BASIL—¡Boss, su madre y su tío lo están esperando en la fortaleza! —me dice uno de mis hombres.El ruido del helicóptero hace que la cabeza me estalle, las heridas que me sangran no se comparan con lo ardido que estoy, dejar a Mía en Italia, por culpa de su padre, es algo que me lo va a pagar Lucian Bennett, muy caro.Donovan y yo subimos al auto que nos espera, en cuanto cierro la puerta, él se comunica con sus Voyevikis.—Me parece que, de esta, no vas a escapar —argumenta de mal humor.—No pienso casarme con Nicola Campbell, mucho menos follar a Lorena.—Dudo que tengas que preocuparte por Lorena, pero de Nicola, no estoy seguro, con todo lo que ha pasado en Italia, tu madre y tu tío, ya deben estar enterados de lo que pasó, sin contar que pareces hecho mierda, solo atisbaste su rabia y rencor contra los italianos.—Al final del día, yo soy el Boss, yo decido, yo elijo.No decimos nada más, llegando a la fortaleza, me voy directo al despacho, en donde mi tío no hace más que camina
MÍANo puedo creer que esté aquí, de nuevo, en Rusia, a solo un par de minutos para volver a ver a Basil, los nervios hacen estragos en mi cuerpo, desde que llegamos al aeropuerto, no he dejado de temblar, mi corazón palpita con tanta fuerza, que estoy consciente de que incluso puede llegar a salirse de mi pecho.Me remuevo inquieta sobre el asiento del auto en el que viajamos Franco y yo, por más súplicas que le hice a mi padre, no aceptó que no viniera Ángelo en lugar de Franco, ¿por qué? Seguramente tiene planeado que ellos dos entren en alguna clase de conflicto. Cosa que no voy a permitir.—¿Por qué nos detenemos? —pregunto en cuanto el motor del auto se apaga en medio de la nada.—No pensarás que entraremos a esa reunión como si nada hubiera pasado, ¿verdad?Abro los ojos como platos.—¿No?—Tu padre tiene más enemigos, ahora que Viktoria y Dimitri Sokolov, están moviendo los hilos entre las demás organizaciones, pese a que, a Lucian tiene más apoyo, eso no quita el hecho de que
MÍA—Vaya, vaya, pero miren qué tenemos aquí —Donovan chasquea la lengua y hace a un lado, de manera brusca, a la chica con la que estoy seguro, estaba a punto de follar.Tiene los ojos inyectados en sangre, las pupilas dilatadas, huele a cigarrillos, alcohol y marihuana.—Donovan Stillv —sisea sin titubeos, Franco.Él esboza una sádica y cruel sonrisa.—Franco Smirnov, ¿Lucian te quitó la correa, pequeño cachorrito? —ironiza sin un tono de burla.—Donovan, por favor…—Tu guarda silencio, princesa italiana —espeta con firmeza.Frunzo el ceño.—Dudo que a Emma le haga feliz saber que estabas a punto de…—¿A punto de qué? Princesita —escupe con rabia latente—. Tú y ella se pueden ir a la mierda, hasta donde yo recuerdo, está muerta.Sello mis labios, no tiene caso hablar con él en este estado.—¿Qué hace un perro guardián de la Famiglia, y una princesa italiana en Rusia?—No es tu asunto.Termino con esto.—Vine a hablar con Basil, quería verlo —soy quien responde, dando un paso adelant
BASILLos engranajes en mi cabeza no dejan de girar, me quedo en silencio cuando Portia termina de contarme su verdad, cuando la vi en el balcón, pensé que era producto de mi imaginación, un sucio juego de mi mente, como había estado acostumbrado durante estos años en los que la creí muerta, pero cuando tuvo el atrevimiento de besarme, comprobé que era real.Aun así, correspondí a su beso porque lo necesitaba, porque me lo debía a mí mismo, solo que algo cambió, no sentí esa chispa que me calienta la sangre, no había fuego, solo una costumbre gélida que me caló hasta los huesos.Luego me pidió que habláramos a solas sin que Donovan ni nadie se enterara, por ello estamos aquí, en una de las propiedades de los Sokolov, una vieja cabaña en medio del bosque, en donde solíamos jugar cuando éramos niños.—Hace mucho que no venía a este sitio —rompe el silencio.Los segundos pasan, muchas noches desee esto, quería que ella estuviera con vida, ¿por qué no se siente igual al pasado?—Basil.—¿
MÍA—Mía.Ángelo viene detrás de mí, me quedo poco a poco sin aire, con la confesión que me acaba de hacer, mueve mi mundo y el alma se me cae a los pies.—Lo siento, no puede pasar —me dice uno de los hombres que custodian la entrada del despacho de mi padre.—A un lado —espeto con fiereza, cerrando los puños—. Tengo que hablar con mi padre.—El capo ha ordenado que no se le interrumpa —insiste el hombre.—Vamos, Mía —Ángelo tira de mi brazo con fuerza—. No hay nada que puedas hacer, de cualquier manera, ella ya debe estar en Rusia.Volteo a verlo mal.—¿Y se supone que eso debe dejarme tranquila? —siento cómo los latidos de mi corazón están a punto del desenfreno—. ¡Se trata de mi amiga, no de una muñeca a la que todo el mundo ha desechado!Puedo ver cómo Ángelo tensa el cuerpo.—Ese es el destino de un traidor de la mafia, Mía, tal vez no estés enterada de eso, porque no creciste bajo nuestras leyes, pero esa es la realidad…No dejo que termine de hablar, en menos de un parpadeo, l
EMMAHay dos cosas que me duelen en estos momentos, las costillas, y el corazón, acepté mi destino en Italia, no me arrepiento de nada de lo que hice para salvarle la vida a mi hermano de vida; Basil, a mí Boss, aunque haya pensado que quizás tendría una oportunidad de cambiar mi destino, aunque él me fallara al pedirle a Donovan que se follara a María, nada cambia el hecho de que lo quiero como el hermano mayor que nunca tuve y que él no dudó en tomar ese papel.Ahora, estoy a punto de morir, Lucian no se va con medias tintas, él es un ser malévolo, nada que ver con la descripción que dijo Mía cuando me habló de él, supongo que al final es cierto, las personas cambian cuando entran al mundo de la mafia, es algo que no se puede negar.De lo único que me arrepiento en la vida, es de haberle dado mi corazón al hombre equivocado, Donovan Stillv, alguien que no puede amar, que nunca lo hará, todo el tiempo me trató como basura, como una muñeca a la que solo acudía cuando necesitaba follar
EMMASiento el filo de la daga cortar mi piel, estoy lista para partir de este mundo, para estar sola una eternidad, no cierro los ojos, solo me enfoco en los ojos grises de Basil, de la persona que, pese a todo, amo como mi hermano mayor, una lágrima se resbala por mi mejilla, estaré bien, lo sé.El problema es que antes de que el filo termine de tajarme por completo, o de que me corte con más profundidad, es cuestión de solo dos segundos, para que alguien le dispare en la cabeza al mismo hombre que me sostenía, alcanzo a ver que Basil palidece, pero reacciona tomando su arma y disparando a los italianos que comienzan a atacar.Por instinto de supervivencia, me inclino y comienzo a correr, esquivando las balas que me rozan los pies, los brazos y la cabeza.—¡Abran la maldita reja! —escucho la voz de Basil, desesperada, ronca, dura, cruel.Hacen lo que les pide y enseguida corro hacia allá, Basil me lanza una pistola y la agarro, disparando a los italianos que quedan, cuando todo term
MÍAPuedo ver el dolor en los ojos de Emma, es el mismo que sentí cuando vi a Basil besándose con Portia en aquel balcón, la única razón por la que me atreví a venir hasta Rusia, fue por ella, por mi amiga, ver y sentir tan cerca al hombre que se hace llamar Boss, solo incrementa el dolor y la rabia que siento por mí misma.Una cosa que tenemos Emma y yo en común, es que confiamos en los hombres equivocados, y al final, somos nosotras las únicas que salimos lastimadas.—Emma —intento darme la media vuelta, hasta que alguien tira de mi brazo—. ¿Y ahora qué?Miro por encima del hombro, se trata de Basil, quien ajusta su agarre.—No te metas en eso —demanda.Abro la boca para decir algo, justo veo cómo es Ángelo quien va detrás de Emma, mientras Donovan hace lo mismo.—Le pido que me suelte —susurro, sintiendo un escalofrío recorrer mi espina dorsal.—Eso sigue siendo un no —espeta con firmeza.No me atrevo a verlo a la cara, no quiero.—¿Qué cree que hace Donovan? —la pelirroja camina a