~~~Ana.La visita de Lissander en la habitación de mis pequeños me tiene entre preocupada y enojada, toda vez que solo me revolotea por la cabeza la idea de qué hubiera pasado, si estuviera ocupada en otra cosa, en lugar de haberme quedado con mis pequeños.―Siento no haberle informado con tiempo, pero es que Amadeo me ha informado hace unos instantes―me dice Ezra, al tiempo que tiene muy bien amarrado a Lissander en el suelo, mientras me cuenta cómo el ahora beta de Levy ha estado trabajando de incognito―lo del primo del alfa ha sido un error que no podía corregir, puesto a que debía seguir el plan original. También se ha disculpado por esto―señala, sin embargo, no me extraña nada de eso, ya que siempre es lo mismo con Amadeo.―Sé que nunca le he caído bien, y solo espero que el plan de Levy, cualquiera que este sea, lo pueda ejecutar mucho mejor que su pequeño "daño colateral"―le digo a manera de burla, y él solo se limita a respirar profundo, al tiempo que me mira con recelo, pues
~~~Levy."El ejército de Sebastián se está movilizando", me indica Leandra, al tiempo que veo las banderas del enemigo hondear a la distancia, "están bordeando el campo de minas, a un lugar a salvo para ellos. Deberíamos actuar ahora", me pide, al tiempo que escucho a Amadeo, quien está mucho más cerca de lo que estoy dispuesto a permitirle."Según me indica Ezra, ya los hombres de Casius están a las puertas de la nueva manada", me señala, y ahora temo por Ana, "la Luna le ha dicho que se encargará de liderar la batalla, algo que ambos tememos", me señala, lo cual me preocupa a mí también, "si gusta, puedo ir hasta allá y ponerme enfrente, mientras ella se va a refugiar con los pequeños príncipes", me indica, sin embargo, tampoco estoy de acuerdo con ello."No", le digo simplemente, "debes atenerte al plan, de lo contrario, todo se echará a perder", le recuerdo y él parece asentir con la cabeza.―General Arthur, debe cerrar el flanco que queda pendiente―le indico y este me hace un ad
~~~Ana.―Temí no volver a verle, mi alfa―le dice el general Marcus a Lesley con un reverencia―temí no volver a verle, pero me doy cuenta de que está muy bien, gracias a la Diosa―le señala, pero este se enoja con él.―Pero no fue gracias a ti―le indica molesto― ¡cuántos días estuve esperando a que te aparecieras para rescatarme, en cambio, te has quedado al lado de mi sobrino, lamiéndole las botas! ―lo acusa y Marcus se nota avergonzado.―Lo sé y lo siento, mi alfa, sin embargo, creí que para usted sería más importante que me uniera al enemigo, hacerme útil, para así conocer a fondo sus planes, ¿no lo cree? ―le comenta, lo que me hace tragar en seco, temiéndome lo peor.―No creo que esta sea la clase de lealtad que hubiera esperado de ti, aunque no tenemos tiempo ahora para averiguarlo―le señala y ambos ahora me miran con avaricia, como si en verdad estuvieran pensando que pueden derrotarme.Es cuando siento una presencia detrás de mí.Se trata de Casius, quien se ha transformado, sie
~~~Levy.Estoy haciendo todo lo posible por llegar hasta la colina en donde Ana se está enfrentando a nuestros enemigos, sin embargo, cuando estoy a punto de esquivar a los soldados que me impiden llegar, me encuentro con mi primo, quien está intentando hacerme frente.“De aquí no pasarás”, me dice Lissander, quien está haciendo círculos alrededor de mí, como si estuviera midiéndome, “¡morirás hoy mismo, Levy!”, asegura, lo que me hace reír.No le contesto, y, en lugar de eso, voy encima de él, con mis fauces muy abiertas, dispuesto a hincarle los dientes con toda la rabia que me nace de la desesperación por ir a rescatar a Ana.Pero no lo encuentro, justo cuando voy a morderlo, en su lugar, lo veo levantarse por los aires, cayendo en mi lomo, haciendo que caiga en el suelo, algo que me deja desconcertado, preguntándome de dónde se supone que ha sacado esta fuerza.“Tu zorra me metió en una celda y creía que con eso nos iba a detener”, se burla de mí, mientras coloca su pata encima d
~~~Ana.“Debo sobrevivir por mis hijos”, me digo a mí misma una y otra vez, como si fuera un mantra con el cual convencerme de que toda la sangre que está saliendo por mis heridas no me está debilitando, y, mucho peor, que, a pesar de ella, podré contra la embestida que Casius ahora está a punto de darme, así que abro muy bien mis ojos y me preparo para lo que viene.Pero, justo en el último minuto, me doy cuenta de que algo, no, mejor dicho, alguien, acaba de golpear el lomo de mi adversario.“Ni siquiera te atrevas a meterte con mi Luna”, le espeta Amadeo, quien ahora está convertido, y ahora solamente le muestra sus dientes a ese miserable ex alfa, “¡corra, mi Luna!”, me pide ahora, tratando de dar una mirada de soslayo, que lo desconcentra, lo que aprovecha nuestro enemigo para asestarle una mordida en el cuello, casi que, arrancándoselo, lo que me hace correr hacia él.“¡No!”, grito angustiada, mientras veo cómo sale la sangre del cuerpo del pobre beta a borbotones, ¡por favor,
~~~Ana.“¡Sanjay!”, grita Ateba dentro de mí, “¡Por favor, es preciso que nos unamos, por nuestros hijos!”, le dice esta vez, algo que de algún me aterra, puesto a que le está informando que estoy nuevamente embarazada de él, y, claro, no se quedará callado y se lo dirá a Levy, en cuanto tenga oportunidad.Ya me imagino la reacción que tendrá, saldrá su instinto protector, uno que no necesitamos en este momento, considerando de que cualquiera de los dos podría estar perdiendo la vida.Y la sola idea de que muera hace que me recorra un frío por el centro de mis huesos.Pero, no es tiempo para meditar nada de eso, sino para enfrentarnos a lo que viene, con todos nuestros enemigos alrededor, los de este mundo y los que no pertenecen a él.Es cuando siento un poder que emana de mí, pero, lo más importante, otro que está llegando a mí como si fuera un bálsamo que se entremezcla con el de Ateba, formando una perfecta amalgama que se complementa y fusionan en un solo poder, el cual nos rode
~~~Levy.Estoy aterrado, al ver cómo Casius tiene a Ana, con una garra en el cuello, mientras un hilo de sangre sale por su cuello, y solo estoy buscando la manera en que pueda salvarla, pero, no se me ocurre ninguna.“Yo sí sé cómo”, me dice Sanjay, quien está sacando sigilosamente un lazo dorado por entre la hierba, con cuidado de que el ex alfa no se de cuenta de lo que está haciendo, “distráelo”, me pide, así que comienzo a reír como un loco.Es cuando siento que detrás de mí se encuentran Lesley y Lissander, quienes pretenden tomarme por sorpresa.― ¿Si sabes que ella puede deshacerse de ti sin problemas? ―le indico a Casius, al tiempo que el general Marcus se coloca detrás de mí, cuidándome la espalda―yo que tú, no haría enojar a mi mujer, muy por el contrario. Te lo digo por experiencia propia―trato de hacerle charla, mientras veo cómo avanza el lazo hasta llegar cerca de los pies de Ana.~~~Ana.“¿Sanjay…? ¡Sanjay!”, indica Ateba muy entusiasmada y yo estoy tratando de enten
~~~Ana.“Ese miserable no se muere aún”, me dice Ateba con rabia, al tiempo que intenta hacer algo, justo en el momento que veo a una sombra que golpea a Casius por el costado con fuerza, haciendo que se desvíe de nuestra dirección y caiga al suelo aturdido.Se trata de Amadeo, quien ahora está transformado en lobo y supongo que está usando hasta su último aliento para protegernos.Pero no voy a socorrerlo esta vez, sino que me voy directo al cuerpo de ese miserable ex alfa, mientras Levy sigue aturdido y conmocionado. Entonces, simplemente, tomo una de mis garras y la hundo directo en su corazón, y enseguida su sangre comienza a emanar de su pecho como si se tratara de un manantial.―Levy, por favor, usa la daga―le pido, pero él sigue ahí, como si estuviera hechizado de alguna manera― ¡por favor, Levy, por nuestros hijos! ―le ruego esta vez y de algún modo, él logra reaccionar, aunque continúa en su atontamiento.Entonces, se acerca al cuerpo y corta la bruma roja en él, al tiempo q