Regresando un poco en el tiempo… Tras acabar la comida, Roger llevó a su casa a su amada porque ella no debía hacer muchos esfuerzos en su estado actual. Una vez solo volvió a prender su teléfono asombrándose por la cantidad de mensajes y llamadas perdidas de Fabián… algo que lo confundió, porque
- Si supieras la verdad no la llamarías de esa manera. - ¿Qué verdad? – preguntó confundido, porque su padre siempre comentaba de eso cuando se hablaba de Débora. - No sé por qué me preguntas sobre eso, si tú mismo lo sabes – declaró molesto – niño ingrato, más te vale dejar de hacer estas ridicul
- Wa… es un hermoso lugar – dijo Carolina. Débora también estaba asombrada al admirar el lugar a donde los llevó Jayden. - Había escuchado que este tipo de casas privadas son de otro mundo… y sí que lo son – indicó Cristian al ver las casas de alrededor, las cuales eran amplias, en el lugar se res
- ¿Prepararte? ¿para qué? – le preguntó confundido. “Es un secreto” - Oh… qué misteriosa, jaja am… oye Débora y crees que, am… bueno ya sabes… cuando estés oficialmente divorciada, am… tal vez tu y yo… “Jayden te veo como un buen amigo” – dijo ella haciendo una mueca triste. - Lo sé, pero… ¿pod
Débora sintió un ligero escalofrío, pero busco alejar esos pensamientos de su mente, porque ya nadie llegaría a gritarle.En eso se acercó al espejo que había en la sala, donde le sonrió a su reflejo.No tengas miedo Débora, este fue el primer paso para buscar tu propia felicidad – se dijo a sí mism
“No es eso”- ¿Eh?“Tú ya has hecho mucho por mí, así que yo soy quien te desea invitar a cenar”- Uh, pues siendo así, acepto gustoso – indicó empleando un tono coqueto en su voz.“¿Te parece a las 8?”- Aquí estaré puntual, vecina – indicó guiñándole el ojo.Justo en eso llegó Carolina, por lo que
Por su parte Roger estaba furioso, pasó una mala noche tras romper todo lo que encontró a su paso para desquitar su coraje. Y para empeorar su humor, noto que su mañana eran muy diferentes a otras porque ni su ropa del día ni su desayuno estaban como siempre… notando que tal vez Débora no era tan
- Eso es genial hijo, felicidades – mencionó Isabela abrazando al pelinegro - al fin seré abuela y… - Que asco… - le interrumpió el adolescente - yo jamás veré al hijo de esa loca como mi sobrino. - Elliot – le regañó su madre – no hables así. - Isabela no regañes a mi hijo, porque yo pienso igu