Más tarde recibió la visita inesperada de Adalia Metternich, su exnovia. Una alemana de complexión delgada y de ojos azules como el cielo. Era una mirada muy potente y coqueta, le extraño verla por allí en su oficina después de tanto tiempo. Había terminando en buenos términos, tras una relación de tres años juntos. Ahora nada existía entre ellos, ni una comunicación a distancia. Sabía que de seguro estaba allí por la muerte de sus padres. Tenía un vestido blanco sobre las rodillas, muy ajustado a su cuerpo. El cabello caía sobre sus hombros y espalda en ondas. —Rashid, cuánto tiempo sin vernos. Espero no estés tan ocupado, le hablé a tu asistente, me ha permitido entrar ahora, ¿cómo estás? —se le acercó y lo rodeó dándole un abrazo que iba más allá de un gesto cariñoso. —Un poco mejor, es terrible lo que pasó. —Sí, apenas me tomé y cogí un vuelo, necesitaba saber de ti en persona. Las noticias vuelan muy rápido, está en la prensa, siento mucho lo sucedido. Sabes que puedes contar
Cuatro meses después...Después de que ambos se habían declarado sus sentimientos, ahora vivían una hermosa historia de amor en la que ningún problema podría interponerse entre ellos, porque sus emociones eran más fuerte que cualquier otra cosa y sabían que podrían lograr grandes objetivos estando juntos. Rashid estaba seguro de haber encontrado la mujer de su vida y no quería apartarse de ella siquiera por un segundo. Como si hubiera sucedido un milagro, los temores de la joven habían desaparecido por completo a sabiendas de que no tendría que renunciar a ese pequeño que crecía dentro de ella. El contrato ya no tenía ninguna relevancia entre los dos, cuando las cosas habían tomado un rumbo diferente inesperado. Al final, Amina había terminado por tener razón ya que desde siempre le dijo a Victoria que ellos todo acabaría juntos. Y ahora vivían a los mejores momentos de su vida. Tanto el árabe como Victoria tenían que aprender a mejorar juntos y de esa forma poder crecer como perso
Al cabo de unas horas, la celebración había culminado y con ello todos los invitados se habían retirado a sus casas dejándolos a solas. Victoria se encontraba en medio del living ubicada sobre el sofá del salón, mientras encendida la televisión para colocar una película. Aún no tenía sueño, además es un poco aburrida, después de que todos se fueran. Y Rashid ahora se encontraban en el despacho que había en el piso arreglando algunos asuntos de último momento. No era nada raro que de pronto surgieran previstos en el trabajo, casi siempre sucedía lo mismo, no había duda de que el cargo de Rashid, era un tremendo peso sobre sus hombros. Incluso cargado de tantas cosas por hacer día a día, el hombre siempre buscaba la manera de estar con iré de compartir momentos agradables a su lado. Había cambiado tanto que, incluso teniendo una junta en equis día, hasta la pasaba para otro día si tocaba con la fecha que tenían para ir con la doctora. Eso le dejaba saber a Victoria que estaba por e
—Sí, aunque ya lo nuestro no es una fuerza, continuamos, ya sabes cómo es de pesada la prensa y no tardarían inventar cualquier otra historia ridícula y absurda. De hecho el tiempo que vamos a pasar juntos viajando de un lugar a otro es para unirnos más, sabemos que somos el uno para el otro, pero buscamos complementarnos más de lo que ya, me gustaría casarme con Rashid, porque lo amo, pero no quiero que eso sea de forma forzada. —Sería lo justo. Yo también quiero que ustedes sean felices, aunque ya lo son —emitió regalándole una sonrisa —. Desde ya sé que este viaje será fantástico para los dos. —Gracias por tus buenos deseos, espero que tú también puedas viajar pronto. —Sí, así será. ¿Así está bien de ropa? —quiso saber sentándose el borde de la cama ya no había más espacio en la valija para más prendas de vestir. —Sí, está bien ya con dos maletas. ¿Crees qué he exagerado con todo lo que llevo? —averiguó. —No, de hecho creo que llevas todo lo que vas a necesitar. Soy de las pe
Después de un día diferente, volvieron al hotel para descansar tras un día largo. La muchacha se sentía un poco casada y Por ende debía descansar para recargar energías, y de esa manera al siguiente día seguir disfrutando de esas maravillosas vacaciones que los dos estaban pasando juntos. Pronto Victoria se duchó, y tras terminar regresó a la habitación para buscar en su valija ropa adecuada y cómoda para ponerse. Logró encontrar a su pijama entre tantas cosas y se la colocó. De verdad se sentía bastante agotada por aquel día interminable y solo quería acomodarse para dormir. Rashid, a diferencia de ella tuvo que terminar de atender algunos asuntos pendientes que tenía por hacer. Ni siquiera durante unas vacaciones podía quedarse tranquilo porque siempre surgía algún imprevisto con respecto a la compañía. Estaba conectado con su mejor amigo a través de una llamada en línea. —¿Estás tomando del pelo? Ambos revisamos todos esos papeles y vimos que no había nada fuera de regla.—Yo t
Un día que debía ser importante y se convirtió en una pesadilla, luego se anuncio la suspensión de la fiesta de compromiso. Fue el propio Rashid Ansarifard, tiene una rueda de prensa dio declaraciones al respecto y explicó que no habría otra fiesta de compromiso y también se guardaría los detalles de otra cosa relacionada con su relación con la señorita Victoria. Una joven que se ha robado el corazón de quién es ahora la conocen como la pareja sentimental del empresario árabe. Ahora que se encuentran a la espera de su primer hijo, los dos lleva una vida más discreta y no han querido ofrecer más entrevistas al medio público. Toda esta ausencia de las cámaras ha incrementado el interés de los periodistas por saber cada detalle y minuto qué pasa la linda pareja conformada por Victoria y Rashid. De acuerdo a una fuente, habrían fotos exclusivas de ambos durante su visita a Irlanda». Amina resopló al terminar de leer aquella nota tan fastidiosa. Pero no podía esperar menos de la prensa
—El problema aquí o el factor que impide la solución, es el tiempo. Si Rashid estuviera aquí, ya todo estaría resuelto —emitió. —Vale. Pero tampoco te estreses, todo tiene una solución. Estoy segura de que algo se les ocurrirá —le expreso para dejarlo más tranquilo y le dio una mordida a su sándwich. —Eso espero. ¿Tú comiendo a estas horas tan tarde? La miró extrañado a sabiendas de que ella siempre buscaba la forma de cuidar su figura y evitar las comidas nocturnas. Además que tenía sobre su plato un enorme sándwich con mucho relleno. Era extraño también porque su novia no era de mucho apetito voraz. De hecho siempre era de las personas que comía porciones equilibradas y pequeñas. A veces era tan poco que se veía obligado a intervenir y así convencerla de que se sirviera un poco más. —Digamos que tanto trabajo me ha abierto el apetito. He tenido que pasar muchísimas horas frente a la portátil sin almorzar. —¿Entonces me has mentido cuando te pregunté qué comiste? —la miró serio
Al día siguiente muy temprano Victoria abrió los ojos con el alba y se sentía muy bien porque había recargado la energía durante toda esa noche descansando, a diferencia del árabe quién tuvo que quedarse hasta despierto a altas horas de la madrugada para no dejar a medias el trabajo tan importante para la compañía. Estiró sus extremidades tras quedarse algunos minutos sentado sobre la cama mirando a la nada, recordó el mal sueño que tuvo, y se le crispó la piel de solo pensar en eso nuevamente. Para ese domingo ninguno de los dos había planeado salir del lugar, donde estaban hospedados por lo que eso significaba que pasarían el resto del día allí y lo consideraba una buena opción para descansar un poco más, tomando en cuenta que la noche no fue lo suficientemente reparadora para ella. Busco por todos lados a Rashid, pero este no se encontraba en el interior de la habitación y el lado de su cama se encontraba intacto lo que le dejó saber que no había dormido junto a ella. ¿Es que se