CAPÍTULO 26: UNA INCÓMODA CENA FAMILIARLa tensión en ese comedor se puede cortar con una sierra eléctrica y juraría que no es suficiente. Asher y yo nos sentamos a la mesa ante la mirada atónita de todos. Su madre apenas y me mira, pero pasa de mí como si no existiera. En cambio, la mirada de odio de Brayden hacia mí es demasiado evidente, ya ni siquiera se molesta en ocultarlo frente a su esposa o sus pequeños hijos.Todos nos sentamos a la mesa, por fortuna no estoy a su lado, pero sí lo tengo en frente. El silencio solo es opacado por el ruido de los cubiertos y una suave música de fondo.Antes de que cualquiera decida decir algo, una mucama se acerca para decirle algo al oído a la señora Isabella.—¡Oh! Perfecto, hágala pasar.En ese instante una hermosa chica rubia y despampanante entra en el comedor. Tiene una sonrisa cautivadora que deja a todos sin aliento, en especial a Asher, porque se queda mirándola embobado como si nunca hubiera visto un bonito par de piernas.Su estupef
CAPÍTULO 27: UNA OLLA DE PRESIÓN A PUNTO DE REVENTARAbro la puerta principal y corro hasta afuera, hasta que me doy cuenta de que no tengo a dónde ir en realidad, ni siquiera tengo transporte. Las lágrimas se derraman por mis mejillas y aunque intento contenerlas, no soy capaz.—¡Quinn!No espero escuchar la voz de Bárbara detrás de mí. De todas las personas posibles, ella es quien menos quisiera que me ayudase ahora.—¡Quinn! No te vayas, por favor —me pide.Pongo distancia entre las dos. Siento pena por ella, porque de todos aquí, es la única que no tiene idea de lo que pasa.—No, yo no voy a regresar ahí dentro.—Asher está discutiendo con su madre por ti, no puedes irte.Niego con la cabeza, esto fue una terrible idea, nunca debí aceptar. Debí irme lejos como me lo imponía Brayden.—¿Para qué voy a quedarme? Toda su familia me desprecia.—Sé que la señora Isabella puede ser muy complicada, pero te aseguro que es así con todas sus nueras. Dale una oportunidad, solo está molesta po
CAPÍTULO 28: TODO EXPLOTASe puede sentir la tensión que hay en el almuerzo del día siguiente. La madre de Asher se mantiene distante y callada, pero sé perfectamente lo que está pensando. Por otro lado, Brayden parece disfrutar de mi sufrimiento.Hoy de la reunión se van los primos. Solamente quedan: su hermano, la esposa de su hermano y sus hijos. Yo ya no quiero continuar con esto, pero Asher parece empeñado en terminarlo todo de una vez. Tal vez así sea mejor, tal vez es mejor que todo explote de una buena vez y esta pesadilla se acabe.Nos sentamos a la mesa mientras algunos conversan temas banales y de otro tipo de cosas. La madre, Isabella, comienza a hablar sobre los negocios.—Muy bien, entonces, me imagino que no pretendes darle las acciones a tu hermano —afirma con un dejo de desdén.—No madre, de hecho, quiero reclamar mi herencia, la que me corresponde y que me dejó mi padre por derecho.Isabella se queda estática, en su lugar, no habla, pero su mirada lo dice todo. Deja
CAPÍTULO 29: UN CORAZÓN ROTO Y UNA TRAGEDIALa furia contenida en los ojos de Asher es aterradora. Tiene los puños apretados y la mirada perdida fija en su hermano. Brayden, por otro lado, está pálido, sabe que ha llegado el momento de que se revele toda la verdad, y dudo mucho que pueda impedirlo.Aun así, intenta ser valiente, o parecerlo, al menos; porque sonríe con cinismo y mira a su hermano como si realmente él tuviera las de ganar.—No seas ridículo Asher. En cualquiera de los dos casos, tu mujercita termina como una put4.Esa palabra es el detonante para que Asher pierda el control. Se le va encima a su hermano y empiezan a golpearse como si fueran unos animales salvajes. Su madre grita, se descontrola alterada, y yo también. Nunca los había visto así y la verdad es que no me gusta.—Asher, por favor, ya basta —suplico, pero él no me hace caso.Isabella les grita, toma un vaso de agua que está en la mesa y se los arroja encima. Eso es suficiente para que los dos se tranquilice
CAPÍTULO 30: TODO TERMINA AQUÍ—¡Brayden! —grita Bárbara, pero la caída es inevitable.El momento de shock pasa y todos salimos corriendo para ver qué fue lo que pasó, incluyendo a la madre de los dos hermanos, que llega también para el momento en el que su hijo menor cae.Lo vemos desde la parte de arriba. Inconsciente e inamovible en el piso. De hecho, pareciera que estuviera muerto. El corazón se me detiene. No es porque me importe en realidad, pero tampoco quiero que se muera. El primero en reaccionar es Asher. Baja corriendo las escaleras, brincando incluso algunos o escalones. Los demás lo seguimos de cerca, excepto por Bárbara, que se queda desde arriba mirando con horror como su esposo está tendido en el suelo, la sangre empieza a brotar de su cabeza y entonces ella entra en pánico.En ese momento, escuchamos las voces de los pequeños niños regresando al salón. Ellos no tienen ni la más mínima idea de lo que ha pasado. Volteo a mitad de las escaleras, los niños van a verlo ahí
CAPÍTULO 31: ENTRE LA VIDA Y LA MUERTEDespués de que Bárbara se va con sus hijos, la tensión en el ambiente se relaja un poco más. Asher y yo nos quedamos en la enorme mansión sin saber qué hacer con exactitud.—Creo que deberíamos ir al hospital.—Sí, tienes razón, vamos —me dice, pero no parece demasiado convencido.Le sigo hasta su auto, nos adentramos en un incómodo silencio. Asher cierra la puerta de su lado mientras que yo me pongo el cinturón y espero que arranque, mas, no lo hace.—¿Qué sucede? —pregunto.—Quinn, yo…—No digas nada ahora, mejor vayamos a ver a tu hermano primero.Asher asiente, pone en marcha el auto hacia el hospital donde se han llevado a Brayden. Siento un extraño nudo en el estómago, una incomodidad que no para de crecer a medida que nos acercamos. Por el momento, prefiero mantener mis sentimientos contenidos en una represa; el problema es que no sé cuánto tiempo más resistiré todo esto.La oscuridad de la noche acompaña a la tragedia. Cuando entramos en e
CAPÍTULO 32: REINICIO—¿D-donde estoy?La voz rasposa de Brayden suena como un murmullo apagado. Lentamente trata de incorporarse, pero Asher se lo impide poniéndole una mano con gentileza en el pecho.—Estás en el hospital, tuviste un accidente.—¿He-hermano? —pregunta visiblemente confundido.—Sí, soy yo. Será mejor que no hables demasiado, traeré al doctor para que te revise.Asher y yo nos miramos con una especie de complicidad. Ninguno de los dos menciona nada sobre lo ocurrido, Brayden tampoco pregunta.Con un asentimiento de cabeza, Asher sale de la habitación para traer al médico mientras yo me quedo ahí de pie en la mitad del lugar sin saber muy bien qué hacer o decir al respecto.Brayden intenta acomodarse, pero no puede hacerlo solo, así que me acerco a su cama y le ayudo a poner bien la almohada detrás de su cabeza.—Déjame… ayudarte —le digo.—Gracias Quinn —susurra—. ¿Qué fue lo que ocurrió?—¿No lo recuerdas?—Mmm… no —dice tomando mi mano repentinamente. Su toque me po
CAPÍTULO 33: CONFUNDIDATodas las miradas en la habitación recaen en mí. Esperan que tome una decisión, pero no es tan fácil como parece. Sé que Brayden está mal, su memoria no parece ser la misma y por poco se pone peor cuando su madre me confrontó acerca de quién soy en realidad. ¿Será posible que me recuerde a mí y no a Bárbara?Asher sigue mirándome con desconcierto, mientras que parece que mi garganta ha decidido tragarse mis palabras.—Ella se quedará, Asher, puedes irte —dice su madre.—¿Qué?—¿No ves que Brayden no recuerda nada? La enfermera ya lo dijo, debe estar tranquilo para que pueda recuperarse, así que lo mínimo que podría hacer esta… Quinn, es quedarse.Me siento como un muñeco al que todos manipulan a su antojo, miro a ambos lados de la sala, Brayden sin saber qué ocurre, y ahora una deuda que parece pesar sobre mis hombros.—Me quedaré solo un momento —hablo en voz baja.Asher empuña las manos y sale de allí con evidente enojo.—Asher, espera —llamo. Salgo corriendo