Nefer vio el reflejo de la espada brillar sobre ella y por segunda vez la vida pasó ante sus ojos, como que se estaba volviendo costumbre, una muy desagradable. No le daba tiempo a retroceder, a escapar, una sola imagen lo invadió demostrándole quien era dueño de todos sus pensamientos.
Otra vez.
Anubis.
Mencionó su nombre, esperando lo peor, cuando unos brazos rodearon su cintura y la alzaron esquivando la espada que impactó en la piedra del suelo agrietándola.
Los ojos de Nefer se abrieron al sentir el contacto del suave y oscuro pelaje contra su piel. Y ahogando un jadeo de alivio abrazó el grueso cuello que apenas sus brazos cubrían y enterró el rostro.
Sintió el cuerpo mayor gruñir y tensarse mientras la sostenía contra él con tanta fuerza que sabría que le dejaría marcas, pero no le importaba, con tal de sentirse protegi
Si aquella no era la situación más incómoda de la vida, estaba cerca de serlo.Nefer apenas podía acomodarse sobre los cojines en el piso, delante de la mesa con innumerables platos. Y la peor parte era la mirada de Ra frente de ella analizando cada uno de sus movimientos. Anubis estaba a su lado aunque no era suficiente para calmar su nerviosismo, algo le daba buena espina.-Come- Ra le ordenaba a cada rato. Y aunque le costaba reconocerlo lo necesitaba, estaba famélica y con un hambre que se comería todo aquello, sino fuera porque sus tripas se retorcían peligrosamente. Todo fuera mejor si los ojos de los dioses no estuvieran sobre si como ágilas.Sintió la mano de Anubis en su espalda baja a pesar de no perder de vista a Ra. Deseaba estar en otro lugar, más tranquilo, al lado del dios. Porque las cosas siempre eran tan complicadas en su vida amorosa.Cogió algo del plato que no
Una, dos, tres gotas de sangre cayeron en el estanque y el agua comenzó a burbujear.-Ves, te dije que no dolería- Ra soltó el brazo de Nefer y centró su atención en el Orbe.La chica llevó su mano al pecho y miró la diminuta herida en su palma donde la sangre se negaba a dejar de salir.-¿Qué hiciste?--Te dije que no tenía que torturarte para saber lo que quiero- sonrió complacido tomando de nuevo su mano mirando la mancha roja que no se detenía- La sangre puede decir más de tu vida que lo que imaginas-Llevó la palma a sus labios y pasó la lengua por la herida coagulando la sangre a su paso. Tras la cálida sensación el picor de la herida disminuyó. Nefer miraba el rostro de Ra muy cerca hasta la mano, fascinada.-Ven- lo soltó, descubramos tu pasado-Ra se giró hacia el estanque y r
Agobiada. No, esa no era la palabra correcta. Aterrorizada, tampoco, había tenido otros eventos más traumáticos y vivir para contarlo. Confundida, muchísimo. No todos los días te dicen que eres un fenómeno con la capacidad de matar a un dios y de paso, ser descendiente de uno.Agarró las sábanas bajo ella, con los puños y las apretó hasta doler. Como que su locura y su vida anterior no estaba mal en comparación con su actual, podía lidiar más fácil con eso.Miró la habitación que Ra le había designado, era espaciosa y bien amueblada. Le habían llevado un plato con más comida incapaz de digerir en ese momento. Se había dado un baño caliente cuando lo habían dejado allí con el agua de una tina especialmente preparada. Ahora esperaba a que trajeran a Anubis. Eso si había sido otra discusión con el To
Un beso sobre su mejilla, sus labios, sus párpados, descendiendo sobre su cuello. Tan cálido, tan reconfortador. Tan delicados y llenos de ternura.Nefer abrió la boca escapándose un gemido, saliendo del retardo de haberse despertado.-Hazlo de nuevo, preciosa-La chica abrió los ojos de golpe y se incorporó sobre sus brazos con tensión encontrándose con el rostro confundido de Anubis tras su cabello alborotado.-¿Qué ocurre?- le preguntó al ver su rostro de pánico.Nefer se llevó la mano a su frente secando el grueso sudor con la respiración algo agitada.-No, nada- Soltó un suspiro -Es que así era como me decía Horus cada vez que...tú sabes--Oh, cachorra, lo siento- La atrajo hacia él y besó la coronilla de la cabeza- No quería hacerte pasar por un mal rato-Nefer le respondi&oacu
Si había algo peor que la muerte, era el aburrimiento, y Nefer se estaba muriendo de aburrimiento, literalmente. Habían pasado tres horas desde que se había levantado y no tenía nada que hacer. Anubis dormía como un tronco recuperándose de sus heridas, y no se atrevía salir sola, a saber, que le podía ocurrir. Tenía más que experiencia para que los problemas lo siguieran cada vez que se encontraba solo.Suspiró recostándose en el borde de la ventana que daba a un inmenso jardín con más bloques de adorno que césped. Algunas esculturas de aquí para allá daban un poco de vida. Las miró una por una entreteniéndose memorizando su aspecto, no tenía más nada que hacer mientras esperaba. Dos siluetas a lo lejos irrumpieron la soledad de aquel lugar y Nefer se incorporó. Uno de ellos, la más morena y de baja estatura no la reconoció, pero esa máscara que llevaba el de al lado no tenía confusión. Un sentimiento indescifrable revoloteó en su estómago al verlo caminar.Como todo u
La chica, en su total ignorancia de la magnitud de su poder despidió a la mujer que, por no sabía que vez, le traía sino comida, ropa o cualquier cosa que pudieran necesitar. Como que la atención era equivalente a estar en un hotel 5 estrellas aunque realmente no sabía pues nunca había estado en ninguno, sus antiguos clientes no eran precisamente los de mejor corte económico.Cerró la puerta y apoyó la frente en la madera. Un suspiro largo salió de sus labios. Aun se impresionaba que aquello no fuera un sueño extraño. Como cuando lo ficción supera la fantasía.Estaba tan sumida en sus pensamientos que se sobresaltó cuando unas manos se posaron a cada lado de su cabeza y un cuerpo grande, sólido y desnudo la apretó contra la puerta. Nefer sonrió restregándose como un gato bajo el contacto y cada curva del cuerpo masculino, cálido excitado. El olor que desprendía era delicioso y embriagador. No pudo evitar soltar un agudo gemido cuando la erección caliente se frotó entre s
Anubis pegó su frente a la de Nefer. Vacilaba ante la petición de su amante-Estás segura, será difícil, no quiero obligarte--Yo quiero esto- Nefer levantó la barbilla con determinación.Había aceptado el hecho que Anubis no tenía un aspecto humano real desde que había visto la magnificencia de su cuerpo. Si quería estar junto a él tenía que aceptarlo en todas las facetas, y aunque, en el fondo le daba cierto miedo dadas las dimensiones entre ellos, no era momento de echarse hacia atrás.El chacal soltó un suspiro y detuvo las caderas de la chica contra las suyas manteniéndose en su interior completamente.-Esto puede doler un poco al inicio, es mejor si estoy dentro, mi presemen te ayudara que no duela tanto, pero si no puedes resistirlo dímelo, me detendré-Nefer asistió y desenredó los brazos de su cuello preparándose psicológicamente para lo que venía. Anubis era la persona más grande que había contenido en su interior pero nada de seguro se comparaba co
Nefer abrió sus ojos sintiendo golpes en la puerta y soltó un gruñido contra el pecho donde estaba recostada. Levantó la cabeza para ver a su pareja que no se había tomado la molestia de volver a su forma humana ahora que lo había aceptado como era. La textura bajo ella era agradable y cálida.100% sus ovarios, Anubis era un calenturiento empedernido, maniático del sexo y manipulador y estaba segura que en cuanto había podido moverse la había atacado para saciarse sin haberse recuperado completamente. Se sintió culpable, ella tampoco había cooperado mucho para que no la tomara. Ya lo reprendería después.Se levantó con cuidado para no despertarlo solo para caer de rodillas al suelo con sus caderas y muslos adormecidos. Cierto y conocido liquido se escurría de su aun dilatado interior y las piernas se negaban en responder.Otro golpe en la puerta.-Ahora no puedo, estoy un poco ocupada- mintió con una mueca.-Señorita Nefer, Ra solicita su presencia en estos mome