LIZABETHAEl agua rodea mi cuerpo, siento que mis pulmones se comprimen por la falta de oxígeno, pero eso es algo que no me interesa en estos momentos. Solo quiero desaparecer, son tantas cosas las que hay en mi mente, así como la cantidad de responsabilidad que dejó mi padre al morir en aquel accidente. La cosa está en que ni siquiera me importa, es decir, no siento su ausencia, el dolor al saber que jamás los voy a ver, fueron muchos años de maltrato y he llegado a un punto en el que ya sus rostros comienzan a desaparecer dentro de mi mente, es como si ni siquiera tuvieran el espacio o la fortuna de llegar a convertirse en recuerdos. No sé si eso me hace ser una mala persona, pero la libertad me invade y de lo que si estoy completamente segura, es de disfrutar la libertad que ahora tengo, no hace falta que me esconda dentro de la casa como un ratón asustado, temeroso de hacer algo mal y que me encierren. Ahora hago lo que quiero, sin presiones y sin que me reprochen. No los quis
BASTERCuando vi a Lizabetha, cerca de Jared Hill, mi vista se volvió roja, no sé lo que quiero, tampoco si esto es amor, pero odio la idea de que esté con otro hombre, el que solo alguien más la toque, saca toda la mierda de mi pecho y me convierto en alguien que no me gusta, pero que está en mi naturaleza. Se atrevió a desafiarme, ahora debe atenerse a las consecuencias de sus actos infantiles. Esperé hasta que Jared se fuera, luego, a que ella tomara confianza de su soledad. Verla flotando sobre el agua, fue como ver a una ninfa, algo irreal, pero hermoso, pertenezco a la mafia italiana, y he follado a muchas mujeres, unas por gusto, otras por negocio, como lo fue Milenka, pero con Lizabetha es diferente. Pensé que me cansaría luego de follarla, sin embargo, al darme cuenta de que era virgen, la primera vez que la follé, se despertó en mí una vena posesiva, desde ese momento estoy enfadada con ella. Se ha vuelto adictiva. Y ahora, la tengo acorralada contra las escaleras, lueg
BEATRIZMiro la hora del reloj, estoy a dos horas de asistir a una fiesta a la que pese a haber sido invitada, me siento como una intrusa, extraño esos años atrás en los que era y me sentía parte de la familia, pero en aquel entonces era la novia de Nicola, ahora, no estoy segura de lo que somos, solo sé que estoy embarazada, un segundo bebé del hombre al que amo. Y eso me pone más de nervios, así que trato de poner mis propiedades en orden, y la primera es mantener a mis hijos a salvo de todo, y sigue en pie la investigación de Leah. Eso es algo que no voy a dejar de lado, a más, está el hecho de la amenaza. Me retuerzo los dedos con ansias, hasta que la puerta se abre de par en par y entra Lizabetha, con un vestido azul marino de noche, abierto por el lado de la pierna y con un escote de infarto, su cabello oscuro recogido en un moño alto, dejando sueltos un par de tirabuzones. Sus ojos azules hacen contraste claro con su atuendo, es hermosa, desde que la conocí, supe que su bel
NICOLANo dejo de ver a Bea, en cuanto llega, es difícil no hacerlo, en especial porque está en su naturaleza, es su propio brillo, bien pude haberme acercado a ella, no lo hice, y eso es porque quise admirarla desde un principio, quise matar también a muchos hombres que la capturaron con la mirada. Muchos de ellos la follaban, llegó del brazo de Baster, quien a su vez hacía lo mismo que yo, pero con los tipos que se comían en silencio, a Lizabetha. Él podrá decir o esconder lo que sea, pero lo que sí es seguro, es que ellos tienen lo mismo que Bea y yo. Ladeo una sonrisa cuando observo que me busca con la mirada, algo que sin duda me pone la polla dura, no importa cuántos hombres la miren, o cuántos deseen meterle el miembro en el coño, ella tiene algo mío, y eso es aparte de mi corazón, mi bebé, ella carga a mi bebé en su vientre. Dos cadenas que la atan a mí hasta la eternidad. Debo admitir que ese fue uno de los motivos por los cuales vaciaba toda mi semilla en su interior, er
BEATRIZNo sé cómo sentirme al respecto, es como estar entre la espada y la pared, en cuanto veo como Byron saluda a la chica pelirroja, de un modo cariñoso, me hace pensar en que es bienvenida en su familia. —¡Pero si es el hombre más guapo del mundo! —exclama con euforia. Trago grueso, observo que ella le da un beso en la mejilla y Byron le sonríe de oreja a oreja, estoy tan metida en cómo actúan, que me olvido por completo de Nicola, hasta que siento su mirada penetrante. Nuestros ojos se anclan y rápidamente aparto mi atención de él, retrocedo un paso con la intención de marcharme, pero Byron parece acordarse de mi presencia y me toma del brazo. —Ariela, te presento a Bea —dice con orgullo—. La madre de los hijos de Nicola. Siento que las mejillas se me calientan, los ojos grises de Ariela me observan como si quisiera atravesar mi alma, un brillo lleno de malicia se fija en ella y sonríe, pero es falsa, lo puedo notar. —Un placer, mi nombre es Ariela Waber, y soy la ex novi
LIZABETHAVenir a esta fiesta no me apetecía, desde el principio, nada personal con Nicola, pero lo cierto es que solo vine para demostrarle a Baster que no soy de él y que no puede venir y sentirse mi dueño solo porque me quitó la virginidad. Y ahora estoy aquí, mirando a todos lados para evitar que me encuentre, no soy tonta, dejé a Bea para que Nicola pudiera hablar con ella, y así fue, por lo que me escabullí, y ahora, me encuentro escondida dentro de la biblioteca, me aseguré que no pudiera encontrarme. Si es que me quiere, tendrá que luchar, no pienso dejarle las cosas tan fáciles. Respiro hondo, siento que el aire me falta, cuento los minutos, y estoy a nada de salir para darle una lección a Baster, cuando al retroceder, choco contra algo duro. —Joder.Una voz masculina hace que mis mejillas se calienten. —Lo siento… Me doy la media vuelta y me encuentro con un rubio de ojos azules, alto y bien parecido, Eithan Crofs, amigo de la familia Hill. Lo sé porque cuando Nicola es
LIZABETHAEstoy dolida, esa es la palabra correcta, tanto, que siento que el aire me falta en los pulmones cuando Eithan me besa con desenfreno, en cuanto las palabras se deslizaron de mis labios, le pedí que me follara, y que lo hiciera bien, si Baster puede y quiere follarse a otra, que lo haga, yo puedo hacer lo mismo. O al menos eso es lo que pienso en este momento, entramos a una de las habitaciones de huéspedes, sus besos son frenéticos, ansiosos, como si hubiese esperado tanto por este momento. —Eres hermosa, Lizabetha —ronronea a mi oído. Sello mis labios, la verdad es que hablar no sería buena idea, no cuando me siento a punto de hacer un enorme sacrificio. Tomo una bocanada de aire, cierra con pestillo y yo me dedico a tomar su rostro con ambas manos. Haciendo un enorme esfuerzo por besarlo de vuelta, al principio le cuesta trabajo, pero luego recuerdo y vienen a mi mente las imágenes de Baster, agarrando a la morena, luego de amenazarme con llevársela a la cama, y la r
BEATRIZTodo sucede demasiado rápido, quisiera decir que me encuentro dentro de una película de terror, pero me estaría engañando y de eso ya estoy cansada, cuando veo a Nicola como loco, abalanzándose sobre el tipo que me importa poco, creo que las náuseas me vienen a la garganta. No dura mucho, ya que Byron y Jared los separan a los dos. Los ojos del padre de mi hijo son como los de un toro embravecido, su pecho sube y baja debido al subidón de adrenalina, quiero detenerlo, pero sé que todo sería en vano, ya que mi fuerza no se compara con la de él. —¡Detente! —brama Byron. Su rostro furioso hace que Nicola aparte la atención del hombre al que quiere eliminar, y luego me mira. La gente a nuestro alrededor murmura, retrocedo con las piernas débiles al punto en el que me sostengo de uno de los barandales cercanos a las escaleras. —¡No te vuelvas a acercar a mi mujer! —exclama lleno de rabia, Nicola. —No es tuya… Suficiente, decido caminar hacia lo que es la Biblioteca, el revue