Vanesa estaba fascinada con la idea de volver a ver a su amado Fernando, en ningún momento pensó que podría ser una trampa, ya que muchas veces habían hablado de hacer un viaje así. _ ¿Cuéntame Fernando, que conociste de aquí hasta ahora? _ le dijo mirándolo fijamente. En realidad casi no había salido del hotel, solo un par de veces concurrió a la mansión en donde estaban Anna y Alonso y eso había sido todo. _ Te soy sincero, muy poco. Resulta que llegué con un gran malestar estomacal, así que... posiblemente mañana salga a recorrer la ciudad como Dios manda, pero lo poco que he conocido, me ha encantado _ le dijo sonriendo. Ella se acercó más a él, tanto que a Fernando el perfume de ella le perforaba las fosas nasales. _ Si quieres puedo acompañarte... ¿O hay alguna novia o esposa celosa que pueda impedírtelo? El sonrió sin que se le moviera un pelo. _ No nada de eso, por ahora no.Claro que tenía una, a su querida Blanquita, pero jamás la expondría ante aquella loca que casi
Anna estaba al tanto de todo y también se preocupó, pero por la integridad emocional de Fernando, así que lo llamó temprano en la mañana. _ Quedáte tranquila, estoy bien _ le dijo Fernando sonriendo_ Además, Peter no me deja ni a sol ni a sombra, hoy haré todo lo que deba hacer y que sea lo que Dios quiera... y que Blanca me perdone por lo que estoy haciendo. Anna apretó los labios. Rogaba que su amiga no diera el grito en el cielo cuando lo supiera. Se despidieron y apenas lo hicieron, Fernando llamó a Vanesa. _ Vaya creí que no me llamarías nunca _ dijo feliz la mujer _ ¿Cuándo quieres que pasé por tí? Hoy hace un hermoso día para dar un paseo. Fernando contó hasta diez y suspiró. _ En una hora... ¿te parece? _ le dijo sin demostrar ningún entusiasmo. _ ¡Perfecto, pasame tu dirección pasaré por ti! _ le dijo Vanesa sin poner atención en el tono del hombre. Apenas cortó la llamada, Fernando miró la píldora que Peter le había dejado. Sin ayuda, esta vez no podría soportar hace
Cuando supo que todo estaba listo, dió un salto de la alegria que sentía. Alonso la escuchó reir y fue corriendo hacia ella. _ ¡La tenemos mi amor!...¡la tenemos! _ dijo abrazando a Alonso mientras este la tomaba en los brazos. _ Mi amor, toda esta espera valió la pena _ le dijo besándola _ Creo que es hora de volver a casa... Anna pensó en los pasos a seguir, harían exactamente lo que habían hecho con Ximena. El plan implementado por Peter había funcionado la primera vez, solo habían cambiado algunos detalles. Ya no se quedarían como habían pensando en un principio, ya que habían visto que Vanesa tenía amistades peligrosas en ese lugar. Asi que decidieron sacarla cuanto antes, no querían ni podían arriesgarse más.Temían que Vanesa se diera cuenta apenas despegara el avión, ya que no irían a Rio, directamente regresarían a su país de origen, era por eso que la esperarían en el aeropuerto y allí llevarían a cabo todo._ Quisiera viajar con ellos _ le dijo Anna cuyo rostro, en ese m
Vanesa fue en su auto en busca de Fernando, habían quedado que ella pasaría por él y de allí irían al aeropuerto juntos. Al hombre los nervios le estaban jugando una mala pasada,pero esta vez solo optó por tomar un té de hierbas para calmar los nervios, se negaba a seguir consumiendo lo que durante todos esos días, Peter le había obligado a tomar para calmarse. Al subir al auto, apenas el chófer arrancó. Ella se volvió hacia él para besarlo. _ Apenas lleguemos al hotel, quiero hacerte el amor... muero por hacerlo _ le dijo ella _ ya no me alcanza solo con los besos. El sonrió. Solo se imaginaba la cara de Vanesa cuando al despertar lo primero que viera, fuera un panorama totalmente distinto al que ella imaginaba. 《Pagarás cada cosa que has hecho, te juro que vas a sufrir mil veces más de lo que sufrieron mi madre y Anna》pensó con satisfacción Fernando quien por primera vez, estaba sintiendo el placer de la venganza. Cuando llegaron, el chófer les ayudó con el equipaje, despidién
Cualquier persona normal en su estado sentiría terror, pero no Vanesa. Ella solo estaba furiosa por haber caído en la vil trampa que le había tendido Fernando. La mujer comenzó a reír de manera sardónica. _ Vaya... hasta pareces alguien importante _ dijo mirando a Anna con burla _ acostarte con Ponce de León te dió frutos. Anna la miró sonriendo y se cruzó de brazos, fue Alonso quien se puso al lado de ella y miró con desprecio a a Vanesa. _ Mi esposa no necesitó acostarse con nadie para llegar donde está_ le dijo Alonso acercándose a la mujer que lo observaba enfurecida _ Esas cosas, solo las hacen quienes desconocen la dignidad. Vanesa sintió que su corazón explotaba de rabia y desprecio._¿Te das cuenta Vanesa? Quisiste matarme y me hiciste tantas cosas por nada... Fernando nunca estuvo conmigo..._ dijo Anna tomándole muy fuerte la barbilla con la mano _ No lograste vencerme, al contrario lo único que lograste fue que me hiciera más fuerte y que en momentos como este, no me ti
Blanca tuvo que armarse de paciencia y escuchar el relato de Fernando sobre los días vividos en San Pablo, con Vanesa. El no iba a mentirle, se arriesgaba a que la joven se enojara con él y lo mandara al diablo. Aún así, prefería eso a ocultarle las cosas. _ Lo siento Blanca. No puedo mentirte. Si quieres terminar la relación, créeme que lo entenderé perfectamente_ le dijo Fernando mirándola a los ojos.Ella respiró hondo y exhaló. _ No entiendo porque ni tú ni Anna quisieron decirme adonde iban _ dijo molesta _ los hubiese apoyado incondicionalmente. _ No quise exponerte. Además, si hubieses sabido lo que yo tenía que hacer... ¿ Habrías aceptado sin decir nada? _ le dijo Fernando con seriedad _ Dime, la verdad...Claro que no le hacía ni pizca de gracia, de que Fernando hubiese tenido que besar a esa fulana, entendía que todo tenía una finalidad, pero aún así sentía celos. Miró hacia otro lado y le respondió._ Bueno no, pero habría hecho un esfuerzo_ le dijo aún molesta.El le
Vanesa estaba aterrada. Durante toda la noche en medio de plena osuridad, oía a las ratas caminar por todos lados, algunas hasta le pasaban por encima de las piernas. Se arrinconó contra la pared, agarrándose las piernas con los brazos y poniendo su cabeza sobre sus rodillas. Había pedido ayuda hasta el cansancio, pero solo escuchaba un silencio atroz._ M*ldita sucia..._ musitó mientras lloraba _ me las vas a pagar.Se estaba muriendo de sed, pero no había agua en el lugar, también se sentía hambrienta pero lo que más le apremiaba era tomar agua._ Por favor_ le rogó a los hombres que estaban en la puerta _ necesito tomar agua._ Lo siento señora, tenemos órdenes de no brindarle nada _ le contestó el otro _ fijese de donde puede conseguir.Ambos hombres soltaron una risa sardónica.Ella se llenó de rabia y comenzó a gritar por la importencia que sentía._ ¡Malditos! ... Los odio ...los odio...¡Me las van a pagar! _ gritaba como una desquiciada golpeando la puerta.Se abrazó así mism
Después de un par de días, parecía que Vanesa, había aprendido la lección o al menos de como comportarse delante de Anna para obtener alimento y agua. No solo tuvo que aprender a limpiar. Otro de sus trabajos fue, que una vez que obtuvo alimentos ella debía cocinarlos para poder comerlos, pero como no sabía, sólo se limitaba a comerlos o muy quemados o crudos. Peter y sus hombres se reían de ella y su situación._ Vaya, hemos hecho muchos trabajos muchachos, pero no tan divertidos como este_ dijo Peter mientras cenaban comida de restaurante que les enviaba su jefa _ Debo confesar que la señora Anna tiene métodos muy innovadores. _ jefe, ayer la mujer no comió casi nada... usted ensució todo apenas había limpiado_ le dijo uno de ellos_ y hoy... bueno. Creo que deberíamos darle algo decente de comer para que no se nos muera. Peter sonrió. El día anterior solo le había dado un pedazo de pan duro, el cual Vanesa se lo comió como si fuese un platillo de primera, cuando le tiró otro ped