MÍA Un hospital, ya parece costumbre que aparezca aquí de vez en cuando, al parecer el tío de Basil, fue envenenado y a causa de eso entró en una especie de coma. Y ahora, esperamos noticias de él. Viktoria no se ha despegado del quirófano, hay una sección blindada en la que se puede ver la operación o lo que sea, porque al parecer el veneno dañó los órganos y tuvo una hemorragia interna. —No deberías estar aquí. Salgo de mi ensimismamiento. Basil me da una botella de agua que agarro con cautela. —Gracias —susurro. —Tienes que descansar. —Tu también. —Como Boss, es mi deber estar aquí, pero el tuyo no. Miro por un segundo detrás de él, Portia decidió venir también, y observa todo desde dos metros de distancia, al parecer está feliz de que Basil me diga esas cosas. —Soy tu esposa, mi deber es estar a tu lado —refuto. En cuanto digo esas palabras, la sonrisa llena de satisfacción de Portia, se borra del rostro. Me pongo de pie y tomo la mano de Basil, sabiendo qje ell
MÍASiento que todo mi cuerpo se estremece, he pasado toda la noche dejando que Basil me folle, no se detiene, nunca es suficiente para él. Mi coño y culo están adoloridos, y ahora, me encuentro con el pecho aplastado contra las baldosas del baño, mientras él empuja en mi interior. —Ay —jadeo.—Eres tan adictiva —empuje—. Tan malditamente mía. Sus embestidas son rápidas y profundas, hasta que suelta su derrame en mi interior, el agua caliente de la regadera cae sobre nuestros cuerpos. Rodea mi cintura permaneciendo dentro de mí, tan duro como al principio, haciendo que mi espalda choque contra su pecho. —Solo voy a arreglar un par de asuntos con mi madre, luego nos iremos —me susurra al oído. —Está bien —musito, tratando de recuperar el aliento. Las manos de Basil siguen aferradas sobre mi cintura. El aire se comprime en mis pulmones cuando siento que pasa una de sus manos hasta colocarla sobre mi vientre bajo. —Los dos son míos —besa y muerde mi cuello. No digo nada, me quedo
NARRADOR OMNISCIENTEBasil se congeló solo por un segundo al escuchar que su padre había sido secuestrado por los Calabrin, la organización rusa rebelde que le estaba dando dolores de cabeza, tenía clara una cosa, y esa era destruir a cada una de las personas que perteneciera a ese grupo. Saber que han secuestrado a Bill, le parece extraño, ya que pocos saben que él es su padre. En el pasado nunca piso por más de un día la Bratva, según lo que le había contado su madre, y algo le dice que con lo sucedido con Dimitri, esto es lo que estaban esperando, nadie conocía a su padre, pudieran saber su nombre por cosas del pasado con Viktoria, pero solo eso. —¿Me estás escuchando? La voz de Donovan lo sacó de su ensimismamiento, el cuerpo lo sentía pesado, tenso. —¿Viktoria lo sabe? —Ella está siendo enterada de esto, apuesto a que ya lo sabe todo. Sintió que Mía se sorprendía con la noticia, quiso hablar con ella de eso, sin embargo, no había tiempo para hacerlo. —Saldré por unas hora
VIKTORIASoy la madre del Boss, la anterior líder de la Bratva, para esto fui entrenada desde que era una niña, para esto es que nací dentro de la organización más sangrienta del mundo. Soy asesina, francotiradora, estratega, madre, mujer, y ahora estoy frente al hombre que me juré odiar un millón de veces, y que al parecer, es la única maldita cosa que no he podido cumplir. —Mierda, ¿Apenas te das cuenta? —me pregunta Danilo. —No, lo supe desde hace un mes. Ahora es él quien parece sorprendido. —¿Y por qué no hiciste nada al respecto? Le miro con cara gélida, sin ninguna emoción. —Porque eres un insecto que no merece tanta atención y mi tiempo. —Aun así, aquí estás. Sello mis labios. —Mírate, la mujer fuerte, la mujer que todos los hombres de la Bratva desean, por quien se pelearon en el pasado y que solo un hombre que ni siquiera pertenece a la pirámide de la mafia, pudo tener —sisea Danilo, borrando su sonrisa del rostro—. Eso nunca fue lo correcto, Viktoria, y encima, tuv
VIKTORIASaco mi arma y comienzo a disparar a los hombres que se nos acercan, mientras Danilo corre despavorido, ya que el disparo que escuché, no fue el que Danilo intentaba darle a Bill, no, el impacto cayó en su brazo. Me inclino rápido para romper las cadenas de Bill, con una hacha que encuentro sobre una mesa a unos metros, en donde seguro pensaba Danilo, torturarlo. Todo este sitio huele a muerte. Cuando lo hago, él se pone de pie. —Dame un arma —demanda y me le quedo viendo con extrañez. Recuerdo que en el pasado él estaba en contra de usar armas para matar, a menos de que fuera en defensa propia, intenté enseñarle, nunca pudo. —Ahora —demanda con voz autoritaria, como si no supiera con quién está tratando. Dudo un par de segundos, pero al final le doy un arma, solo cargaba con dos por si era necesario, me sorprende ver que apunta con precisión a uno de los Calabrin que se nos acerca corriendo, le pega directo a la cabeza. —Vaya, veo que por fin te salieron los cojones, a
MÍATodo esto está mal, lo presiento, es decir, Basil me prometió una cosa y al final tiene que hacer otra, pensé que ser el Boss le daba cierto tipo de ventaja, ahora entiendo que no es cierto, se trata solo de ser un títere más en el mundo de la organización más sangrienta. —Fue una decisión de los altos mandos de la Bratva —es Viktoria quien rompe el silencio. No me lo creo. Aunque todos parecen demasiado convencidos y preocupados. —Ellos han ordenado que como Portia fue —Viktoria me mira con un “lo siento” claro en la cara, sin decirlo—. Una mujer importante para ti, y como es ella quien se unió a la causa por ti, sabiendo que los Calabrin la quieren de regreso, harán todo lo que sea y esté en sus manos para destruir la Bratva, por ello quieren que tú mismo te encargues de ella, o la matas o la mantienes encerrada. Quisiera opinar que la muerte le sentaría bien, al principio tengo una ligera esperanza de que la rechace, de que mande todo al carajo por mí, no lo hace, parece re
MÍA—¿En dónde mierda está? El tono con el que Donovan hace la pregunta, me da escalofríos, y me pregunto cómo es que hizo Emma para soportarlo todos estos años, sé que ella estaba enamorada de él, pero es que no consigo imaginar un mundo en los dos estén juntos. —Tranquilízate —habla Basil. Estamos de nuevo dentro de su despacho, últimamente este sitio parece un centro de diversiones. Las fosas nasales de Donovan se abren y cierran al ritmo del subir y bajar de su pecho. —Tu padre sabe en dónde está, claro, debí imaginar que pediría ayuda a alguien, una persona de la que nunca sospecharíamos —apunta Donovan, perdiendo los papeles cada vez más. —Sí —responde Bill para mi sorpresa—. Sé en dónde está Emma, así como acepto que ha pedido mi ayuda. Donovan intenta venírsele encima, pero Basil lo impide. —¡¿Quieres tranquilizarte por favor?! —exclama Basil—. Compórtate.Donovan se detiene, se aleja y se pasa una mano por el cabello, no entiendo por qué está tan desesperado por encont
MÍAGuardo la foto que Basil me tomó y la dejo debajo de un libro de poemas que traje conmigo desde Italia, dentro de uno de los cajones del tocador, tirando a la basura la foto que me dio Portia, da igual, si ella de verdad atesorara esa foto, no me la hubiera dejado, pero lo que no deja de martirizar mi cabeza, es por qué Basil me llevó al mismo lugar que llevó a Portia hace años. Sé que cuando ellos dos estuvieron juntos, yo estaba con Lance, no nos conocíamos, no sabíamos siquiera que existíamos el uno del otro, aun así, creo que yo jamás le haría hacer algo que hice con Lance, y aun así, me sigo sintiendo defraudada. La puerta se abre, Basil entra quitándose la camiseta negra que se le ciñe al cuerpo, dejándome ver su perfecto cuerpo, él se da cuenta de mi mirada y me sonríe. —Quiero follarte. Mi estómago se encoge, no, no quiero que lo haga. —Yo no me siento bien —mi voz es apenas audible. Se detiene en medio de la estancia, justo cuando tenía la intención de acercarse. —