BIANCALas cosas no están saliendo como las planeo, lo admito, Milenka se está convirtiendo en dolor en el culo, uno que si me sigue haciendo perder el tiempo, tendré que quitar de mi camino, pero todo cuando le entregue la empresa y las acciones a Nicola. Él es otro de los asuntos que tengo pendientes, está siendo un poco tonto al respecto, no le perdono el que se haya querido escapar con Bea a Hawái, a pasar un par de días en la propiedad que tiene un gran significado para mí, ya que es ahí donde la vi por primera vez, desnudo. La sensación de hormigueo hace que recuerde el pasado, desde ese momento, supe que él sería mío algún día y nadie me lo iba a quitar, mucho menos Bea. Todos se han ido a la delegación por la mentira a medias que ha soltado Milenka sobre Bea, he pagado mucho dinero porque los policías la acorralen y las autoridades, que son corruptas, la fundan en la cárcel. Una manera fácil de hacer que Bea desaparezca de la vida de Nicola, ya después veré como deshacerme
LIZABETHALa maldad de mi hermana no tiene límites, eso es algo que descubrí hace mucho tiempo, cuando supe que yo no encajaba en esa familia y que ella había heredado el carácter frío de mi padre, pero esto, supera incluso los alcances que creí tenía. Decir que Bea planeó su violación para que la metan en la cárcel con tal de separar a Nicola de ella, es algo que sigo procesando. Ni siquiera la conoce, su historia, solo se ha dejado llevar por el poder y la ambición de nuestro padre, por supuesto, de sus celos y por la competencia de ver quién se queda con Nicola. Lo que no logra entender es que no importa cuanto haga, cuánto se esfuerce por mantenerlos lejos el uno del otro. Nicola Hill, siempre le va a pertenecer a Bea Terson, no solo por el hijo, sino, porque la ama, en los seis años que he visto a mi hermana detrás de él, jamás la ha mirado como lo hace con Bea, como si fuera su único mundo, su todo, es el aire que respira, su corazón. Pero Milenka jamás va a entender eso, po
BEATRIZLa vida me debe muchas cosas, ella a mí, llegué a esa conclusión hace unas horas, cuando me di cuenta de que todo pinta mal y nada a mi favor, Milenka miente, pero está de sobra repetirlo, ella cree tener el poder suficiente, lo es, pero nadie me conoce, me han posado muchas veces, desde el accidente, del cual, sospecho que Bianca ha estado detrás de lo mío y del accidente de Leah. La cabeza me estalla, me pongo de pie, está amaneciendo, será una noche demasiado larga, lo presiento. La cerda en la que me han encerrado en calidad de detenida, es fría, no hay cama, solo una base de piedra plana, sólida y demasiado hostil, que hace el papel de cama larga. No he podido dormir lo suficiente. Mucho menos cuando varios oficiales entran y salen, haciendo sus rondas, quiero ver a mi hijo, necesito una ducha, pero sobre todo, necesito alejarme de Nicola Hill, definitivamente. Otra decisión que acabo de tomar. Jamás pensé que recuperar mi memoria iba a ser tan duro y que, con ello, i
NICOLAAlejarme de Bea no es una opción, jamás lo será, y ahora, más que nunca, quiero sacarla de este pozo de mierda, robarla a ella, a mi hijo, y esconderlos en una isla apartada del mundo, de todo aquello que los pudiera lastimar, algún día lo haré, lo sé, es un hecho. Respiro profundo, luego de la pequeña discusión con la madre de mi hijo, y de que me viera en uno de mis peores momentos, luego de escuchar que me odia, subí a la terraza a tomar un poco de aire. Ella y Lizabetha están en el mismo eje, ambas piensan que Milenka y Bianca están detrás de todo esto, las pruebas apuntan a que ellas dicen la verdad, Bea no tiene nada a su favor más que cinco de los mejores abogados de Italia, pero ninguno ha hecho algo, y eso se debe a que están allá, sé por Baster, que uno de ellos vendrá para representarla en persona, pero, ¿qué pruebas tiene? Necesito hacer algo para sacarla de esto, lo que sea, y después de devanarme los sesos, llego a una sola conclusión; Milenka. Ella es la única
MILENKASiento que la rabia se extiende por todo mi sistema, es que ni siquiera puedo pensar bien desde que Nicola vino y me dijo toda esa mierda sobre retirar todos los cargos sobre Bea, lo vi en su mirada, él la ama, aún lo hace y eso es lo que me deja un resquemor en el pecho. Lo vi en su mirada, él la ama, la adora, pero lo que más me deja en el hilo de la vida, es que le cree, pueden poner mil pruebas delante de él, pero siempre va a creer en su palabra antes que en la de cualquiera, así que no solo me preparo para lo que se viene en camino, sino, para un enfrentamiento, porque no pienso cortar lo que acabo de iniciar. Aunque si me lo pide y puedo obtener algo a cambio… eso cambia las reglas de mi juego. Estoy tan adentrada en lo que maquino, que no me doy cuenta de que la puerta se abre de par en par. Bianca Hill, entra con su típico aire de grandeza, la odio, ella también me odia, el sentimiento es mutuo, así que sonrío viendo cómo cierra la puerta. —Por el momento debo adm
BASTERMe encargo de que nadie nos moleste, y es por ello que cierro la puerta, me importa una mierda que estemos dentro de la estación de policía, o en el mismo Palacio de la reina de Inglaterra, mi deber es proteger a Bea, se lo prometí a su padre y aunque esta mujer me haga perder la cabeza, no me desvío de mi objetivo. —¿Qué crees que haces? —me desafía con la mirada. Ella es tan exasperante, que pienso en rodear su cuello con mi mano y tal vez matarla, pero rápido descarto esa idea cuando veo en su mirara el miedo y la incertidumbre. —¿Tu lugar no debe estar con Bea? —enarca una ceja llevando sus brazos delante de su pecho, para luego cruzarlos. —No pronuncies su nombre —espeto—. No cuando todo lo que has hecho es hacerle la vida imposible. Frunce los labios, una clara señal de que no soporta que le digan las verdades. —¿Quién te crees que eres para hablarme de ese modo? —puntea con el pie. —Un amigo leal de la mujer que tanto odias. Mis palabras son suficientes para act
BEATRIZEl frío que siento en el cuerpo no se compara con el que hay en el hueco de mi corazón, Nicola no solo no me cree, sino, que está jugando a algo que me hierve la sangre, es decir, no me cree, pero tampoco ayuda y pretende quedarse con Vladimir cuando me encuentro débil, eso es un acto que solo los cobardes llevan a cabo, pero claro, eso débil haberlo sabido. Camino de un lado a otro, Milenka ha ganado, vino a restregarme que ella se lleva la victoria, quisiera regresar al pasado y volver a empezar, desde cero, no se puede, y ahora tengo que enfrentar esto sola, sabía que haber regresado fue un error, uno que estoy pagando caro. Estoy tan adentrada en mis propios pensamientos, que no me doy cuenta siquiera de que la puerta se ha abierto y ha entrado Luca, hasta que su voz armoniosa me saca de mi ensimismamiento. —Bea.Levanto la mirada, ver un rostro familiar y aliado, hace que el corazón me lata al mil. —Luca.Me acerco hasta que mis manos rodean los fríos barrotes que no
NICOLAObservo como se llevan a Bea, la mujer que amo y madre de mi hijo, la impotencia llega con la culpa, me pongo de pie como si de eso sirviera de ayuda para liberarla, no lo es, todo lo contrario, las manos me sudan odio que los policías le pongan una mano encima, no hay más público que nosotros, por ello, giro a ver a Milenka, como medio de salvación. —Detén esto —demando. Sus ojos se enfurecen, pero mantiene la calma. —No, ella debe pagar por… —Haré lo que quieras —digo las palabras que tanto odio moviendo mi cabeza. De soslayo me doy cuenta de que Bea desaparece al tiempo que Luca intenta hablar por teléfono desesperadamente, el juez cruza una mirada cómplice con Bianca, y comprendo que lo que me dijo Lizabetha es real, ellas la odian, y todo es mi culpa. —Nicola, ella debe pagar —Milenka se pone de pie. Sin darme tiempo de hablar o tratar de convencerla, sale de la estancia, no puedo dejar que Bea pase el tiempo en la cárcel, por lo que la sigo, tiro de su brazo cuando