ALEXANDEREstaba jodidamente feliz de tener a Isabella trabajando conmigo, me alegraba tenerla cerca, así no pudiera acercarme a ella durante las horas de trabajo, saber que estaba ahí y poderla observar a lo lejos me llenaba de paz.Además de que al salir podía arreglármelas para llevarla a cenar y luego a su casa o convencerla de ir a la mía, lo que seria aun mejor.— ¿Por qué en lugar de ir a cenar no cocinas para mí? — preguntó Isabella con una sonrisa astuta cuando íbamos de camino al restaurante, ella pensaba que me negaría.Estaba muy equivocado, porque lo que ella me pidiera se lo daría sin pensarlo.— Esta bien preciosa, entonces vamos a mi casa ¿Qué quieres comer?Isabella me miro totalmente sorprendida con sus ojos agrandándose y su boca abierta.— ¿En serio cocinaras? ¿No estas cansado? — Cuestionó frunciendo el ceño.— Para ti nunca. — le dije sonriendo. — Ahora dime que se te antoja.— No se, lo dejo a tu disposición.— Esta bien. — conteste con una sonrisa, trataría de
ISABELLA— Oye, ¿podemos reunirnos hoy para lo del proyecto? — Preguntó Liam cuando ya casi me iba, tomándome desprevenida.— Lo siento, tengo que trabajar hoy, no tengo mucho tiempo excepto los fines de semana así que si quieres podrías buscar a alguien más.Seria difícil reunirnos por mis horarios era algo que no había pensado cuando me lo pidió pero ahora me di cuenta que seria muy injusto para él esa parte.— Esta bien, todavía hay tiempo — dijo con una sonrisa — ¿podrías el sábado?— Si, creo que si.— Bueno entonces nos reunimos el sábado, ¿en tu casa o en la mía?Bueno yo no tenia una casa en si, si no que vivía en casa de mis amigos y no los quería incomodar llevando más gente, así que lo mejor seria en su casa o en una cafetería.— ¿Qué te parece si vamos a la cafetería que queda al frente de aquí? Su comida es genial y funciona muy bien para estudiar.— La verdad creo que seria mucho más cómodo en una casa, porque hay que discutir muchos temas.É
ALEXANDEREl estado de salud de mi abuelo no mejoraba y ya comenzaban a llegar los buitres solo esperando sacar provecho de esta lamentable situación.— Hijo ya que estas aquí todo el día ¿no necesitas ayuda con la empresa? Un puesto como ese no se puede dejar solo tanto tiempo. — dijo dándome una palmada en el hombro con una sonrisa falsa.— No te preocupes , tengo todo controlado desde aquí.— ¿Seguro? Yo podría ir a echar un vistazo mientras tú estas aquí. — ofreció mientras que pensaba que podía ocultar sus verdaderas intensiones, cuando yo no solo las sabia si no que estaba preparado para combatirlas.— ¿No quieres estar al pendiente de tu papá aquí también? — Le pregunte irónico mientras arqueaba una ceja.— Bueno tú sabes… lo que pasa es que para tu abuelo los negocios siempre han sido lo más importante y cuando se recupere no quiero que sepa que la empresa es un caos.— Eso no pasara, todo va bien así que puedes estar tranquilo y seguir disfrutando de l
ISABELLAMe dirigía a casa de Liam a hacer el proyecto y estaba un poco preocupada por mentirle a Alexander, no me gustó nada hacerlo, pero sabia que si le decía que estaría haciendo el proyecto sola con Liam insistiera en acompañarme y él ya tenia demasiado trabajo y preocupaciones como para sobresaturarlo más.Ayer se veía realmente agotado, esperaba que él pudiera descansar un poco en la noche, si seguía así en cualquier momento se desmoronaría.Al llegar al lugar que me indicó Liam me di cuenta que también era un gran edificio para gente con mucho dinero, solo que este no estaba ubicado tan cerca del Central Park, pero la zona también era muy cara, me dirigí directamente hacia el portero y cuando me vió preguntó.— Buenas tardes, ¿A quien viene a visitar señorita?— Liam Parker.— respondí.— Ok, tengo que confirmarlo — dijo esto e hizo una llamada y al parecer le confirmaron que si, porque asintió cortando la llamada.— Puede seguir señorita. — espetó con una sonri
ISABELLAAlexander seguía tenso, así que me acurruque más hacia él y bese su manzana de Adán y él trago grueso.— Joder, Isa. — dijo tomándome por el cuello y besándome.El beso era posesivo, hambriento y lleno de dominio, se sintió como un delicioso castigo.— En serio no quiero que vuelvas a estar sola con ese tipo. — dijo cuando me soltó con la respiración agitada.— Esta bien, no lo haré. — Accedí, Alexander en este momento tenia demasiadas cosas en mente como para preocuparlo por una más.— Sin mentiras esta vez. — dijo mirándome a los ojos y me sentí avergonzada de haberle mentido.— Lo prometo. — dije con una sonrisa.— Tienes que cumplir tus promesas. — espetó y volvió a besarme, de forma más suave, menos dominante que el beso anterior.— Me muero por hacerte el amor. — confesó con su voz más ronca de lo normal mirándome con deseo.— ¿Y que esperas para hacerlo? — Pregunté sin saber de donde saque el valor para decirle algo así y él sonrió travi
ISABELLAAlexander se quedó por unos instantes encima de mí para luego hacerse a un lado y envolverme entre sus fuertes brazos besando mi frente.— Significas el mundo entero para mí preciosa, te amo — dijo mirándome a los ojos y no pude evitar sonreír mientras mi corazón volvía a acelerarse como un loco.Me encantaba escucharlo decir estas cosas, se sentía maravilloso, pero yo no sabia como responder, sabia que lo amaba y cuanto él significaba para mí, aún así, seguía sin poder expresarlo.— ¿Quieres que cenemos aquí o prefieres que salgamos? — preguntó Alexander acariciando mi espalda.Él sabia cuando yo necesitaba que cambiara de tema por no saber qué decirle y lo hacia, estaba muy agradecida por eso, solo esperaba que no se cansara de esperar algo que quizás no sucedería, de esperar que yo también pudiera decirle que lo amaba.— No sé, decídelo tú. — le respondí y bese su barbilla.— Entonces nos quedaremos aquí y te prepararé una cena deliciosa. — espeto con una s
ISABELLA — Joder nena y no tienes idea de lo feliz que me haces tú a mí, al escucharte decir esto. — dijo y luego tomo mi cara entre sus manos y plantó un tierno beso en mis labios.Él tampoco tenia idea de cuan feliz me hacia con cada pequeño gesto que me hacía, era increíble como una sola persona podía hacerte sentir tantas cosas.— Vamos a descansar, mañana tienes mucho por hacer.— Bueno, vamos — dijo y me cargó estilo princesa.— ¿Por qué haces esto de nuevo?— Solo sirvo a mi reina.— Hoy no tendremos mas sexo, tienes que dormir — lo regañé y él soltó una carcajada al instante.— Yo no planeaba tener mas sexo hoy, pero ya veo que lo único que ronda por tu mente es eso — señaló, dejándome sobre la cama.— No es así — dije molesta.— Si lo es, si no ¿Por qué lo traerías a relucir? — preguntó arqueando una ceja y antes de que pudiera explicarme añadió — Ya que es en lo único que puedes pensar, esta bien, yo te puedo complacer.Después de decir
ALEXANDERHoy Isabella y yo nos despertamos muy temprano para desayunar juntos y luego la deje donde vive para venir al hospital, ayer descanse un poco más a pesar de mi pesadilla, porque al menos al verla ahí conmigo cuando desperté y abrazarla me ayudo a conciliar el sueño nuevamente.Saber que ella estaba bien y a mi lado despues de revivir ese horrible día en mi pesadilla fue un gran alivio, poderla abrazar y aspirar su aroma era un gran calmante para mí.Aunque me apeno un poco lo que paso, no quería que ella me viera así y mucho menos contarle más sobre eso y menos que nada recordarle ese terrible día, pero lo hice y solo esperaba que algo así no se volviera a repetir, yo no quería que ella tuviera que volver a recordar ese día por mis pesadillas.— Familiares del señor Walton. — llamó el doctor interrumpiendo mis pensamientos e inmediatamente me puse de pie para caminar hasta él.En la sala de espera no solo estaba yo, si no también mi mamá ,mis tíos y sus familias, los cuales