No estoy segura si realmente lo que pienso puede ser lo que realmente soy. Pero, me preocupa que yo sea parte de esa especie que Edmond se aferra tanto en asesinar. Ya que, entonces estaríamos en un problema más complejo del que nos encontramos en este momento.
‘¿Existe la posibilidad de que yo sea de una raza tan peligrosa y yo no lo sepa?’ Me preguntó mentalmente.— ¿Con todos los demás miembros de las demás manadas fue así o solamente con la manada Diamante Creciente? — pregunto.— Escuché que causó mucho daño a todas las demás, pero, no sabría decirte que tan grave fue. — dice Carolina.— ¿Existe la posibilidad de que alguien sea miembro de esa especie y que no sea tan poderoso?— No sé porque me estás haciendo todas esas preguntas, pero espero que no sea para causarte daño. Ahora, respondiAhora que observo cómo se encuentra Carolina, no puedo evitar sentirme mal porque desde que nos conocimos, ella me ha estado ayudando, incluso cuando no era su deber hacerlo. Pero a cambio, lo que he hecho por ella es amenazarla y ponerla en un riesgo que pudo haber evitado si no se relacionaba conmigo.— Lo siento, Carolina. Tal parece que el no tener experiencia con amigos me ha llevado a ser una mala amiga para ti. — digo y ella nubla su vista con las lágrimas acumuladas.— ¿Me consideras tu amiga? — pregunta ella en un susurro.— ¿De qué otra manera podría considerarte si no es como amiga? No me digas que esperas que me enamore de ti o algo parecido. Porque si no te habías dado cuenta, estoy casada y mi esposo no tolera infidelidades, ni mucho menos, las toma a la ligera. — digo y Carolina se ríe por mi broma.Debido a la situación en la que me encuentro, no ten
Aunque a Carolina no le agrada del todo la petición que le he realizado, no tiene otra opción que permitir que Abbas ingrese, porque él va a ser nuestro conejillo de indias para poder comprobar si realmente yo pude obtener la fuerza mental para que no sea posible para Edmond entrar a mis pensamientos tan fácil como lo ha hecho hasta ahora.— Solo espero que esto no nos cueste la vida o en mi caso, a mí nada más. — se queja Carolina antes de abrir la puerta y encontrarse con el rey alfa Abbas.— Buenas tardes. — saluda Abbas.— Dejaré la puerta abierta para evitar cualquier tipo de confusiones. — dice Carolina.— Reina alfa, disculpe que los interrumpa, pero, no creo que me permitan el acceso del rey alfa a su dormitorio. — dice Natanhael.Sonrió al ver el pánico en su mirada y no es para menos, ya que, si Edmond llega antes de yo terminar de hablar
No puedo evitar sentirme mal con lo que está sucediendo, porque me parece que el rey alfa Abbas es alguien muy amable. Pero, no puedo mentirle porque eso sería mucho más desconsiderado de mi parte en comparación con lo que estoy haciendo ahora.— Tal vez le parezca que es una excusa lo que le voy a decir. Pero en realidad, es la verdad.— ¿De qué verdad me estarías hablando, Antonella? Necesito que me digas lo que está sucediendo para poder entenderte.— Preferiría que no me entendieras, rey alfa Abbas.— No sé cómo normalmente resuelve tus inconvenientes, pero, en mi caso, hasta no comprender qué es lo que está sucediendo no tomó una decisión.En pocas palabras, me está diciendo que no piensa romper nuestra conexión hasta que yo no le explique porque razón quiero cortar lo que nos mantiene unidos debido a su t
Aunque no quiero ser tan directa y hacerlo sentir mal por esto, es difícil para mí evitarlo, ya que, a pesar de que lo estoy realizando por un bien, seguramente él no lo ve así y puede verme de una manera arrogante o fría.Además de eso, si Edmond llega y nos encuentra así, todo riesgo tomado para saber si era mentalmente fuerte no será suficiente pago para todo lo que sucederá entre ellos, por su posesividad y forma de resolver la mayoría de las cosas usando la violencia.— Antonella…— Quiero que entiendas algo, yo te aprecio, rey alfa Abbas, pero, no te escogeré. Sé que es terrible para ti, porque no tienes otra opción, pero, como veo yo todo, es lo mejor para todos.— Antonella, ¿eres masoquista? — pregunta el rey alfa Abbas.— Quisiera decirte que no, pero el haber soportado tanto golpe y maltrato en la manada Luna Plate
No sé si realmente están arrepentidos por lo que acaban de hacer, porque ninguno de los dos se atreve a decirme algo, ni mucho menos detenerme, aunque yo camino lejos de ellos. Por lo que, aprovecho para irme de este bendito barco antes de que ellos reaccionen.— Antonella, espera un momento. — pide Edmond.Pero ni aunque estuviera loca, sería capaz de quedarme sabiendo perfectamente que al hacerlo, solamente voy a aumentar mi estrés porque voy a discutir con ambos, ya que, ellos quieren tener la razón, al igual que yo.Por eso, camino rápidamente mientras intento que mi mente sea lo más fuerte posible para poder impedir que Edmond conozca lo que estaba realizando en su ausencia. Pero, Edmond juega sucio y se transforma en lobo para poder perseguirme y así interponerse en mi camino, antes de que pueda siquiera lanzarme al mar.— ¡Antonella Waldorf! — grita Edmond.— &
En la oscuridad, intento comprender las palabras de Edmond pero ni siquiera estando aquí sola puedo lograrlo. Mi mente recuerda perfectamente las miradas extrañas de cada una de ellos y como parecían en trance o con miedo.Pero, no puedo pensar que realmente yo sea parte de esa raza tan suprema e invencible que en el pasado causó daño. Desde mi oscuridad intentó revisar mi cuerpo, pero no hay algo extraño que me diga lo que supuestamente soy.Por lo que, comenzó a dudar de lo que me ha informado Edmond, pensando que es una nueva estrategia para someterme como él tanto lo desea.— Antonella, despierta. — dice una voz que me regresa a la realidad.— ¿Qué sucedió? — pregunto aturdida.— No hubo guerra, si es lo que temes. — dice Carolina con su mirada en el suelo.— ¿Por qué estás actuando así? — pr
El agua fría sobre mi cuerpo, me hace despertar moviendo mis extremidades por miedo a ahogarme. Pero, no estoy en el agua, en realidad, estoy en mi cama improvisada en el suelo, siendo nuevamente pisoteada por la prometida del alfa de la manada: Eliza Koart.— Por fin despierta la bella durmiente, pensé que tendría que llamar a nuestro alfa para que te diera el beso que te despertaría del mágico sueño en el que estabas, princesa.— Si fuera una princesa, diría que te has equivocado de historia, porque parezco más cenicienta, pero, en la parte que es maltratada por sus hermanastras y su madrastra.— Antonella, tú no tienes hermanastra.— Parece que nadie lo sabe, porque todos están desesperados para tratarme como esas hermanastras. — digo con enojo.Eliza, se burla y coloca su pie en mi pecho, enterrando su tacón aguja en mi piel. Aunque quiero defenderme, no es posible, será la luna de la manada en la que desgraciadamente pertenezco.— ¿Qué pasa, pequeña basura? ¿Quieres golpearme? —
‘Antonella, no has salido de un problema cuando estás en otro, ¿acaso hoy vas a morir?’ me pregunto mentalmente mirando todo a mi alrededor.La oscuridad no me asusta, he vivido siempre en la oscuridad y la suciedad, por lo que, la considero mi compañera fiel, pero, ahora no puedo decir que me siento cómoda, ya que, el bosque desconocido y una voz tan tenebrosa es lo que me acompaña.— Lo siento mucho, no entré con la intención de ofenderlo.— Aun así lo has hecho, pequeña.— M-me marcharé. — digo con la voz entrecortada.— Dije que mataría a cualquiera que se atreviera a interrumpir el descanso de mi alfa. — dice el hombre que no puedo ver, por lo que, corro tan rápido como puedo.Retrocedo con temor e imploro que mi vida no acabe esta noche, sabiendo que si he luchado tanto por sobrevivir en una manada que es el mismo infierno, no puedo morir ahora que faltan minutos para cumplir mis veinte años y con ello, conocer mi loba. Porque yo sí tengo mi loba.— ¡Busquen a esa defectuosa ant