《EIZA》Sentada en el sofá del apartamento de mi amiga, en mi acostumbrada soledad, no logro dejar de pensar en Emir. Ultimadamente estoy sintiendo algo por mi jefe, y sé que no está bien. ¿Quién podría sentir algo por mí, especialmente estando embarazada? Un hombre rico, bien vestido, ni siquiera, me presta atención, no me imagino estar a su altura, además las chicas han murmurando cosas de mi y de él, incluso me han humillado cuando estamos solas, en fin, que podría esperar, no a todo mundo le puedo caer bien, por otro lado no debería estar pensando en él. Es difícil imaginar que se fijaría en mí si me conoció en un club; probablemente pensaría lo peor de mí, era una prostituta, me vendí por necesidad, y solo fue una vez, no obstante nada cambia el hecho de ser lo que fui hace unas semanas. Por otra parte no estoy para relaciones en este momento, especialmente en mi estado de embarazo.En la mañana opté por vestirme con un pantalón de Palazzo color negro para maternidad y los convine
《EMIR》Llegó el momento esperado. Ya estamos listos para iniciar la gran fiesta de gala en beneficio de la empresa. Me encontraba preparando mi traje para contrastar con mi apariencia cuando el mayordomo entró en mi habitación con la caja de zapatos nuevos de marca. Los dejó sobre la mesa de cristal. —Necesitara, algo mas Señor.—No, Puedes retirarte —Ordene—Sí, señor —respondió, inclinando ligeramente la cabeza.Al irse el mayordomo, entré al cuarto donde estaba mi armario. Divisaba todo lo que tenía: cientos de trajes en colores oscuros, camisas, pantalones, todo acorde a mi estilo. Busqué una corbata a juego para la ocasión y dejé todo listo sobre la cama. Luego, me dirigí a la bañera, llena de flores aromáticas, para tomar una ducha. Mi mente viajó a mi madre; seguramente ella estaría más que feliz al ver mi progreso, hasta dónde he llegado y mis avances. De repente, sentí una inmensa tristeza al pensar en la manera en que falleció.Moví la cabeza, tratando de borrar cada detall
Eiza.La pasarela había sido un éxito rotundo. La adrenalina aún corría por mis venas, y una sonrisa se dibujaba en mi rostro mientras veía a Emir observar satisfecho el resultado de nuestro arduo trabajo. Me sentía increíblemente emocionada y llena de confianza. Las luces de los reporteros y las cámaras de los periodistas me envolvían en un torbellino de preguntas. Me saludaban y felicitaban, y yo respondía con una mezcla de humildad y orgullo.Después de la última entrevista, decidí dar un paseo por las tiendas cercanas. Me gustó ver a la gente emocionada comprando prendas de la nueva colección, y un grupo de mujeres se acercó para admirar la ropa de maternidad. Todo parecía perfecto.Mientras estaba allí, conversando animadamente con algunos colegas, un hombre desconocido se acercó. Era alto, con un traje caro y un reloj que brillaba con elegancia.—Hermosa y elegante —Expreso acercándose a mi— Eres una de las mejores modelos que han visto mis ojos. Mi nombre es Isaac Orlov— Mencio
《Emir》Ya listos en mi avión privado, nos acomodamos en nuestros asientos mientras nos colocábamos el cinturón. La azafata se acercó preguntando si necesitaríamos alguna bebida.—Vino y frutas —ordené sin quitar la mirada de Eiza, quien lucía nerviosa.—¿Y usted, señorita? —preguntó la azafata, dirigiéndose a Eiza con una sonrisa.—Un café, con galletas, por favor. Gracias —respondió con un leve asentimiento y una sonrisa cortés.—Enseguida regreso —respondió la azafata, devolviendo la sonrisa antes de retirarse.Observé a Eiza detenidamente. Su comportamiento educado y su manera de agradecer, incluso en esta situación, despertaron mi curiosidad.—Veo que eres agradecida. ¿Así eres con todos? —pregunté, deseando conocer más de ella.—Sí, lo he sido desde que aprendí a vivir sola, lejos de mi familia —respondió, su tono era tranquilo pero había una nota de melancolía en su voz. Ella me sonrió, aunque había algo de tristeza detrás de esa sonrisa. —Sin embargo, Emir, agradezco lo que la v
Eiza.Abrí los ojos con nervios a flor de piel. Emir se apartó al ver la llegada de varios invitados al jardín.—Vamos a entrar a la fiesta —sugirió con su habitual impasibilidad. Asentí y caminé detrás de él.El murmullo de anticipación recorrió la sala antes de que un haz de luz iluminara el escenario.El espectáculo que se presentó fue deslumbrante, exhibiendo los más recientes calzados de la compañía Elegance & Stride. Era un despliegue brillante y sofisticado de diseños que capturaba la esencia de la empresa de Alexander. Cada par de zapatos parecía cobrar vida con los movimientos de los modelos que desfilaban con ímpetu, realzando la innovación y el estilo que él había implementado para su marca exclusiva.Admiraba la manera en que las modelos se coordinaban al caminar tan fluidos y elegantes que parecían ángeles.Al finalizar el emocionante desfile, los reporteros se acercaron al CEO Alexander para entrevistarlo. Él, con una sonrisa, respondía a las preguntas de los periodistas
《EIZA 》Miraba las revistas con emoción, fascinada al ver que la colaboración entre la agencia de Alexander y Rockefeller había sido un éxito rotundo. Verme en la primera plana en París era un logro increíble, un hito más en mi carrera como modelo, que jamás imaginé alcanzaría. La vida me había dado la oportunidad de vivir este sueño, y no podía sentirme más agradecida.Hoy era mi último día en la ciudad de las luces, y decidí notificarle a mi jefe que saldría a explorarla antes de partir. Mientras reflexionaba sobre lo que París me había ofrecido, el móvil vibró en mis manos con una llamada entrante. Respiré hondo, un poco nerviosa, y descolgué.—Buenos días, señor —dije con voz suave, aún tratando de equilibrar la sorpresa con la profesionalidad.—Buenos días. Me uniré a ti, nos vemos en unas horas, ¿te parece? —Su voz, siempre tan controlada, me dejó sin palabras por un momento. La propuesta inesperada me tomó por sorpresa.—Está bien, cuando esté lista le mando un mensaje —respondí
EmirLos días habían transcurrido rápidamente. Las ventas habían aumentado inminentemente, y con ello, la necesidad de avanzar en nuevos proyectos. Decidí que era el momento ideal para lanzar la línea de ropa para bebés. Desde que Eiza apareció en las portadas de las revistas más importantes, nuestras cifras no han hecho más que crecer. La colaboración con las tiendas de Alexander ha sido un éxito rotundo, lo que ha fortalecido nuestra posición en el mercado.Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando Melivia, me informó que Eiza quería verme. Solté un suspiro, dejando atrás mis cavilaciones, y le di la orden de que pasara.—Buenos días, Emir —saludó Eiza con un tono cortante.—Buenos días, Eiza. ¿Qué tenemos para hoy? —pregunté sin mirarla, manteniendo mi atención en los gráficos de ventas que tenía frente a mí. Sentía una inquietud en mi interior cada vez que la veía; me atraía su belleza y su presencia me provocaba un deseo latente de mostrarle una parte de mí que rara vez revela
Eiza Sentía que mi corazón quería salirse de mi pecho, retumbando como si me faltara el oxígeno. ¿Cómo era posible que él me llamara para ayudarlo con su aventura? Y lo peor...le pregunto qué siente por mí, o por qué me besó y solo me mira sin responder.Cuando estoy decidida a irme, me jala de la mano y me abraza. Quiero alejarme, pero no puedo. Mi cuerpo anhela sentirlo de esta manera. Miles de pensamientos se agolpan en mi mente. Mi cuerpo vibra, como aquella noche en ese hotel, donde todo fue solo un momento de complacencia.Sin poder evitarlo, sus labios encuentran los míos, su lengua succiona la mía, y empieza a besar mi cuello, mi hombro. Quiero alejarlo, pero mi cuerpo me traiciona; me dejo llevar por cada caricia que me da. No sé qué pensar, pero puedo ver la lujuria en sus ojos. Sería estúpido decir que estuvo con otra, pero... ¿por qué estoy permitiendo esto? Mi cuerpo permite que sienta tantas cosas por él.—Eiza, me encantas, me gustas —comienza a decir, pero lo callo