BEATRIZNo sé qué es lo que siento en estos momentos, porque la verdad es que el aire se me comprime en los pulmones, las palabras que leo una y otra vez, en cuestión de segundos, se me clavan en el pecho como puñal envenenado, me obligo a tomar una larga bocanada de aire mientras mi cerebro trata de darle un nuevo sentido a las palabras. Sí, estoy consciente de que fueron pareja, solo no sabía que habían intercambiado números, Nicola me aseguro que no habían mantenido ninguna clase de contacto con ella desde hace años, desde que ella lo engañó y luego me conoció, la pregunta aquí es saber por qué ahora regresó. No estoy segura de nada, pero algo me dice que Bianca tuvo algo que ver con eso, de cualquier modo, me sorprende que Nicola no haya vuelto por su móvil o que simplemente no me llamara para que se lo llevara, puede que algún socio se comunique con él, por ello, lo tomo entre mis manos temblorosas y decido llevárselo personalmente. No me quiero formar telarañas en la cabeza,
LIZABETHANo entiendo cuál es el afán de Baster con que lo acompañe a un lugar del que no me quiere decir nada. Desde que se siente mi dueño, y desde que me ha follado en la fiesta de cumpleaños de Nicola, se siente más mi dueño y yo acorralada, aunque una parte de mí no quiere aceptarlo. —¿Y por qué tengo que ir yo? —me cruzo de brazos sobre la base de las escaleras. Detengo mi paso, solo vino a mi casa hace dos horas, se metió en mi cama, me despertó con una follada bestial y luego me obligó a ducharme con él, me alimentó, literalmente hablando, metió la comida en mi boca de mala gana, y luego me ha obligado a seguirle, pero no pienso ir hasta que me diga qué es lo que se trae en manos. —Vamos, no puede ser tan difícil decirme —bufo, cansada de tanto misterio. Sus ojos me detallan el cuerpo y quiero mandarlo a la mierda, pero me callo el comentario que muero por lanzar al aire. —No es nada —dice lento. Me habla como si fuera una retrasada o algo por el estilo. —Si no fuera na
BEATRIZEs arriesgado, lo sé, pero al ver el rostro tan decidido de Ariela, no me queda más opción que aceptar ir con ella, y ahora me encuentro siguiéndole el paso en mi carro, el clima es poco favorecedor, está nublado, pero no creo que llueva, no sé a dónde me lleva, intento llamarle a Lizabetha para que tenga mi ubicación por cualquier cosa, la seguridad de mis hijos es primero. Ariela tiene la misma mirada amenazante de Milenka, temo que pueda hacer algo en contra de mí, por quedarse con Nicola, quien me hace varias llamadas que rechazo, no me apetece hablar con él en estos momentos. Toda duda se esclarece cuando veo que aparca en uno de los restaurantes más costosos de la ciudad, hago lo mismo, cuando baja, me indica con la mirada que la siga, eso hago, llegamos, le susurra algo a la recepcionista que al parecer le dice que ya no hay sitios disponibles en la planta baja, solo en la terraza. Al parecer nadie ha querido subir por temor de que llueva, pero esto será breve, ella
NICOLAEn cuanto cuelgo, después de que Bea me asegura que viene en camino, me siento más tranquilo, al no haberla podido localizar, luego de que me encontrara abrazando a Ariela, sentí que se me escapaba de nuevo de las manos, no quiero que piense cosas erróneas, Ariela ya no es nada en mi vida, y Bea es la única mujer que amo y que necesito en mi vida. Pero por el momento es mejor dejar ese tema de lado, lo que importa ahora, es que Baster y Lizabetha estén a salvo, no me han dado muchos detalles de lo ocurrido, pero algo me dice que tiene que ver con mi hermana, Baster tenía varias teorías sobre ella, y sé muy bien que andaba tras su pista. Camino de un lado a otro, desde lo de Milenka, no he tenido un respiro, tragedia tras tragedia me abraza, lo único que me alivia es saber que mi familia está a salvo, solo espero que nada de esto afecte a Bea y al bebé. —Nicola. Su tierna voz me hace levantar la mirada, la veo caminar hacia mí, envuelve mi cuello con sus brazos y yo me tomo
BIANCALuego de haber chocado contra el auto en el que viajaban Baster y Lizabetha, haciendo que de esta manera se cayeran por un barranco, me dirigí a toda velocidad hacia el granero en el que vivía el maldito mecánico, sabía que debí haberlo matado, de ese modo ahora mismo no tendría esta clase de problemas. Las cosas no siempre salen como uno quiere, pero eso ya tiene que cambiar, estoy cansada de que Bea y sus estúpidos amigos se interpongan en mi camino, no lo voy a permitir, no, esto tiene que acabar de una vez por todas. Para cuando llego, logró localizar a la rata escapando, o al menos eso es lo que intenta, ya que comienza a meter las pocas pertenencias que tiene, a la cajuela de una camioneta con pintura desgastada. Me bajo del auto como alma que lleva al diablo, camino directo a él, saco mi pistola y mi perfecta puntería me permite darle directo a la pierna, este chilla sin saber bien de donde viene el ataque hasta que se da la media vuelta y me mira con ojos llenos de s
BEATRIZSiento que la vida nos está jugando de nuevo mal, esto parece ser una pesadilla interminable, observo de soslayo a Nicola, quien para este punto, parece sentirse impotente, quisiera decir que todos vamos a salir de buena manera de este problema, pero no lo es, algo me da mala espina. Cuando llegamos, nos encontramos con una especie de granero en llamas, Nicola y yo nos bajamos a prisa para evitar que algo malo esté pasando, conforme nos vamos acercando, escuchamos los gritos de un hombre. —¡Auxilio! —grita.Nicola se adelanta y me pide que me quede a las afueras. Eso es lo que hago, cuando de pronto, lo veo adentrarse al granero, doy un paso adelante e intento seguirle el paso, cuando siento un fuerte golpe en la cabeza, mis rodillas caen al suelo, todo me da vueltas. —Nos vamos a divertir, mucho —dice una voz lejana y femenina—. Bea. Levanto la mirada y logro divisar el rostro borroso de Bianca Hill, antes de consumirme en las tinieblas. [...]Poco a poco abro los ojos,
BEATRIZ—¿Nerviosa? Levanto la mirada y observo el reflejo del espejo, la imágen de Byron aparece y ladeo una tierna sonrisa de luna. —Como nunca. Asiente en silencio. —Lo vas a hacer bien. Había pasado un año tres meses, un año entero en el que Nicola y yo hemos reconstruido todo lo que Bianca ha destruido con los años en los que nos mantuvo alejada. Tuvimos una hermosa niña a la que llamamos Leah, en honor a la mujer que siempre me cuidó y que fue como la madre que perdí, aquella mujer que se encargó de llenar los vacíos que me dejaron. En cuanto a Vladimir, bueno, él está encantado con su hermana, es muy protector, y ha crecido tanto también. Nos pudimos haber casado desde antes de que naciera Leah, pero quería que fuera perfecto, y esperar un año más, suponía algo normal. Nicola y Jared se unieron para sacar la empresa a flote, y Byron los observa desde lejos, al parecer conoció a una mujer que lo ayuda a mantener los pies sobre la tierra; Alicia Stan. Es amable, cariñosa,
Ella es pasión desenfrenada, y él, la chispa que le da fuego a su existencia. Las cosas iban bien entre los dos, teníamos algo hasta que un compromiso del pasado arruinó todo, Jared me lo hubiera dicho antes, no lo hizo, y con la mentira vinieron grandes desgracias. El secreto salió a la luz, mi divorcio con Luka fue todo un escándalo, lo hice para estar al lado del hombre del que me he enamorado, sin embargo, llegó otra mujer argumentando ser su prometida, mandando todo así, por la borda. No confío en ella, mucho menos en él, ¿lo peor? Estoy embarazada y tengo que alejarme de Jared, antes de que me destruya como lo hizo cierto hombre que pertenece a mi pasado. (Historia de Jared Hill y Anastasia Ferrer)