es una completa locura
Me prometí que no iba a volver a caer en la trampa, pero soy muy débil. Las feromonas están en mi contra y es por ello, que sucumbo a este tipo de tentaciones. Así que, aunque prometí marcharme a mi manada e intentar encontrar otra solución, ahora me encuentro en los brazos del rey alfa que tanto disfruta estar en mi interior.— Dime algo, Antonella, ¿Ya no soy el rey de los precoces? — pregunta él y yo me avergüenzo completamente porque sé que fue uno de los pensamientos que tuve la primera vez que estuvimos juntos.— ¿Por qué no me dijiste que podías leer mis pensamientos?— Se supone que eso es una información de todos saben. Aunque la conexión no es igual cuando uno está teniendo relaciones sexuales a cuando uno ha sido marcado, evidentemente se puede leer la mente. — explica Edmond.‘Debí haberme esforzado e
Aunque pienso si es buena idea que yo regrese a la manada por mis objetos de valor, debido a que Edmond no es un hombre que simplemente amenaza, no puedo negarme a al menos despedirme de mis recuerdos y traer conmigo a mis mascotas.Por lo que, rápidamente me acerco al hombre comprendiendo perfectamente que debo calmarlo.— Ten esto mientras regreso. Si estás muy estresado, puedes oler un poco, las acabo de usar, pequeño pervertido. — digo entregándole mi ropa interior.Quiero morirme de la vergüenza por lo que acabo de hacer, pero reuniendo el valor que tengo, me alejo de donde él se encuentra y giró levemente para observar la sonrisa complacida que me muestra.— Sí que sabes cómo calmarme, querida. — dice él acercando lo que le he dado a su rostro.Antes de que haga algo pervertido delante de mí, me salgo de este pequeño compartimiento y camino hacia l
Me resulta ilógico que el alfa Robert diga eso, pero, dudo que esté bromeando cuando no toleraría pensar en mí como una alfa. Por eso, intento saber qué es lo que pasa, ya que, no puedo confirmar por mi propia cuenta ello.Antes de buscar un espejo o algo en el que pueda ver mi reflejo, el alfa Robert me toma del brazo con tanta violencia que la advertencia de Edmond me preocupa, al saber que los francotiradores no fueron una broma para él.— ¡¿Cómo es posible que seas una alfa?! — grita él aturdiéndome.— Suélteme, por favor. Si no quiere morir, lo mejor será que me suelte. — digo con dolor.— ¿Acaso vas a matarme?— Yo no. Pero, estoy segura que los francotiradores que envió el rey alfa no dudarán en matarlo. — digo con seriedad.Como lo sospechaba Edmond, mencionar su nombre hace que me suelte y l&oa