Ra, el Todopoderoso dios del Imperio, estaba al borde del colapso nervioso en ese momento. Aquello no podía estar ocurriendo. Después de tantos años, cuidando que nada irrumpiera y que todo fuera estable, la Barrera Celestial que les daba protección había sido perturbada y estaba muy frágil debido a una pequeña acción impredecible. Como resultado eso había puesto en peligro, no solo la seguridad del Imperio, sino toda su existencia, la de todos los dioses, así como la estabilidad y equilibro de los mundos.
Solo podía maldecir.Ra apretó la copa en su mano hasta que esta se quebró en miles de pedazos, rompiendo la piel de la palma y bañándola con el vino que contenía aunque apenas se percató del dolor. Hamil corrió rápido a poner un paño limpió sobre la herida para evitar la hemorragia aunque era algo inútil dado que la herida cerraría rápidamente, pero recibió una mirada amenazante del dios que lo hizo estremecer y retroceder sentándose sobre sus rodillas con la cabeza gacha.Un paso hacia atrás, dos, tres. Su cuerpo tenso transpiraba de forma dolorosa. Buscó sin pensar la empuñadura del pequeño puñal que siempre llevaba consigo. Le hacía sentir más segura en caso que tuviera que utilizarla porque no cedería tan fácilmente, no sería una víctima de nuevo. Y ese puñal era la único que se permitió tener después de decidirse empezar de nuevo. Pero al parecer, su pasado se negaba a renegar de ella por mucho que se esforzara en olvidarlo.-Nefer- la voz del dios le hizo temblar -Vuelve conmigo al Imperio, vine a buscarte-La chica se paró en seco. Su espalda estaba sumamente tensa.-Estás bromeando ¿verdad? Horus- lo vio arquear una ceja ante sus palabras, no la tomaba en serio, pero ella prosiguió -No tengo intenciones se volver a ese lugar y menos contigo, no creo que seas la persona más indicada para acompañarme en todo caso--¿Tanto me odias?- él dijo escéptico- Soy Horus, nadie me odia, incluso te puedo perdonar que te hayas escapado de mí y h
Nefer no pudo evitar gruñir ante la persona que acababa de aparecer elante de ella. ¿Era en serio? Con todo lo que los había evitado? ¿Por qué solo no desparecían? Y precisamente él. Él de todos.-¿Qué haces aquí?- apretó sus dientes apretando con tanta fuerza el puñal en su mano que sus nudillos se pusieron blancos.-Al parecer me desaparezco unos días y mi cachorra se vuelve agresiva. ¿Por qué mejor no nos sentamos hablar tranquilamente entre los dos? ¿Y deberías bajar eso, podrías hacerte daño?- A pesar de la forma relajada en que hablaba aquella persona, Nefer no le respondió no dejó de estar tensa-¿Qué hiciste con la cama que te regalé, no era barata y la busqué lo más cómoda para ti? Pensé que era de tu agrado--La boté. No la quería- soltó ella despectivamente.-¿Estás de broma verdad?--Déjate de sujeciones Anubis y respóndeme ¿qué haces aquí?- Nefer comenzaba a perder la paciencia, aún estaba nerviosa por la presencia d Horus y ahora tenía que lidiar co
Nefer se detuvo al sentir sus pulmones doler y sus piernas temblar por el esfuerzo. Sus ojos comenzaban a nublarse por las lágrimas. Ahora podía llorar ¿no?-Estúpido Anubis- dijo sobándose la nariz con fuerza -Estúpido Anubis. Por qué aparecer ahora cuando vida parece ser normal- sollozó doliendo ahora cada palabra que le había dicho. Había sido realmente cruel pero sino lo hacía perdería la cordura.Podían ser venenosas, parecer indiferente, pero a quien engañaba. Extrañaba al maldito dios como su vida misma.¿Sería capaz de perdonarlo?Eso no lo sabía.¿Arrojarse a sus brazos?Tal vez.¿Volver a su lado?No podía permitírselo.Todo volvería a ser una montaña rusa hasta el día de su muerte, y no le gustaba la poca tranquilidad y poca estabilidad que tenía.Pero...aun lo amaba....y mucho.Se dio cuenta que las personas a su lado pasaban y miraban su curioso atuendo, o más bien, la falta de este. Había salido tan r
Tiara se podía imaginar el rostro que en ese momento tendría la chica-Recuerdas el incendio del faro de Alejandría- Nefer asintió, era historia general, aunque no había terminado la escuela sabía del tema- Allí fue donde perdí mi vista--Es broma ¿verdad?-Tiara negó tomando un sorbo de té.-Incluso estuve como enfermera en las tropas de Napoleón-sonrió- No creo que Ra este muy contento con que te esté contando esto, pero no tengo nada que perder, no es como si fuera a descender en este momento para regañarme- bromeó-Espera ¿Conoces a Ra?--Sí, él fue el que me salvo y descubrió mi talento innato para ver el futuro y no tan futuro. Ese hombre tiene más trucos bajo la manga que los que te imaginas, aparte de que está bien bueno-Nefer se quedó con la boca abierta.-Entonces es él el que te mandó a cuidarme--Bongo. Puedes tomarlo así si lo deseas. Ahora mismo las cosas están complicadas en el Imperio y lo creyó conveniente. No es seguro que estés si
El clic de la puerta cerrarse, al salir Tiara hizo eco en la sala dejando a dos personas en aquel lugar. La atmósfera era densa.Anubis miró de arriba a abajo a Nefer, no sabía cómo empezar. Sentía la tensión intensificarse en el ambiente. Esta vez tendría que actuar con precaución. Nefer se había vuelto una persona impredecible. Podía acobardarse y ser sumisa cuando lo quería, o ser capaz de enfrentarse a ellos en todo su esplendor y sacar sus garras, si su vida dependía de ello. Era una humana valiente pero imprudente.-¿Cómo fue que volviste?- fue lo primero que le preguntó. Tenía esa duda desde que había despertado y no la había encontrado para simplemente sentir que abandonaba el Imperio. Dejándolo a él solo. Un vacío que odiaba.-Acaso no oíste- Nefer mantuvo un porte firme y frío- Una de las criadas que tanto nos interrumpían me llamó mientras dormías, y me llevó a ver una mujer que estaba interesada en mí y después de decirme diversas cosas y algunas que aun deseo o
La única razón por la que Nefer no se cayó sobre tu trasero de la impresión fue debido a la pared detrás de ella que sostenía su peso. Porque sus piernas en ese momento realmente temblaban y mucho. El gran Anubis, Dios de los muertos, alto dios del Imperio, estaba arrodillado delante de ella pidiendo que terminara con su vida. ¿Qué gran locura era aquella? Acaso ya los cables en su cabeza se habían cruzado y estaba delirando. Lo más probable porque aquello no podía ser verdad.-Anubis no me hagas esto- le advirtió con los dientes apretados, tanto la mano que sostenía la daga, como su voz que comenzaba a ser inestable.-Es mi decisión Nefer y no pienso desistir- el dios cerró sus ojos esperando su final- Prefiero desaparecer de este mundo a estar sin ti-A Nefer le empezó a faltar el aire. ¿Qué quería que terminara con su vida? Deb&
Nefer sintió una mano sobre su nalga en medio de la tienda y en vez de molestarse se sonrojó. El gran hombre a su lado apenas era consiente que estaban en un lugar público. Típico de él. Llevó los dedos a su mejilla para encontrarla caliente. Después de la polémica declaración del dios no paraba de ponerse como un tomate cada vez que la tocaba o miraba. La vergüenza la recorría y la hacía sentir como un adolescente. ¿Así era como se sentía ser amado? Al parecer sí.Las palabras de aquella diosa aun no abandonaban su mente, pero cada vez las veía más lejos de la verdad. Tenía que descubrir que era realmente lo que había ocurrido.Oyó los pasos de una persona cerca se ellos y se apartó un poco perdiendo el contacto con Anubis, recibiendo un gruñido de respuesta. No le prestó mucha atención para
Nefer se sentó en el borde de la cama de la habitación que Tiara le había dado para que compartieran. Apretaba sus manos sobre su regazo y se movía algo inquieta sobre el cómodo colchón. La razón, obvia. Podía escuchar el sonido del agua cayendo de la puerta entreabierta que daba al baño adjunto. Anubis estaba detrás de esa puerta limpiando su cuerpo, ese cuerpo que ella conocía muy bien y la había hecho tener los mejores orgasmos de su vida. Aquello le trajo viejos recuerdos de la primera vez que lo conoció. Sonrió internamente.Ese había sido el inicio de todo, bueno, que al menos ella recordara. Y habían empezado con el pie izquierdo, aunque eso no duró mucho. Tenía que reconocer que ambos tenían una química sexual inmensa. Sus cuerpos eran muy compatibles. Pero no solo eso. Quitando este tenso momento, ellos realmente no habían