Corro, lo único que hago es correr, los caminos me los sé de memoria, lo planeé por mucho tiempo, desde que supe que él se desharía de mí. Debo escapar, no hay otra salida, se lo que quiere hacer con nuestro hijo y jamás lo permitiré, el no merece esto, no pidió venir a este mundo debo salvarlo, por lo menos debo salvarlo a él, porque no podría seguir viviendo si algo malo le sucede.

Ha pasado ya varios minutos desde que salí y siento mucho dolor en mi vientre, no se cuánto tiempo llevo corriendo, pero alcanzo a ver parte del camino, parte de mi salvación, miro hacia atrás por primera vez y no veo a ninguno de sus guardias pero no me confío, sé que están cerca, sigo corriendo a pesar del gran dolor que siento en mi barriga, mis pies duelen, siento cada piedrecilla en la planta, lagrimas salen del dolor provocado pero no pararé, me juré que saldría de allí y lo hice, debo llegar hasta el final cueste lo que cueste.

Tomo aire unos segundos para seguir mi camino, pero de pronto siento que alguien me toma por el brazo tapando mi boca, traté de soltarme, luchaba contra su agarre, pero no pude, sé que era uno de sus guardias por el anillo que llevaba en su dedo, por favor Dios no, ahora no, debo salvar a mi bebe.

—  Ssshhhh — sentí en mi oído — tranquila, quédate quieta o nos pueden oír — y lo hice, no sé porque pero le hice caso. Me agache junto a el detrás de un arbusto y sentí como autos y motos pasaron cerca, muy cerca y no nos vieron.

—  tranquila te ayudaré — dijo tranquilizándome — te puedo ayudar, confía en mí, no estás sola en esto

Pero no podía, como confiar en alguien que trabajaba para un monstruo como lo era mi esposo. Todos ellos obedecían cualquier cosa, lo más horrible ellos lo hacían.

—  Déjame — Respondí cansada — Eres uno de ellos jamás podría confiar en ti.

—  ¿crees que te hubiese escondido si no quisiera ayudarte?

Comenzó a acercarse y me corrí por instinto

—  Toma — y me tendió la mano con un fardo de billetes y un sobre — Ella te puede ayudar, esconderte, trabajaba de partera hace años pero ya es mayor y está sola. Dile que vas de mi parte, ese dinero te puede servir, guárdalo en tu mochila con lo que traes tú al menos puede ayudarte por uno meses. Sigue ese camino a mi derecha, llegarás a un pequeño garaje en donde hay una motocicleta, sé que las conduces, llévatela.

No sabía que hacer o decir. Podría confiar en el... no lo sé. Pero era mi única salida en estos momentos, caminando de seguro me encuentran y es verdad, si me quisiera entregar ya lo habría hecho. Pero y si era una trampa y me llevaba directo a sus brazos nuevamente, ¿Cómo confiar en personas que me han dañado desde que llegue aquí?, Pero en estos momentos no tenía otra salida, de todos modos si era una trampa el ya sabía de mi ubicación y en minutos me tendría atrapada nuevamente. Al menos con una motocicleta sería mas rápido.

—  Gracias.

Fue lo único que salió de mi boca.

—  ve con cuidado, estaban buscándote. Toma el camino del bosque no buscaran ahí, yo los distraeré un momento. — Saca su teléfono y llama — señor... si la vi... va por las montañas... a pie... espero alcanzarla... nos vemos ahí — y cuelga. — tienes tiempo suficiente para escapar.

—  ¿porque lo hiciste? — me era tan difícil confiar en alguien, pero al menos esa llamada demostraba que realmente me quería ayudar

—  Me recuerdas a mi hermana, ella murió y no pude hacer nada pero ahora puedo hacerlo por ti, puedo salvarte y es lo que haré.

—  Lo siento.

—  escóndete bien, hará lo imposible hasta encontrarte. y Luego se va corriendo.

No pierdo oportunidad y corro por el bosque hasta llegar al garaje no hay nadie pero esta la moto con la llave puesta, una mochila la cual abro y hay prendas de vestir y zapatillas… ¿Cómo lo supo, como supo que el día de hoy escaparía? esa pregunta da vueltas en mi cabeza mientras me cambio rápidamente, miro una última vez a mi alrededor y la hecho a andar para irme y esconderme del hombre más cruel y malvado... Mi esposo.