Hope abre los ojos con cansancio, quiere seguir durmiendo, pero sabe que debe comer algo primero o luego se sentirá peor. Se sienta en la cama e intenta salir de allí, pero un mareo la ataca y prefiere volver a meterse allí, porque tiene miedo de desmayarse y hacerse daño.Toma su teléfono para llamar a su equipo de seguridad, unos minutos después aparecen Marcus y Joseph, mira la puerta frunciendo el ceño porque Yandar no lo hace.—¿Y Yandar? —pregunta con debilidad—. Quiero pedirle que me prepare un desayuno delicioso.—Lo lamento, señora, pero Yandar no está.—¿Salió a alguna parte? ¿Irá a tardarse mucho?—Yandar renunció, señora. Anoche se llevó todas sus cosas y salió de la mansión.—¡¿Qué?! —de pronto Hope recuerda lo ocurrido, se aprieta el puente de la nariz y deja salir un bufido de molestia pura—. Llámelo.—Señora, dijo que era irrevocable…—¡Que lo llame! A mí no me viene con que se va así, sin despedirse y mucho menos que no volverá más… ¡¿Qué se cree?! Condenado hombre.H
Los meses van pasando rápidamente y la amistad entre Hope y Yandar se va estrechando cada vez más. A pesar de que algunas veces ella tiene algunos episodios de tristeza bastante fuertes, en donde el llanto no la dejan avanzar, él se queda junto a ella para consolarla y animarla a seguir adelante.Por supuesto que la familia está apoyándola en todo momento y no se han perdido nada del proceso de crecimiento de su vientre, pero es indudable la manera en que Yandar se ha convertido en alguien muy importante para ella. Jamás encontrará un reemplazo para su esposo, sin embargo, el hombre ha logrado hacer que olvide un poco el vacío que siente en su corazón.Todos los días, tanto por la mañana como por la noche, Yandar le aplica crema en el vientre a Hope. Desde que los gemelos han logrado moverse, estos no dudan en volverse locos dentro del vientre de su madre, deformándolo de maneras bastante graciosas, incluso a veces reaccionan ante la voz del hombre.No digamos ya de la comida que le p
Luego de pasar a Hope a la ha habitación para que descanse, Yandar llega junto a una enfermera quien lleva dos cunitas, mientras que el hombre lleva a cada muchacho entre sus brazos mirándolos orgulloso.Hope se siente cansada, quiere decirle que ya sabe la verdad, pero por otra parte será interesante hacerlo pasar un muy mal rato por tonto. Debió decirle la verdad desde el inicio y le habría provocado menos sufrimiento, pero en esto sería como su madre. Analizaría bien la situación, para luego dar el golpe magistral.—Sin unos niños preciosos —dice la enfermera—. Debo colocarles las pulseras con sus nombres —la mujer se queda viendo a Yandar, pero Hope se aclara la garganta y habla ella.—Yo seré quien le ponga los nombres, su padre no está con nosotros… él murió antes de enterarse siquiera que estas hermosuras venían en camino —deja salir un suspiro y sonríe, porque ya tiene los nombres desde que supiera serían niños, pero no quiso decir nada para que nadie la persuadiera de lo cont
Los gemelos son demandantes, a Hope se le encoge el corazón al oírlos llorar y berrear por hambre, cambio, frío o mucha atención. Pero «Yandar» le dijo que podía descansar todo lo que necesitara para reponerse bien del embarazo y del parto, y justo ahora a ella se le antoja ser obediente.Está en la cama, con los ojos cerrados escuchando cómo en la sala su esposo trata de manejar la situación con los gemelos, pero sencillamente no puede.—Veremos si mami está despierta para que me ayude, ¿sí? —lo siente asomarse en la puerta y dar un par de pasos, para luego salir de allí con un suspiro—. Creo que me toca seguir solito con este par tan tremendo.Hope abre los ojos, sale de la cama y camina a la sala con la camisola batiéndose como si flotara. Al llegar allí, ve la mirada de aflicción que él le dedica, pero también de esperanza. En lugar de oír «gracias a Dios llegaste», él sólo le sonríe con amor y le pregunta con dulzura.—¿Pudiste descansar?—Sí, gracias… —toma entre sus brazos a Má
Y como era de esperarse, Schneider se le escurrió de nuevo a Robert. Las groserías que dijo ese día le sorprendieron incluso a él, no le quedó más remedio que regresar a casa y esperar que se diera una nueva oportunidad.En tanto, Hope recibe el permiso de su doctor para comenzar a hacer ejercicio y así bajar de peso, aunque sabe que no recuperará la misma figura de antes, está dispuesta a bajar lo suficiente para colocarse un bikini en toda regla.Es por esto por lo que comienza a ir a un gimnasio, mientras sus padres y suegros cuidan a los gemelos la hora y media que se toma para eso. Ya se ha pasado más de un mes desde que nacieran los gemelos, tiempo en que Daryan se ha portado como un papá a todo terreno, dándole espacio para que haga muchas cosas.Aunque es parte de su venganza, también es una manera para que sus hijos creen esa conexión con su padre y al parecer funciona de maravilla.Por supuesto, Daryan va con ella al gimnasio, esta es la segunda semana para Hope y los múscul
Ambos se miran con una intensidad increíble, con la añoranza de no verse desde hace tanto como lo que son, marido y mujer. Daryan intenta romper el hielo con la voz agitada en un susurro nervioso.—Yo… amor, perdóname, en verdad no quería…—Lo sé, sé todo lo que pasó para que tomaran esta decisión —le dice ella—. Pero eso no quita que no esté molesta contigo. Aunque te daré el beneficio de conquistarme de nuevo, «Yandar».—Hope… mi bonita —la abraza fuerte a pesar de ese sarcasmo del final, ella se derrite entre sus brazos como deseo incontables veces. Las lágrimas comienzan a salir y pronto los sollozos de Hope estremecen su cuerpo. Daryan la aprieta más, sin dejar de acariciar su espalda.—Sentí que mi alma se había hecho pedazos… —confiesa ella entre lamentos ahogados—, pero cuando te conocí, cuando llegó Yandar, de alguna manera me sentí protegida. Y cuando me dijiste esas cosas en el parto antes de besarme…—Así que sí te acordabas —sonríe él.—No soy sorda ni olvidadiza… y ese b
Ya con la verdad revelada, los dos no dejan de amarse, como si el tiempo no hubiese pasado y disfrutando de lo maravilloso que es ser padres así, juntos.Por supuesto que Hope ya no se hace la dormida para torturarlo, ahora tiene otras maneras y peores, de esas que a Daryan le vale una ducha bien fría.Robert entra a la casa como si nada, escucha que Daryan le está cantando a los gemelos en el cuarto y luego se queda en silencio. Al llegar allí se los encuentra besándose y se aclara la garganta.—¿Qué significa esto? —pregunta serio. Hope sonríe porque parece molesto, pero es Daryan quien responde.—Lo siento, señor…—Ya dejen el juego —dice ella rodando los ojos y tomando a Máximo para cambiarle el pañal—. Yo sé la verdad desde que estos preciosos nacieron —Robert abre los ojos y ella se ríe—. Yandar no tenía por qué decirme que mis niños eran lo más hermoso que le había dado, menos darme las gracias por eso… ¡Y mucho menos besarme!—¡Ah, c@brón! Te pasaste de… no te culpo, me imagin
Daryan suspira con frustración, cuando Bastián le dice tartamudeando que no se vaya. —Demonios, cálmate. —No puedes irte… ¡Schneider está en Roma! —¡¿Qué me estás diciendo?! —dice girando en la carretera por cualquier parte y apretando el acelerador hasta el fondo—. ¿Estás seguro? —Sí, acabo de captarlo en una cámara y no te gustará dónde… —No me digas… ¡Maldición! —dice golpeando el volante con frustración—. Dile a mi padre y manda un equipo a la casa, mi mujer está sola con mis hijos. —Ya lo hice, mandé al mejor equipo de respuesta. A tu padre le estoy mandando ahora mismo el mensaje… —Me tardaré al menos cuarenta minutos, tal vez treinta minutos, por favor… —Yo también voy saliendo, aunque no soy de mucha ayuda, algo puedo hacer. —Gracias… Daryan cuelga la llamada y acelera más, siente miedo por lo que pueda pasar y debería… porque en ese momento un supuesto mensajero acaba de matar a los guardias de la parte trasera sin que nadie se dé cuenta. Hope está en la cocina, ca