—De acuerdo. Es que no estoy acostumbrada a que hagas esto, Rashid. —Siempre hay una primera vez, sé que puedo parecer un tipo duro pero también tengo un corazón, además se trata de mi hijo. —Es aún muy pequeño —le recordó.—No importa. Quiero que me sienta, que sepa que soy su padre. —No te preocupes, creo que tendrás el resto de tus días para dejárselo saber, algo que yo no —dejó salir el aire sonoramente. —¿Hay algo que no me dices? —buscó su respuesta en su mirada aunque ella no se lo dejaría saber. Así que sería difícil dar el atino. —No, no estoy ocultando nada. Mentía. Rashid no lo supo en ese momento. De modo que dejó una que otra caricia, antes de dormirse junto a ella, ajeno a toda la contradicción que la envolvía, ese amor ferviente y creciente que sentía la muchacha por el bebé. No se imaginaba cuan difícil estaba siendo no experimentar tantas cosas lindas en una etapa inolvidable como esa, mucho más al ser su primera vez. Fue la última en conciliar el sueño y mien
La muchacha se terminó tres piezas de pizzas, quedando satisfecha con ello. Al cabo de un tiempo le dieron ganas de subir a la terraza a tomar un poco de Sol no era lo más divertido que podía hacer, pero tampoco tenía muchas opciones y viendo el lado positivo, desde las alturas tenía una magnífica vista en la terraza, podría ver parte de la ciudad, un perfecto increíble panorama. Ya estaba arriba, contemplando las hermosas vistas hacia la ciudad de Nueva York también podía sentir el viento soplando suavemente sobre su rostro y batiendo inevitablemente cada hebra de su pelo. Era justo esa tranquilidad que necesitaba, dándole pequeñas dosis de felicidad qué volvían a irse al recordar la realidad que vivía. Tenía una enorme camisa blanca holgada la cual se levantó a la mitad de su abdomen y se puso de frente a los rayos de sol. Sabía que era bueno coger un poco de luz natural y a su bebé también le haría muy bien. Ahora más que nunca lo llamaba de esa forma, su bebé, su diminuto regalo
Victoria sabía que en cuanto abriera la nevera notaría la ausencia de la pizza sobrante, y justo eso pasó. —No me digas que te has acabado la pizza, Victoria —la miró entrecerrando los ojos hacia ella.En contesta, se encogió de hombros y sonrió confirmando así que había sido ella. —Tenía hambre. Él suspiro. Pidiendo paciencia. Pero no le dijo nada más. Volvió a echar un vistazo en la nevera y encontró en el frigorífico aquel pastel que no recordaba haber visto antes. Curioso lo sacó. —¿Asa salido a comprar una tarta? —quiso saber. —No, yo la hice, es mi tarta favorita y mamá solía hacerla. De hecho ella me enseñó a mí. —Bien —se limitó a decir, no iba a reñirle por eso, además tenía buena pinta y tomó una pieza —. Espero que no te moleste. —No, para nada. Sonrío para sus adentros, al verlo no poder resistirse por la tarta de queso. —Umm, ¿en serio la hiciste? —Sí, ¿te gustó? —La tarta de queso es mi favorita. Te ha quedado deliciosa, Victoria —le regaló un cumplido acompañ
La amena conversa continuó, Amina realmente era muy dulce y eso le gustaba. Hasta tuvo la sensación de que podrían ser amigas. —Bueno, ¿qué otra cosa te gusta hacer? a mí por ejemplo además de la carrera universitaria, soy una amante de los viajes, razón por la que casi estudio turismo, pero mis padres tuvieron gran pesan en mi decisión, aunque a mí también me gusta la carrera de comunicación social. —Bueno, sinceramente me gusta mucho cocinar, de hecho preparé hoy una tarta de queso, mi favorita, y mamá solía hacerla para mí cuando era chiquita entonces es algo muy especial para mí conservar la receta y prepararla. Me recuerda a ella. —Siento mucho tu perdida, VictoriaLe expresó mientras puso una mano sobre su rodilla con la intención de transmitir ese consuelo que necesitaba la joven. —La verdad es que la extraño muchísimo, pero la tengo presente en cada cosa que hago. Sé que ella nunca dejará de estar conmigo, vive mi corazón y en todos los recuerdos que forjamos. —Es una for
—No no, pasa. Terminó de abrir la puerta y se hizo a un lado aún confundido y pensando probablemente de qué la presencia de ella no era real. Tenía que estar soñando. —Vale, muchas gracias. Es que ha sido horrible. El árabe la siguió y la volvió hacia él, mientras posaba ambas manos sobre sus hombros comprobando así de que ella sí era de carne y hueso y se encontraba prácticamente refugiándose en su habitación. Acarició la zona para calmar un poco esa sensación tensa que desprendía y el miedo en ella. —¿Estás bien? Su labio inferior tembló y negó con la cabeza mientras, para la sorpresa de ella misma, recibía aquel abrazo masculino que tanto necesitaba y cerró los ojos dejándose llevar por ese adoso tan reconfortante y plácido. —Lo perdía. Él se iba y... —dijo contra él sin poder completar la frase pero el magnate supo de inmediato a qué se refería. Aunque luego ya no supo si sería eso. —Ha sido todo parte de un mal sueño, vamos a dormir. Asintió. Ambos se metieron a la cama
Las horas parecían pasar con mucha más lentitud de lo normal. Solo quería hacer algo para distraer su mente, pero el problema era qué hacer. No lo sabía. Finalmente se le ocurrió averiguar un poco sobre el proceso del embarazo, necesitaba informarse un poco más respecto a ese tema quede solo pensar le daba un poco de nervios. El parto consiste en una serie de contracciones uterinas rítmicas y progresivas que gradualmente hacen descender al feto por la cérvix (cuello del útero) y la vagina (canal del parto) hacia el exterior.Leyó las primeras líneas, ya sentía como su corazón comenzaba a bombear deprisa. Era terrible, lo que sentía, el dolor tan potente, ese sentir desgarrador, la verdad es que no podía con tanto. Aún así, le siguió seguir en el indago. Suspiró. «El parto se compone de tres etapas principales:Primera etapa: periodo de dilatación (o trabajo de parto). Estos cambios permiten que el feto pase a la vagina.Segunda etapa: periodo de expulsión. Se trata del nacimiento
—Bueno, para nadie es un secreto que me he esforzado mucho para alcanzar mis objetivos y llevar mis negocios más allá, incluso he probado hacer cosas diferentes, y ha ido excelente. Es cierto que hay otras cosas más importantes que el trabajo y quiero darle la primicia al finalizar la entrevista, por eso voy a darle respuesta a tu pregunta al final, ¿está bien? En ese momento la cámara enfocó a la periodista, quién no quitó la expresión de asombro en el rostro y luego dibujó una sonrisa bastante interesada, sabía muy bien que era su entrevista, nada pudo salir mejor. Eso también lo suponía Victoria, quién ya se hacía a una película. —Por supuesto, sigamos con la siguiente, ¿es cierto que se habla sobre un posible enlace con una reconocida compañía alemana? —Vale, no es así exactamente estoy hablando con un empresario de Alemania quién es un tipo bastante serio en lo que hace y me ha parecido idóneo para hacer negocios con ella, pero de ninguna manera mi empresa estaría enlazada a o
Llegó a la oficina como de costumbre dando órdenes por doquier y los empleados acataron despavoridos y poniéndose manos a la obra con mucha premura. Ese día había mucho trabajo que hacer en la oficina, por lo que sería un día muy largo y también ajetreado para todos por igual. Rashid entró a su oficina enfadado al ver el problema que había surgido en el nuevo proyecto de Roma, sabía que se estaba jugando una gran cantidad de dinero, no podía simplemente suspenderlo por algún otro inconveniente que apareciera en su vida, como continuar en la marcha y solucionar el problema que había aparecido. Para ello se puso en contacto con su abogado qué le prometió estar en la oficina en cuanto terminara un caso. —Salvatore, este es un asunto muy importante necesito que estés aquí lo antes posible. —El caso que estoy atendiendo también es relevante, pero iré allá dentro de unos minutos. Colgó la llamada, se dirigió a su silla giratoria y se tumbó allí frustrado e impaciente por no ver la hora