Victoria recibió la visita sorpresa de Amina, ese mediodía. Justo antes de que la muchacha llegara a tocar la puerta ella se encontraba en la cocina preparando el almuerzo, celebró mucho de verla y no pudo contener esa emoción, se aventó a ella abrazándola con cariño. —Pero mira nada más, gracias por venir, es una grata sorpresa Amina. Pasa, por favor —declaró, haciéndose a un lado. A lo que ella pasó de inmediato y dejó las cosas que había traído sobre el mesón. —Creí que era una buena idea preparar una pizza, pero no sabía que ya habías hecho el almuerzo.—Así es, es que no sabía que vendrías. Pero te agradezco mucho que te hayas tomado el tiempo y también la amabilidad de querer hacer algo conmigo. —Sí, hoy tuve el día libre de la universidad y como ya había terminado los pendientes que tenía, entonces aproveché de venir y así pasar un día contigo; además me comentó mi novio que Rashid había estado bastante ajetreado con muchísimo trabajo y probablemente tú estaría sola aquí. E
—Vale, pero no creo que sea una buena idea lo que estés planteando, si algo va a surgir que sea de la forma natural, y si ambos no estamos destinados a estar juntos, lo acepto. Pero de ninguna manera voy a forzar las cosas. Es algo que yo nunca haría, Amina. —No lo veas así, no estarías forzando nada, solamente tomando una decisión qué puede beneficiarte, estarías haciendole un gran favor a todos, quizás la solución para que mi amigo Rashid deje de ser tan cretino y odioso al encontrar el amor. —Lamento no ser esa solución. —Está bien, no sigamos hablando del tema quizás ha sido algo ridículo de mi parte. Mejor cuéntame cómo fue tu mañana y yo también te hablaré de la mía. La muchacha suspiró, definitivamente era lo mejor dejar ese tema atrás y no darle más vueltas. No llegarían a ningún lado continuando con la misma charla. —No he hecho nada interesante, háblame del tuyo. La joven puso una sonrisita. —Estaba esta mañana en centro comercial y hay descuentos en una de las tiend
—Pero ahora lo sabes y podrías pensar más allá de lo que alguna vez habrías imaginado, tomando en cuenta que eres excelente cocinando tienes habilidades para esto. El talento qué se necesita para hacer un curso o llevarlo a lo profesional y adquirir más conocimiento es una magnífica idea. —Es muy alentador lo que dices pero en estas condiciones no es muy real. —Lo sé, estoy al tanto de que las circunstancias cambian de un momento a otro sin embargo llegará un momento en el que podrás tomar las riendas de tu vida y hacer algo que te llene y te haga sentir realizada como persona. Yo presiento mucho éxito en tu futuro. —No quiero arruinar tus palabras pero a veces hay mucho positivismo en ti y no lo creo así. —Está bien, tú piensas las cosas de una forma, yo de otra, pero de lo que estoy segura es que siempre debemos pensar en positivo y arraigarse justo a eso, a un cambio bueno. No volvió a emitir otra palabra pero si reflexionóbmucho en ello, en lo que la muchacha le acababa de de
—Sí, me ha dicho que habló con un organizador de fiesta algo que veo innecesario, podría haberle dicho a sus padres que nos comprometimos y ya,.sin hacer una fiesta e invitar a personas. Es ridículo que involucre a más personas en esto que solo es una mentira. —Sé lo que quieres decir. Está haciendo todo esto demasiado real es lo que haría él para convencer a todos que efectivamente existe algo y no se trata de una mentira. —¿Ahora te das cuenta de qué es ridículo que siento algo por él? Definitivamente no es el momento equivocado sino el hombre incorrecto. Siempre dando órdenes y definiendo mi futuro. Pero esto me pasa por tonta, solo tendría que haberle... Se detuvo. No quería ni pronunciar la palabra, aunque la muchacha conocía sobre el embarazo por contrato, de lo otro no quería mencionarle. —Ahora ya no puedes devolver el tiempo y así es la vida, tomaste decisiones y eso trae a veces consecuencias, pero tú decides si ver los resultados de una manera positiva. Por eso soy de l
Victoria ya no sabía qué hacer para calmarse un poco y olvidar el tremendo hecho de que faltaba poco para que se llevara a cabo una fiesta de compromiso falsa de la que no quería participar y sin embargo estaba empujada a hacerlo. Aprovechando la ausencia del magnate quién le había exigido o dado la demanda de que no se encargara de los asuntos de la casa, cómo limpiar, pues para eso llegaba una mujer que hacía todas las tareas allí, comenzó a limpiar la cocina. Y luego de eso pasó la aspiradora por las alfombras de living, se sentía exhausta pero haciendo eso de alguna forma estaba liberándose de todo ese enojo que sentía dentro de ella. En su sistema no se detuvo esa furia, sino que continuó con la labor al dirigirse a la habitación de Rashid y tomarse el atrevimiento de cambiar algunas. No tenía idea en el lío en que se iba a meter, pero ahora eso mismo le importaba un rábano. Podría ser una habitación muy grande y lujosa con todo lo que nunca se habría imaginado pero le faltab
—No como crees, es decir, hice lo que es correcto. Pero finalmente cedido por ella misma. Sabes qué no estoy de acuerdo con todo esto qué estás haciendo. Ella es una chica muy buena y no se merece estar metida en esta mentira que puede terminar afectandole. —¿Por qué crees que la afecta haría todo? —Porque... Pues, las mujeres son muy diferentes a los hombres. Es decir, sensibles y emocionales y tendemos a confundir las cosas o caer con mucha más facilidad. Mientras que ustedes pueden tomarse las cosas más a la ligera en cambio uno puede incluso llegar a meter en el corazón y sabes que eso es igual a salir herida. —¿Qué? Yo no le voy a romper el corazón a nadie. Además, Victoria es una muchacha fuerte, incluso impulsiva, ¿es que estás queriendo decir que ella podría enamorarse de mí? Porque me odia y mucho. Nosotros no somos compatibles y sabes que no está mi plan, solo quiero el bebé. Ya no digas más tonterías. —Solo estoy diciendo la verdad, además tú eres el causante de todo es
Rashid entró a su habitación, sintiéndose extraño y distinto a lo que solía. Pensó seriamente en las palabras de su asistente y también con mayor ahínco en lo que le había mencionado la novia de su mejor amigo. ¿De verdad estar cerca de Victoria podría hacer que algo crecer dentro de él? Estaba seguro de poder tener el control de sus emociones nunca antes tenía que haberse preocupado por eso, ahora sí. Ya no estaba tan seguro de poder quedarse sin inmutar en su lugar y no sentir como cualquier otra persona. Sin embargo, nada de eso era cierto. Sentía más que nunca, y por ella. Solo que aún no le daba un nombre a ese sentimiento y sinceramente no quería hacerlo. Después de un rato meditando y dándole vueltas al asunto en su cabeza, decidió darse una ducha, a diferencia de otros días estar un rato bajo la cascada, no logró que ordenar su mente, seguía siendo la misma maraña y un desorden loco. Se metió en la cama con el nombre de Victoria clavado en su cabeza, no importa las veces qu
—Siempre ganas, eso tampoco cambia. ¿Me darás la tarta o no? —extendió las manos, a lo que él sonrió. Qué extraña esa chica, de pronto molesta, y ahora... —Sí, ten. Toda tuya, pero no comas todo ahora mismo, te podrá hacer daño. —No te preocupes, ahora déjame sola. Asintió con la cabeza y estaba apunto de marcharse pero fue ella quién ahora lo retenía. —No, quédate. Has comprado este pastel para mí pero no me lo comeré todo, quiero compartirlo contigo. —Oh no, sabes que no me van los postres y esas cosas. —¿Bromeas? Eso no decías la noche en la que te comiste varios trozos de la tarta de queso. —Pero esa tarta, puedo apostar, que tenía menos azúcar y calorías que esta. —Pareces una chica, ¿es que te preocupa engordar? No tiene nada de malo comer o consumir azúcar siempre que no sea con regularidad. Además yo te veo en forma —añadió, aunque luego se dio cuenta de que había sido innecesario la añadidura —. Ven, come un poco conmigo. Victoria tocó la colcha a su lado para que f