BEATRIZEs arriesgado, lo sé, pero al ver el rostro tan decidido de Ariela, no me queda más opción que aceptar ir con ella, y ahora me encuentro siguiéndole el paso en mi carro, el clima es poco favorecedor, está nublado, pero no creo que llueva, no sé a dónde me lleva, intento llamarle a Lizabetha para que tenga mi ubicación por cualquier cosa, la seguridad de mis hijos es primero. Ariela tiene la misma mirada amenazante de Milenka, temo que pueda hacer algo en contra de mí, por quedarse con Nicola, quien me hace varias llamadas que rechazo, no me apetece hablar con él en estos momentos. Toda duda se esclarece cuando veo que aparca en uno de los restaurantes más costosos de la ciudad, hago lo mismo, cuando baja, me indica con la mirada que la siga, eso hago, llegamos, le susurra algo a la recepcionista que al parecer le dice que ya no hay sitios disponibles en la planta baja, solo en la terraza. Al parecer nadie ha querido subir por temor de que llueva, pero esto será breve, ella
NICOLAEn cuanto cuelgo, después de que Bea me asegura que viene en camino, me siento más tranquilo, al no haberla podido localizar, luego de que me encontrara abrazando a Ariela, sentí que se me escapaba de nuevo de las manos, no quiero que piense cosas erróneas, Ariela ya no es nada en mi vida, y Bea es la única mujer que amo y que necesito en mi vida. Pero por el momento es mejor dejar ese tema de lado, lo que importa ahora, es que Baster y Lizabetha estén a salvo, no me han dado muchos detalles de lo ocurrido, pero algo me dice que tiene que ver con mi hermana, Baster tenía varias teorías sobre ella, y sé muy bien que andaba tras su pista. Camino de un lado a otro, desde lo de Milenka, no he tenido un respiro, tragedia tras tragedia me abraza, lo único que me alivia es saber que mi familia está a salvo, solo espero que nada de esto afecte a Bea y al bebé. —Nicola. Su tierna voz me hace levantar la mirada, la veo caminar hacia mí, envuelve mi cuello con sus brazos y yo me tomo
BIANCALuego de haber chocado contra el auto en el que viajaban Baster y Lizabetha, haciendo que de esta manera se cayeran por un barranco, me dirigí a toda velocidad hacia el granero en el que vivía el maldito mecánico, sabía que debí haberlo matado, de ese modo ahora mismo no tendría esta clase de problemas. Las cosas no siempre salen como uno quiere, pero eso ya tiene que cambiar, estoy cansada de que Bea y sus estúpidos amigos se interpongan en mi camino, no lo voy a permitir, no, esto tiene que acabar de una vez por todas. Para cuando llego, logró localizar a la rata escapando, o al menos eso es lo que intenta, ya que comienza a meter las pocas pertenencias que tiene, a la cajuela de una camioneta con pintura desgastada. Me bajo del auto como alma que lleva al diablo, camino directo a él, saco mi pistola y mi perfecta puntería me permite darle directo a la pierna, este chilla sin saber bien de donde viene el ataque hasta que se da la media vuelta y me mira con ojos llenos de s
BEATRIZSiento que la vida nos está jugando de nuevo mal, esto parece ser una pesadilla interminable, observo de soslayo a Nicola, quien para este punto, parece sentirse impotente, quisiera decir que todos vamos a salir de buena manera de este problema, pero no lo es, algo me da mala espina. Cuando llegamos, nos encontramos con una especie de granero en llamas, Nicola y yo nos bajamos a prisa para evitar que algo malo esté pasando, conforme nos vamos acercando, escuchamos los gritos de un hombre. —¡Auxilio! —grita.Nicola se adelanta y me pide que me quede a las afueras. Eso es lo que hago, cuando de pronto, lo veo adentrarse al granero, doy un paso adelante e intento seguirle el paso, cuando siento un fuerte golpe en la cabeza, mis rodillas caen al suelo, todo me da vueltas. —Nos vamos a divertir, mucho —dice una voz lejana y femenina—. Bea. Levanto la mirada y logro divisar el rostro borroso de Bianca Hill, antes de consumirme en las tinieblas. [...]Poco a poco abro los ojos,
BEATRIZ—¿Nerviosa? Levanto la mirada y observo el reflejo del espejo, la imágen de Byron aparece y ladeo una tierna sonrisa de luna. —Como nunca. Asiente en silencio. —Lo vas a hacer bien. Había pasado un año tres meses, un año entero en el que Nicola y yo hemos reconstruido todo lo que Bianca ha destruido con los años en los que nos mantuvo alejada. Tuvimos una hermosa niña a la que llamamos Leah, en honor a la mujer que siempre me cuidó y que fue como la madre que perdí, aquella mujer que se encargó de llenar los vacíos que me dejaron. En cuanto a Vladimir, bueno, él está encantado con su hermana, es muy protector, y ha crecido tanto también. Nos pudimos haber casado desde antes de que naciera Leah, pero quería que fuera perfecto, y esperar un año más, suponía algo normal. Nicola y Jared se unieron para sacar la empresa a flote, y Byron los observa desde lejos, al parecer conoció a una mujer que lo ayuda a mantener los pies sobre la tierra; Alicia Stan. Es amable, cariñosa,
Ella es pasión desenfrenada, y él, la chispa que le da fuego a su existencia. Las cosas iban bien entre los dos, teníamos algo hasta que un compromiso del pasado arruinó todo, Jared me lo hubiera dicho antes, no lo hizo, y con la mentira vinieron grandes desgracias. El secreto salió a la luz, mi divorcio con Luka fue todo un escándalo, lo hice para estar al lado del hombre del que me he enamorado, sin embargo, llegó otra mujer argumentando ser su prometida, mandando todo así, por la borda. No confío en ella, mucho menos en él, ¿lo peor? Estoy embarazada y tengo que alejarme de Jared, antes de que me destruya como lo hizo cierto hombre que pertenece a mi pasado. (Historia de Jared Hill y Anastasia Ferrer)
ANASTASIA5 AÑOS DE EDADCorro hacia uno de los costados de la oficina de papá, me escondo debajo del escritorio y doblo las rodillas para pegarlas a mi pecho, respiro profundo, sé que no debo estar aquí, pero la curiosidad es una poderosa arma cuando se sabe usar, en mi caso, es mi debilidad. He sido criada como la hija única del gran magnate millonario Daniel Ferrer, por ende, única heredera, hay noches como estas en las que me escabullo para escuchar conversaciones de los adultos, a mi corta edad sé que muchos piensan que el dinero lo es todo, pero mi tío Marco Antonio me ha enseñado que los secretos son más valiosos que el oro. Ya que con ellos puedes manipular y aniquilar a tu enemigo, pero se debe tener cierto cuidado con ellos, porque hay dos clases de secretos, los que te sirven como arma letal, y los que te hacen invencibles, mi tío dice que los últimos son los mejores. Papá y mamá hablan de emparejarme con el hijo de uno de sus amigos socios, un tal Luka Massimo, se escr
ANASTASIALlegó el día, por fin, estoy terminando de firmar los documentos que le van a entregar la libertad a Luca para que pueda estar al lado del hombre que ama; Martín. La tinta se desliza con facilidad sobre el papel blanco hasta que finalmente terminamos. —Muy bien, señor y señora, ambos han quedado divorciados oficialmente —nos dice el juez—. Felicidades. Asiento y recibo con un inmenso cariño el abrazo que me da Luca. —Sabes que te amo, princesa —me susurra al oído—. Demasiado. —Y yo a ti —le doy un fuerte beso en la mejilla—. Fue un placer haber vivido esta aventura contigo, creo que no podría tener, jamás, mejor marido que tú. —Opino lo mismo —acuna mi mejilla con su mano—. El hombre que se case contigo, va a encontrarse con un verdadero tesoro. Mi corazón se infla de felicidad, porque tengo la sincera sospecha de que ya he encontrado a esa persona especial, nos volvemos a abrazar, Luca decidió que Martín se quedara, para evitar que el escándalo fuera más grande de lo