Un beso sobre su mejilla, sus labios, sus párpados, descendiendo sobre su cuello. Tan cálido, tan reconfortador. Tan delicados y llenos de ternura.
Nefer abrió la boca escapándose un gemido, saliendo del retardo de haberse despertado.
-Hazlo de nuevo, preciosa-
La chica abrió los ojos de golpe y se incorporó sobre sus brazos con tensión encontrándose con el rostro confundido de Anubis tras su cabello alborotado.
-¿Qué ocurre?- le preguntó al ver su rostro de pánico.
Nefer se llevó la mano a su frente secando el grueso sudor con la respiración algo agitada.
-No, nada- Soltó un suspiro -Es que así era como me decía Horus cada vez que...tú sabes-
-Oh, cachorra, lo siento- La atrajo hacia él y besó la coronilla de la cabeza- No quería hacerte pasar por un mal rato-
Nefer le respondi&oacu
Si había algo peor que la muerte, era el aburrimiento, y Nefer se estaba muriendo de aburrimiento, literalmente. Habían pasado tres horas desde que se había levantado y no tenía nada que hacer. Anubis dormía como un tronco recuperándose de sus heridas, y no se atrevía salir sola, a saber, que le podía ocurrir. Tenía más que experiencia para que los problemas lo siguieran cada vez que se encontraba solo.Suspiró recostándose en el borde de la ventana que daba a un inmenso jardín con más bloques de adorno que césped. Algunas esculturas de aquí para allá daban un poco de vida. Las miró una por una entreteniéndose memorizando su aspecto, no tenía más nada que hacer mientras esperaba. Dos siluetas a lo lejos irrumpieron la soledad de aquel lugar y Nefer se incorporó. Uno de ellos, la más morena y de baja estatura no la reconoció, pero esa máscara que llevaba el de al lado no tenía confusión. Un sentimiento indescifrable revoloteó en su estómago al verlo caminar.Como todo u
La chica, en su total ignorancia de la magnitud de su poder despidió a la mujer que, por no sabía que vez, le traía sino comida, ropa o cualquier cosa que pudieran necesitar. Como que la atención era equivalente a estar en un hotel 5 estrellas aunque realmente no sabía pues nunca había estado en ninguno, sus antiguos clientes no eran precisamente los de mejor corte económico.Cerró la puerta y apoyó la frente en la madera. Un suspiro largo salió de sus labios. Aun se impresionaba que aquello no fuera un sueño extraño. Como cuando lo ficción supera la fantasía.Estaba tan sumida en sus pensamientos que se sobresaltó cuando unas manos se posaron a cada lado de su cabeza y un cuerpo grande, sólido y desnudo la apretó contra la puerta. Nefer sonrió restregándose como un gato bajo el contacto y cada curva del cuerpo masculino, cálido excitado. El olor que desprendía era delicioso y embriagador. No pudo evitar soltar un agudo gemido cuando la erección caliente se frotó entre s
Anubis pegó su frente a la de Nefer. Vacilaba ante la petición de su amante-Estás segura, será difícil, no quiero obligarte--Yo quiero esto- Nefer levantó la barbilla con determinación.Había aceptado el hecho que Anubis no tenía un aspecto humano real desde que había visto la magnificencia de su cuerpo. Si quería estar junto a él tenía que aceptarlo en todas las facetas, y aunque, en el fondo le daba cierto miedo dadas las dimensiones entre ellos, no era momento de echarse hacia atrás.El chacal soltó un suspiro y detuvo las caderas de la chica contra las suyas manteniéndose en su interior completamente.-Esto puede doler un poco al inicio, es mejor si estoy dentro, mi presemen te ayudara que no duela tanto, pero si no puedes resistirlo dímelo, me detendré-Nefer asistió y desenredó los brazos de su cuello preparándose psicológicamente para lo que venía. Anubis era la persona más grande que había contenido en su interior pero nada de seguro se comparaba co
Nefer abrió sus ojos sintiendo golpes en la puerta y soltó un gruñido contra el pecho donde estaba recostada. Levantó la cabeza para ver a su pareja que no se había tomado la molestia de volver a su forma humana ahora que lo había aceptado como era. La textura bajo ella era agradable y cálida.100% sus ovarios, Anubis era un calenturiento empedernido, maniático del sexo y manipulador y estaba segura que en cuanto había podido moverse la había atacado para saciarse sin haberse recuperado completamente. Se sintió culpable, ella tampoco había cooperado mucho para que no la tomara. Ya lo reprendería después.Se levantó con cuidado para no despertarlo solo para caer de rodillas al suelo con sus caderas y muslos adormecidos. Cierto y conocido liquido se escurría de su aun dilatado interior y las piernas se negaban en responder.Otro golpe en la puerta.-Ahora no puedo, estoy un poco ocupada- mintió con una mueca.-Señorita Nefer, Ra solicita su presencia en estos mome
Nefer abrió sus ojos sintiendo golpes en la puerta y soltó un gruñido contra el pecho donde estaba recostada. Levantó la cabeza para ver a su pareja que no se había tomado la molestia de volver a su forma humana ahora que lo había aceptado como era. La textura bajo ella era agradable y cálida.100% sus ovarios, Anubis era un calenturiento empedernido, maniático del sexo y manipulador y estaba segura que en cuanto había podido moverse la había atacado para saciarse sin haberse recuperado completamente. Se sintió culpable, ella tampoco había cooperado mucho para que no la tomara. Ya lo reprendería después.Se levantó con cuidado para no despertarlo solo para caer de rodillas al suelo con sus caderas y muslos adormecidos. Cierto y conocido liquido se escurría de su aun dilatado interior y las piernas se negaban en responder.Otro golpe en la puerta.-Ahora no puedo, estoy un poco ocupada- mintió con una mueca.-Señorita Nefer, Ra solicita su presencia en estos mome
Nefer abrió los ojos para sentir un bic, bic, bic, constante que taladraba su cerebro. La luz blanca sobre él la cegó y el fuerte olor a desinfectante la mareaba.-¿Está bien?- una suave voz le hizo abrir lentamente los ojos enfocando con dificultad el cuerpo de una mujer delgada, vestida de blanco.Ohhh, estaba en el cielo, aunque el bic taladrador no cesaba.-Qué bueno que despertó, no teníamos esperanza que lo hiciera tan pronto-Espera ¿dónde estaba? Nefer intentó incorporarse para sentir cada hueso de su cuerpo crujir, soltando un grito en el acto.-Por favor. No lo haga. Doctor, doctor, venga enseguida-No lo podía creer. En un hospital, estaba en un hospital.-¿Qué me pasó- Habló con la voz pastosa, como si hiciera mucho no lo hiciera.-Tranquilice paciente, usted ha estado en coma por todo un mes, no debe forzarse, es contraproducente. Una persona la trajo con una vestimenta algo extraña y hasta ahora se mantuvo en ese estado-Sus ojos se abrieron
Ra, el Todopoderoso dios del Imperio, estaba al borde del colapso nervioso en ese momento. Aquello no podía estar ocurriendo. Después de tantos años, cuidando que nada irrumpiera y que todo fuera estable, la Barrera Celestial que les daba protección había sido perturbada y estaba muy frágil debido a una pequeña acción impredecible. Como resultado eso había puesto en peligro, no solo la seguridad del Imperio, sino toda su existencia, la de todos los dioses, así como la estabilidad y equilibro de los mundos.Solo podía maldecir.Ra apretó la copa en su mano hasta que esta se quebró en miles de pedazos, rompiendo la piel de la palma y bañándola con el vino que contenía aunque apenas se percató del dolor. Hamil corrió rápido a poner un paño limpió sobre la herida para evitar la hemorragia aunque era algo inútil dado que la herida cerraría rápidamente, pero recibió una mirada amenazante del dios que lo hizo estremecer y retroceder sentándose sobre sus rodillas con la cabeza gacha.
Un paso hacia atrás, dos, tres. Su cuerpo tenso transpiraba de forma dolorosa. Buscó sin pensar la empuñadura del pequeño puñal que siempre llevaba consigo. Le hacía sentir más segura en caso que tuviera que utilizarla porque no cedería tan fácilmente, no sería una víctima de nuevo. Y ese puñal era la único que se permitió tener después de decidirse empezar de nuevo. Pero al parecer, su pasado se negaba a renegar de ella por mucho que se esforzara en olvidarlo.-Nefer- la voz del dios le hizo temblar -Vuelve conmigo al Imperio, vine a buscarte-La chica se paró en seco. Su espalda estaba sumamente tensa.-Estás bromeando ¿verdad? Horus- lo vio arquear una ceja ante sus palabras, no la tomaba en serio, pero ella prosiguió -No tengo intenciones se volver a ese lugar y menos contigo, no creo que seas la persona más indicada para acompañarme en todo caso--¿Tanto me odias?- él dijo escéptico- Soy Horus, nadie me odia, incluso te puedo perdonar que te hayas escapado de mí y h