Después de un día diferente, volvieron al hotel para descansar tras un día largo. La muchacha se sentía un poco casada y Por ende debía descansar para recargar energías, y de esa manera al siguiente día seguir disfrutando de esas maravillosas vacaciones que los dos estaban pasando juntos. Pronto Victoria se duchó, y tras terminar regresó a la habitación para buscar en su valija ropa adecuada y cómoda para ponerse. Logró encontrar a su pijama entre tantas cosas y se la colocó. De verdad se sentía bastante agotada por aquel día interminable y solo quería acomodarse para dormir. Rashid, a diferencia de ella tuvo que terminar de atender algunos asuntos pendientes que tenía por hacer. Ni siquiera durante unas vacaciones podía quedarse tranquilo porque siempre surgía algún imprevisto con respecto a la compañía. Estaba conectado con su mejor amigo a través de una llamada en línea. —¿Estás tomando del pelo? Ambos revisamos todos esos papeles y vimos que no había nada fuera de regla.—Yo t
Un día que debía ser importante y se convirtió en una pesadilla, luego se anuncio la suspensión de la fiesta de compromiso. Fue el propio Rashid Ansarifard, tiene una rueda de prensa dio declaraciones al respecto y explicó que no habría otra fiesta de compromiso y también se guardaría los detalles de otra cosa relacionada con su relación con la señorita Victoria. Una joven que se ha robado el corazón de quién es ahora la conocen como la pareja sentimental del empresario árabe. Ahora que se encuentran a la espera de su primer hijo, los dos lleva una vida más discreta y no han querido ofrecer más entrevistas al medio público. Toda esta ausencia de las cámaras ha incrementado el interés de los periodistas por saber cada detalle y minuto qué pasa la linda pareja conformada por Victoria y Rashid. De acuerdo a una fuente, habrían fotos exclusivas de ambos durante su visita a Irlanda». Amina resopló al terminar de leer aquella nota tan fastidiosa. Pero no podía esperar menos de la prensa
—El problema aquí o el factor que impide la solución, es el tiempo. Si Rashid estuviera aquí, ya todo estaría resuelto —emitió. —Vale. Pero tampoco te estreses, todo tiene una solución. Estoy segura de que algo se les ocurrirá —le expreso para dejarlo más tranquilo y le dio una mordida a su sándwich. —Eso espero. ¿Tú comiendo a estas horas tan tarde? La miró extrañado a sabiendas de que ella siempre buscaba la forma de cuidar su figura y evitar las comidas nocturnas. Además que tenía sobre su plato un enorme sándwich con mucho relleno. Era extraño también porque su novia no era de mucho apetito voraz. De hecho siempre era de las personas que comía porciones equilibradas y pequeñas. A veces era tan poco que se veía obligado a intervenir y así convencerla de que se sirviera un poco más. —Digamos que tanto trabajo me ha abierto el apetito. He tenido que pasar muchísimas horas frente a la portátil sin almorzar. —¿Entonces me has mentido cuando te pregunté qué comiste? —la miró serio
Al día siguiente muy temprano Victoria abrió los ojos con el alba y se sentía muy bien porque había recargado la energía durante toda esa noche descansando, a diferencia del árabe quién tuvo que quedarse hasta despierto a altas horas de la madrugada para no dejar a medias el trabajo tan importante para la compañía. Estiró sus extremidades tras quedarse algunos minutos sentado sobre la cama mirando a la nada, recordó el mal sueño que tuvo, y se le crispó la piel de solo pensar en eso nuevamente. Para ese domingo ninguno de los dos había planeado salir del lugar, donde estaban hospedados por lo que eso significaba que pasarían el resto del día allí y lo consideraba una buena opción para descansar un poco más, tomando en cuenta que la noche no fue lo suficientemente reparadora para ella. Busco por todos lados a Rashid, pero este no se encontraba en el interior de la habitación y el lado de su cama se encontraba intacto lo que le dejó saber que no había dormido junto a ella. ¿Es que se
—¿Por qué dices eso? Un bebé es un regalo maravilloso y yo también tengo miedo, sin embargo cuando tenga mi hija en mis brazos habrá valido la pena —le sonríe —. ¿Por eso es que tú y Alaric están peleados? —No, no estamos enfadados. Hace rato se ha puesto así porque te dije sobre el problema que pasó en la compañía y no debí hacerlo, aunque ahora creo que se enojó más por lo de noche que porque te dije. Él si quiere tener hijos y siento que esto podría ser un problema en nuestra relación al estar en desacuerdo, ambos estamos en posiciones diferentes y no quiero herir sus sentimientos y tampoco destrozar esa ilusión que tiene de convertirse un día en padre. Pero... ¿Qué pasará si yo nunca desarrollo esa sensación de urgencia por también ser mamá? Quiero a Alaric con todo mi ser y mi objetivo es que ambos seamos felices y estemos cómodos el uno con el otro, la verdad es que nunca había estado en esta situación. —Bueno, es lógico que apenas están en así, porque nunca sacaron el tema a
—Vale. Ahora miro videos de recetas, me interesa mucho este mundo culinario —cambió de conversación, más animada. —Hay mucho talento en ti, Victoria. —Eso también me dice Amina —susurró ansiosa. —Entonces no le temas a nada, después, cuando estés preparada, hazlo. No hay nada que te detenga. Una vez nazca nuestra hija, ya lo hablaremos, ¿vale? —De acuerdo. Oye, hay un asunto que quería decirte. No es nada de qué preocuparse, pero sí una cuestión que desde hace tiempo me da vueltas en la cabeza. —Adelante, puedes decirme —la alentó mientras se servía una taza de café bien cargado. Ella se animó a decirle. —Es sobre el dinero, ya sabes, no me siento bien con tanto dinero, es decir... Ahora que las cosas han cambiado, yo no quiero nada a cambio. —¿Hablas de todo el dinero que pague por ti y por el bebé? —Suena horrible, ya no se palpa igual. Yo te quiero y ya no deseo nada a cambio, quiero devolverlo, no lo quiero Rashid. —¿Por qué no abrir una cuenta de ahorros? Sería una buen
Sobre todo rodeada de una tremenda confusión. Era raro que le estuviera pasando ahora. ¿Una llamada internacional? —Por ahora no necesitas saber mi nombre —continuó esa voz, la de una fémina, tan fina y refinada —. Atenta a lo que te voy a decir, y espero lo tomes en serio, no es un broma. Ha sido un error que sigas con Rashid, él y tú no son del mismo mundo, no pertenecen al mismo círculo, tienes que alejarte de él, nada bueno pasará si estás con Rashid. —¿Quién eres y por qué me dices todas estas cosas? ¡Dime tu nombre! —No, ya te dije que no hace falta, solo digo la verdad. No están destinados a estar juntos. Aléjate de él mientras puedas, hazlo —le pidió, casi como una orden que debía cumplir. Se asustó tanto que no pudo decir otra palabra y dejó caer el teléfono. No quería que a su regreso, Rashid la encontrara en ese estado, por eso resolvió que antes de su regreso, estaría como si nada. Tenía miedo de contarle a Rashid. No sabía si debía decirle, todo podría ser algo de mal
Rashid y Victoria después de pasar varias semanas en Irlanda, volverían a New York. Amina, se había esmerado mucho para hacerle una bienvenida. De esa manera recibirla cómo lo merecía. Estaba muy emocionada de por fin volver a tenerla de vuelta en casa. Tanto así que se esforzó mucho en hacer un agasajo que fuera del agrado de la muchacha. Alaric, se encontraba junto a ella en el piso del árabe para ayudarle con la organización. —¿Crees que ya falta poco para que lleguen? —le inquirió, animada. La había echado de menos todo ese tiempo. —No lo sé, será un vuelo largo. Pero tengo entendido que llegarán hoy, más tardar en la noche. Alaric, desde aquella conversación, había estado un poco diferente con Amina. Sí, le hablaba, dormían juntos y estaban cerca, pero ellos en realidad se habían separado amorosamente. Sin darse cuenta, estaban dejando que las diferencias y la falta de comunicación, se interpusieron entre ellos. —Vale. Quiero que todo esté lindo. Por supuesto que le guste a