A sus espaldas un demonio reclamaba su presencia, la lluvia no calmaba ni un segundo su intensidad, el lobo la mantenía inmóvil y sus ojos le advertían no moverse cuando hacía fuerza para observarlo apenas girando su cabeza .

En el corazón de Kira había crecido la sospecha de que los lobos habían ayudado en el asesinato de su padre, el rey brujo,y si eso era así,estaba obligada a vengarlo.

Todo intento de zafarse de sus brazos fue en vano,sus ojos dorados se hacían más fuertes a medida que el rechazo de ella se hacía más que evidente.

No pensó que el rey de los lobos la encontraría tan rápido o que la buscará siquierq,aunque en realidad no tenía en cuenta los días que había pasado inconsciente, todas las conjeturas que armaba en su cabeza dejaban de lado el hecho de que no sabía que tan lejos la habían mantenido cautiva.

El demonio pronunció por última vez su nombre, alejándose por una dirección contraria a dónde se encontraban el lobo y la bruja, era el momento ideal para desplazarse