Hope está en la ducha, quitándose un poco del polvo que se le pegó en el cabello luego de caerse en la entrada de la casa por estar bromeando con Valentina. Al salir, se da cuenta que el teléfono que Daryan le envió tiene una llamada perdida y se siente impotente porque seguramente no podrá llamarla nuevamente.Se queda en su cuarto atenta al teléfono, incluso pide que le lleven la comida a su cuarto diciendo que tiene mucha tarea para la universidad, pero por más espera, la llamada por la noche tampoco llega. Al día siguiente llega antes de la universidad y se queda en su cuarto esperando y esperando… pero Daryan no llama.Los nervios comienzan a atacarla y piensa que algo malo pudo pasar, porque Daryan no dejaría de llamarla por nada. Esa noche no consigue pegar ojo, el sueño no llega a ella sino el llanto, pensando que tal vez le ocurrió algo y que no puede esperar más, pero… ¿a quién puede llamar?No tiene el número de Bastián, ni de ninguna persona que le pueda dar razones.Por l
Cuando Daryan abre los ojos y ve a Hope acurrucada contra su pecho sonríe como si fuera el mejor regalo de la vida, aunque precisamente eso es lo que es. Le quita un mechón de cabello que tiene en el rostro y se queda quieto, como cuando debe buscar el momento justo para disparar a distancia, sólo que esta vez es por algo más lindo.Y así se queda varios minutos más, pensando en que así quiere despertar cada día en una casita, alejada de todo y con muchos árboles alrededor, con dos perros, tal vez dos o tres hijos revoltosos que lleguen a saltar a la cama para hacerles el día más feliz.—Eres tú… —dice embobado por la belleza de Hope. Ella comienza a removerse y cuando abre los ojos se encuentra a Daryan muy cerca de ella, esboza una sonrisa de gusto al tiempo que le acaricia el rostro.—Que lindo es despertar así —le dice ella.—Imagina hacerlo todos los días —Hope lo mira con la misma intensidad que los ojos azules del chico están posados en sus expresiones—. Imagina que podamos est
Los días se pasan y llega el fin de semana. Hope se levanta temprano, pensando en muchas cosas, todas lindas y que tienen que ver con Daryan. Cuando llega abajo, la señora del servicio le dice que sus padres están en la cocina tomando desayuno solos.Hope va con ellos para despedirse, porque en cualquier momento Daryan llegará para buscarla. Al entrar ve a sus padres muy acaramelados, sonríe al verlos de esa manera, porque se nota que aun después de tantos años y de todas las cosas que han pasado, ellos se siguen amando mucho.—Buenos días, princesa —le dice Daryl dándole un beso en la frente cuando ella se acerca—. ¿Vas a salir?—Sí, estaré todo el día fuera.—Supongo que con Daryan.—Por supuesto, de otra manera me encerraría en mi cuarto a estudiar —sonríe ella.—¿No comerás?—No, me dijo que me llevaría a desayunar a un lugar especial para él, hoy haremos cosas que nos gusten a los dos, para conocernos y buscar los puntos medios.—Me gusta… —le dice Zoe sacando un poco de huevos r
Hope se siente realmente cómoda entre la familia Sanders, son acogedores, revoltosos, escandalosos y se nota lo mucho que se aman, su familia es igual, así que no se espanta para nada.—Y dime, ¿cómo se tomó Marchetti lo de ustedes?—Bien, lo asumió bastante bien.—Pensé que había puesto el grito en el cielo cuando supo que es mi hijo —se ríe divertido de imaginar el escándalo.—La verdad es que eso hizo que lo aceptara más rápido, no se cansa de decir que confía en él más que en cualquier persona por ser hijo de quien es —Robert se queda sorprendido—. Dice que, si es un Sanders, es de honor y no dudará en protegerme de lo que sea.—Me dejas sorprendido, siempre pensé que me odiaba por comerle el mandado —su esposa le da una palmada en la nuca, mientras que Hope abre los ojos sorprendida, Daryan se lleva los dedos al puede de la nariz y las gemelas están atacadas de la risa.—Bueno, tal parece que a mi padre no le importa.El desayuno sigue su curso con otros temas, hasta que Daryan s
Daryan le toma una mano, la besa y la sostiene con firmeza, Hope siente que las lágrimas le salen por los ojos a raudales y sólo quiere decir que sí, pero espera a lo que Daryan le quiere decir. —Antes de que llegaras a mi vida, todo era simple, fácil, muy sencillo y no tenía miedo de morir. No me importaba nada, mucho menos el terminar muerto en una de las misiones, porque pensaba que ese era mi propósito, además de agarrar a quien nos ha mantenido por tanto tiempo separados como familia. «Pero cuando te vi ese día, con esos bellos ojos azules, tu sonrisa, todo en ti me hizo apreciar más la vida, todo lo que tengo se volvió innecesario y las cosas que pensaba no tenían importancia, ahora sí las tienen. «Ya nada es sencillo, nada es fácil… y tengo miedo a morir, porque dejaría de verte —saca el anillo de la cajita y le pregunta con una sonrisa cargada de sueños—. Hope Marchetti, ¿quieres ser mi esposa? —Sí, sí quiero —dice ella de inmediato, Daryan le coloca el anillo y se pone de
Cuando terminan de comer, Hope recoge los platos y los lleva al fregadero, Daryan guarda algunas cosas y luego comienza a secar lo que la chica va lavando. Al terminar, Hope va al baño a lavarse los dientes y Daryan la sigue, ambos se miran a través del espejo mientras hacen una tarea tan sencilla y común, pero que a ellos sólo les provoca algo diferente. Hope espurrea la espuma, se enjuaga y cuando termina de secarse los labios Daryan la ataca con un beso apasionado, ella se cuelga de él como si fuera un koala, sus dedos se enredan en su cabello y después… pues terminan en la cama. Daryan no se contiene en recorrer su piel, sus labios bajan por su cuello y la chica se retuerce bajo él. —No quiero esperar —le dice ella en medio de un gemido al sentir esos labios cálidos sobre su piel. Daryan se detiene, la mira a los ojos y asiente. Se miran unos segundos más, él se incorpora y envía un mensaje rápido a alguien, luego se mete al baño y Hope no sabe para qué, hasta que escucha el a
Daryan en ese momento siente que su cuerpo no le pertenece, por más que se acerca siente que en realidad no lo hace, hasta que logra alcanzar el vehículo que ha quedado con la mitad de su carrocería dañada e incrustada en el camión. Vehículos en la carretera se detienen para ayudar, mientras Daryan marca a emergencias. Cuando corta la llamada, se acerca a la puerta del copiloto con miedo de lo que puede encontrar, pero logra ver a Hope sentada y protegida por la bolsa de aire que se activó. Arranca la puerta como si fuera un trozo de madera estorbosa, le sigue el cinturón de seguridad y quita la bolsa, puede ver que está algo aturdida, sin ningún rasguño. —Mi amor… —le dice él en un susurro. —Me duele todo, ¿qué mi3rda es lo que pasó? —Un put0 camión, pero estás bien. —Creo… que sí… —pero Hope pierde el conocimiento y Daryan siente que su mundo se le está poniendo de cabeza. Oye a la gente pelear con alguien, fija la mirada hacia el escándalo y se da cuenta de que están tratand
Minutos más tarde sale un médico y los llama. Los tres se ponen de pie para escuchar, pero el rostro del doctor ya les dice que está mejor. —La paciente se ha estabilizado, fue más el pánico que la atacó por lo ocurrido, los exámenes no arrojaron ningún golpe interno de cuidado, seguro gracias a la acción de la bolsa de aire. Quiere ver a su esposo —Daryan abre los ojos y asiente. —Parece que en su mente ya están casados —se ríe Zoe más tranquila—. Ve, después entraré yo. —Si gustan, pueden pasar los tres, no hay problema. Sólo la dejaremos esta noche para ver que no tenga alguna complicación, pero lo dudo. Les indica el camino y ellos lo siguen en silencio, al entrar Hope se ríe al ver a Daryan entrar con las dos mujeres enganchadas de su brazo. Zoe se lanza sobre su hija para abrazarla y la llena de besos. —Estoy bien, sólo fue un susto enorme —le dice ella. —Fue más que eso, según lo que nos contó Daryan. —Madre, eso ahora mismo no me importa. —¡Pero estuviste en peligro!