~~~Ana.En cuanto veo a mis hijos, voy directo a abrazarlos y a verificar de que están bien.Pero, no lo están, todo lo contrario, porque pareciera que el humo rojo les ha hecho quemaduras, dejando su piel marcada con ampollas y en algunos puntos, la piel expuesta.―No es nada que un buen ungüento no pueda curar―nos dice la Sabia, que viene detrás, así que asumo que todos nos han alcanzado, tal y como les ha pedido Levy―vengan de inmediato a mi despacho―les indica con una sonrisa y, aunque quiero retenerlos conmigo, que sé que no estarán mejor con más nadie, sino en mis brazos, les permito que se vayan con ella.―El humo nos ha tocado por casualidad, pero no nos estaba buscando, sino otra cosa―asegura Ezra, quien está igual de lastimado, pero, como es un beta poderoso, sus heridas parece que están sanando, sin necesidad de ningún ungüento, al ser un hombre ya formado.― ¿Qué podría ser lo que buscaba? ―se pregunta Levy, quien tiene el ceño fruncido, para luego hacer un bufido― ¿acaso
~~~Ana.Estoy tratando de entender cómo es que ese demonio se puede comunicar con mis hijos, si se supone que ella no los ha encontrado, así que, de inmediato, salen algunos rayos luminosos de mí, para ver si están poseídos por su poder, y las lenguas de luz comienzan a danzar a su alrededor, envolviéndolos.―Pero ¿cómo es esto posible? ―dice Levy, en cuanto nota que los niños han sido envueltos completamente, pero no ha salido de ellos ningún humo rojo.Yo, en cambio, estoy molesta y lo miro directamente, al tiempo de que corro hasta los niños para abrazarlos.―Si ellos no se hubieran quedado en Luna Escarlata con Aradia, ella nunca hubiera podido hacerles ningún daño―le reclamo y él agacha la cabeza―tú supiste que ella era un demonio desde que estaban en el abismo, ¿cómo fue que incluso me pusieras una trampa para que Lennon también estuviera en peligro? ―le espeto y lo noto tragar en seco.―Yo mismo me lamento por todo, Ana, pero, también te pido que me entiendas, no sabía cómo li
~~~Ana.Levy y yo vamos corriendo a todo lo que dan nuestros pulmones y pronto llegamos hasta el borde del abismo, y nos asimos a las paredes de roca del lugar para bajar hasta lo más profundo de ese tétrico lugar. Entonces, cuando ya estamos en el fondo, miro hacia arriba, y me doy cuenta de algo que me hace sentir desolada.―Aquí no llega el poder de la Diosa Luna―le indico a Levy con pesar―ella ha escogido muy bien su campo de batalla―le comento y él ahora me toma por los hombros.―Eso no nos va a detener, Ana, nos tenemos el uno al otro y estoy seguro de que lo vamos a lograr―mi indica y yo intento aferrarme a sus palabras, pero una sensación de impotencia me invade―ahora, respira profundo e intenta calmarte, ya verás cómo saldremos bien de todo esto y nos reuniremos con nuestros hijos muy pronto―me asegura, pero yo no puedo ser tan optimista.Entonces, me recuerdo que es lo único que puedo hacer en este momento, ser optimista en un lugar donde se ha perdido toda la esperanza.―E
~~~Levy.El beso de Ana me deja emocionado y perplejo a partes iguales, con un deseo que nos invade a ambos.Lo sé, lo siento en cada parte de mi piel que toca la suya, mientras nos abrazamos en este beso que quisiera que fuera eterno, o que fuera producto del amor profundo que ella me tiene.Pero, no me engaño.Porque estoy muy seguro de la razón de este beso, uno que no me hubiera dado, de no ser necesario.Ella se está despidiendo de mí.―Prométeme, Levy... promete que, pase lo que pase, no descansarás hasta que nuestros hijos estén realmente a salvo―me pide, como si no supiera la respuesta, una que ya le he dado miles de veces.―Y tú prométeme que me amarás en todas las vidas en dónde nos encontremos―le pido y ella me mira con una sonrisa tímida que de repente me da escalofríos, al tiempo que la veo negar con la cabeza.―No, Levy, este es el final de nuestra historia―me dice y se me está partiendo el alma con sus palabras―si ella acaba el alma de Ateba, ofreciéndola a los demonio
~~~Levy.Estoy esperando a la señal de Ateba, la cual nos dará a través de Sanjay, mientras estoy viendo cómo una bruma blanquecina está saliendo de Ana y me temo que esa es la propia Ateba, quien está dando su existencia para salvarnos a todos nosotros, aunque no estoy muy seguro, puesto a que va dirigido a una especie de puerta revestida de humo negro."Voy a actuar", le digo a mi lobo interior, pero parece no estar de acuerdo, "¿Y si es muy tarde y estamos perdiendo a Ateba?", le hago notar, sin embargo, no logro que él entienda de que cada minuto perdido puede que no lo recuperemos."Yo confío en mi pareja destinada, muy a diferencia de ti, Levy. Si ella ha dicho que esperemos a su señal, lo haremos", me responde y yo respiro profundo, al tiempo de que la angustia hace nido en mi cabeza, la cual crece como un monzón dentro de mis pensamientos, mientras sigo viendo cómo la bruma blanquecina se pierde en la oscuridad."¿Y si algo está saliendo mal? ¿Algo que ella no previó?", le di
~~~Ana.Los temblores de la puerta macabra comienzan a acrecentarse con cada instante que pasa, mientras las palpitaciones de mi corazón se aceleran. Pero me digo que, lo que sea que quiera salir de este abismo lo debemos enfrentar, luchando hasta la muerte si es necesario, de lo contrario, todo estará perdido.Finalmente, lo que sea que mantenía cerrada esa puerta cede en un estallido por donde salen varias lenguas de humo negro, las cuales se van materializando en siete figuras altas y monstruosas poco a poco.―Lo que sea que pase, estoy a tu lado―me dice Levy, lo que me da una escalofrío que me cala en los huesos.―Pase lo que pase, recuerda que tu prioridad son nuestros hijos, tú me lo has jurado―le recuerdo y él me presiona la mano en apoyo.―Lo que sea que pase, no podrá con nosotros, eso lo puedes jurar―me trata de dar esperanzas, sin embargo, yo no me engaño y tampoco pretendo que el crea que puede hacerlo―solo ten fe, así como se la tuvimos a Ateba hace un rato, ¿quieres, An
~~~Ana.Las palabras de Levy tienen razón, aunque eso no le importa a estos nuevos enemigos, que parece gustarle demasiado la cháchara, a tal punto, que esto parece haberse convertido en una disputa de patio limoso.Entonces, es Ateba quien empieza a actuar dentro de mí, haciendo que cada célula de mi cuerpo se encienda, envolviendo a Levy en el camino, quien ahora pareciera revestido en el aura plateada.―Creo que ya es hora de terminar con la plática del cafecito y enviarlos a todos ustedes de donde nunca debieron haber salido―le digo al más grandote, quien me mira y se ríe, al tiempo que miro a nuestro alrededor y me doy cuenta de que tanto Levy como yo estamos rodeados.―Sí, eso estábamos pensando nosotros, puesto a que los habíamos distraído lo suficiente. Necesitamos de su poder y ya vemos que lo hemos logrado―nos responde y de pronto comienza a salir la bruma negra de cada una de las siete figuras, las cuales tratan de envolvernos y sumirnos en la oscuridad, así que luchamos c
~~~Ana.Trato de ignorar a Levy, cuya mirada pareciera taladrarme la piel.Lo sé, estoy siendo demasiado temeraria, considerando nuestra situación actual, pero la pregunta que queda en el aire es saber qué podríamos hacer en contra de un reto, puesto a que, si no lo contestamos, de todas maneras, ellos se nos vendrán encima, aunque luzcan tan derrotados como nosotros.Pero, quizás, podamos equilibrar la situación."¡Ateba!", le grito en mi interior, uno que está vacío en este momento, lo cual me llena de terror, "sé que debes estar débil, y no te pediré que me acompañes en esta locura, pero, por favor, dame alguna señal de vida. No podré hacerlo, si sé que te he perdido para siempre", le ruego, pero ella parece no estar y me pregunto si es que ha agotado toda su energía, a tal punto de que ya nunca más estará conmigo, luego de que lo hemos dado todo en esta lucha de poderes.Entonces, siento que hay un pequeño eco en el fondo de mi ser. No está despierto, como si estuviera hibernando