EMMA

Siento que cada parte de mi cuerpo tiembla, no de miedo, sino, de adrenalina, miro a cada uno de los hombres cuervo que me están escoltando, en cuanto me dijeron que el hermano mayor de Mía, solicitaba hablar conmigo, supe enseguida que no era para algo bueno, no soy una mujer idiota, sé cómo me mira cuando todos creen que no me doy cuenta, incluso Ángelo lo sabe.

“Ese tipo no me da buena espina, parece que te mete la polla con solo la mirada”

Esas fueron sus palabras luego de aceptar traer a Mía a Italia y formular un plan para ayudarlo a limpiar su nombre, todo por aquella a quien considero mi única amiga, ya que las dos que tenían ese papel, me han traicionado, una, lastimó y conspiró en contra de Basil, y la segunda, aunque no fue una amiga real, se acostaba y se casó con el hombre a quien amaba.

—Emma.

Me detengo al escuchar la voz de Ángelo, quien se detiene delante de nosotros.

—Será mejor que te apartes, Ángelo —le dice uno de los cuervos, ya no lo respetan—. Son órdenes