NICOLAEl agua fría refresca mi rostro, pero no me quita la sensación aplastante que me avasalla. Levanto la mirada y observo mi reflejo, sintiendo que el aire aplasta mis pulmones, sigo sin creer lo que no se cansan de repetirme una y otra vez. La respuesta sigue siendo la misma; Bea no puede estar detrás de esto, es irreal, ilógico. Ella es la mujer que amo, la conozco bien, es la madre de Vladimir, mi hijo, es… simplemente no la creo capaz de una cosa así. —Maldición.Vuelvo a sacar mi teléfono, no me contesta, lo tiene apagado, quise hablar con ella desde el segundo en el que los oficiales y Evan Yasori mencionaron la aberración. Y ahora estábamos en la delegación, Evan con Milenka, dando su declaración. No quise estar presente porque me aterra la idea de lo que ellos puedan decir. El mundo puede estar en contra de ella, pero yo jamás. —¡Maldición! —repito, golpeando el lavabo del baño con las palmas de las manos. Muevo el cuello con estrés, observo una vez más mi reflejo, m
BEATRIZPasado. El tacto de Nicola se vuelve intenso, lo amo demasiado y sé que él a mí, no hemos dejado de besarnos y ahora está dándose un festín con mi coño, manteniendo mis piernas lo suficientemente abiertas para darle todo el acceso que requiere. Jade su nombre una y otra vez arqueando la espalda cuando el placer del orgasmo llega, grito su nombre y él sigue chupando y succionando los labios de mi sexo. —Sabes demasiado bien —murmura.Saliendo de entre mis piernas como un Dios tocando la tierra por primera vez. Mis ojos detallan su cuerpo desnudo y la enorme y gruesa polla venosa que resalta apuntando hacia mi dirección. —Quiero follarte —pide.El miedo me tambalea, jamás he tenido sexo con él, pero esta tarde, cuando se puso en plan celoso y posesivo porque uno de sus empleados me habló con lo que él llama coquetería y yo amabilidad, se ha puesto en modo caliente. Hacer el amor por primera vez con él, me resulta tentador, así que me muerdo el labio inferior. Por lo regula
BIANCALas cosas no están saliendo como las planeo, lo admito, Milenka se está convirtiendo en dolor en el culo, uno que si me sigue haciendo perder el tiempo, tendré que quitar de mi camino, pero todo cuando le entregue la empresa y las acciones a Nicola. Él es otro de los asuntos que tengo pendientes, está siendo un poco tonto al respecto, no le perdono el que se haya querido escapar con Bea a Hawái, a pasar un par de días en la propiedad que tiene un gran significado para mí, ya que es ahí donde la vi por primera vez, desnudo. La sensación de hormigueo hace que recuerde el pasado, desde ese momento, supe que él sería mío algún día y nadie me lo iba a quitar, mucho menos Bea. Todos se han ido a la delegación por la mentira a medias que ha soltado Milenka sobre Bea, he pagado mucho dinero porque los policías la acorralen y las autoridades, que son corruptas, la fundan en la cárcel. Una manera fácil de hacer que Bea desaparezca de la vida de Nicola, ya después veré como deshacerme
LIZABETHALa maldad de mi hermana no tiene límites, eso es algo que descubrí hace mucho tiempo, cuando supe que yo no encajaba en esa familia y que ella había heredado el carácter frío de mi padre, pero esto, supera incluso los alcances que creí tenía. Decir que Bea planeó su violación para que la metan en la cárcel con tal de separar a Nicola de ella, es algo que sigo procesando. Ni siquiera la conoce, su historia, solo se ha dejado llevar por el poder y la ambición de nuestro padre, por supuesto, de sus celos y por la competencia de ver quién se queda con Nicola. Lo que no logra entender es que no importa cuanto haga, cuánto se esfuerce por mantenerlos lejos el uno del otro. Nicola Hill, siempre le va a pertenecer a Bea Terson, no solo por el hijo, sino, porque la ama, en los seis años que he visto a mi hermana detrás de él, jamás la ha mirado como lo hace con Bea, como si fuera su único mundo, su todo, es el aire que respira, su corazón. Pero Milenka jamás va a entender eso, po
BEATRIZLa vida me debe muchas cosas, ella a mí, llegué a esa conclusión hace unas horas, cuando me di cuenta de que todo pinta mal y nada a mi favor, Milenka miente, pero está de sobra repetirlo, ella cree tener el poder suficiente, lo es, pero nadie me conoce, me han posado muchas veces, desde el accidente, del cual, sospecho que Bianca ha estado detrás de lo mío y del accidente de Leah. La cabeza me estalla, me pongo de pie, está amaneciendo, será una noche demasiado larga, lo presiento. La cerda en la que me han encerrado en calidad de detenida, es fría, no hay cama, solo una base de piedra plana, sólida y demasiado hostil, que hace el papel de cama larga. No he podido dormir lo suficiente. Mucho menos cuando varios oficiales entran y salen, haciendo sus rondas, quiero ver a mi hijo, necesito una ducha, pero sobre todo, necesito alejarme de Nicola Hill, definitivamente. Otra decisión que acabo de tomar. Jamás pensé que recuperar mi memoria iba a ser tan duro y que, con ello, i
NICOLAAlejarme de Bea no es una opción, jamás lo será, y ahora, más que nunca, quiero sacarla de este pozo de mierda, robarla a ella, a mi hijo, y esconderlos en una isla apartada del mundo, de todo aquello que los pudiera lastimar, algún día lo haré, lo sé, es un hecho. Respiro profundo, luego de la pequeña discusión con la madre de mi hijo, y de que me viera en uno de mis peores momentos, luego de escuchar que me odia, subí a la terraza a tomar un poco de aire. Ella y Lizabetha están en el mismo eje, ambas piensan que Milenka y Bianca están detrás de todo esto, las pruebas apuntan a que ellas dicen la verdad, Bea no tiene nada a su favor más que cinco de los mejores abogados de Italia, pero ninguno ha hecho algo, y eso se debe a que están allá, sé por Baster, que uno de ellos vendrá para representarla en persona, pero, ¿qué pruebas tiene? Necesito hacer algo para sacarla de esto, lo que sea, y después de devanarme los sesos, llego a una sola conclusión; Milenka. Ella es la única
MILENKASiento que la rabia se extiende por todo mi sistema, es que ni siquiera puedo pensar bien desde que Nicola vino y me dijo toda esa mierda sobre retirar todos los cargos sobre Bea, lo vi en su mirada, él la ama, aún lo hace y eso es lo que me deja un resquemor en el pecho. Lo vi en su mirada, él la ama, la adora, pero lo que más me deja en el hilo de la vida, es que le cree, pueden poner mil pruebas delante de él, pero siempre va a creer en su palabra antes que en la de cualquiera, así que no solo me preparo para lo que se viene en camino, sino, para un enfrentamiento, porque no pienso cortar lo que acabo de iniciar. Aunque si me lo pide y puedo obtener algo a cambio… eso cambia las reglas de mi juego. Estoy tan adentrada en lo que maquino, que no me doy cuenta de que la puerta se abre de par en par. Bianca Hill, entra con su típico aire de grandeza, la odio, ella también me odia, el sentimiento es mutuo, así que sonrío viendo cómo cierra la puerta. —Por el momento debo adm
BASTERMe encargo de que nadie nos moleste, y es por ello que cierro la puerta, me importa una mierda que estemos dentro de la estación de policía, o en el mismo Palacio de la reina de Inglaterra, mi deber es proteger a Bea, se lo prometí a su padre y aunque esta mujer me haga perder la cabeza, no me desvío de mi objetivo. —¿Qué crees que haces? —me desafía con la mirada. Ella es tan exasperante, que pienso en rodear su cuello con mi mano y tal vez matarla, pero rápido descarto esa idea cuando veo en su mirara el miedo y la incertidumbre. —¿Tu lugar no debe estar con Bea? —enarca una ceja llevando sus brazos delante de su pecho, para luego cruzarlos. —No pronuncies su nombre —espeto—. No cuando todo lo que has hecho es hacerle la vida imposible. Frunce los labios, una clara señal de que no soporta que le digan las verdades. —¿Quién te crees que eres para hablarme de ese modo? —puntea con el pie. —Un amigo leal de la mujer que tanto odias. Mis palabras son suficientes para act