Capítulo 3: Una noticia importante.

【Niccolò Di Pascuale】

Acabo de terminar de comer un almuerzo en un agradable restaurante italiano en Berlin, necesitaba volver a comer comida de mi país.  Además no dejo de pensar en aquella chica. «Quiero investigarla». Escucho como suena el teléfono que Víctor tienen en su mano sacándome de mis vagos pensamientos.

—Pues, cuéntame cómo es más o menos la mujer que intentas buscar. — prácticamente aparte de que tiene un título como investigador privado.

—Mis razones para ir a ese evento era para conocer futuros socios, para darle más base a mis futuros negocios, para convertir a mayor competencia la empresa familiar, pero, esta vez, en vez de hacer eso, me emborraché y acabé en una habitación prestada. — Le comienzo a relatar mi experiencia en ese lugar y se comienza a reír, lo que me lleva arquear una ceja.

—Entonces, ella era castaña, con ojos verdes con azul, eran muy bonitos, de un metro cincuenta y seis, creo que podría tener entre dieciocho años y veinte años, no sé qué más decirte de ella porque no soy muy bueno con las descripciones y tenía como una marca de nacimiento en la clavícula izquierda cerca del cuello. — Le describo con un tono de frustración.

Porque me gustaría darle más detalles acerca de esa chica, pensé que esa una chica escort especial que daba esos servicios. «Aunque se ha metido tanto en mi corazón que he llegado a esto, a un investigador privado».

Se termina de reír —Bien, bien, eso es suficiente para mí, déjame ver por aquí y… ¡Wow! —Parpadea viendo su móvil para luego dirigirme la mirada asombrado, lo que me lleva de buen ánimo— Niccolò, ¿Esta es la chica de anoche? — Me pregunta levantando su móvil.

Fijo buen mi mirada en la pantalla de su celular y abro muy bien los ojos, sorprendido, siento que mi corazón de un vuelco al presenciar que le ha dado al clavo. Sonrío hasta mostrando los dientes por su buena sorpresa.

—Es muy difícil verte sonreír de esa manera, por lo que te lo diré de una vez, esta chica no es una cualquiera porque es la hija de Alfonzo Dreyfus, es decir, viene de una familia adinerada como la tuya. — Me asevera mientras que se echa para atrás y recostar su espalda contra el espaldar del mueble.

Yo hago lo mismo, me cruzo de brazos y pongo una mano en mi mentón, lo observo animado y mucho más relajado porque se trata de una buena chica para mi familia.

—Sí, se llama Eva Dreyfus, tiene dieciocho años y estaba prometida con un estulto allí, pero, como las noticias viajan como la luz, se separaron ayer, así que tienes el camino libre Niccolò. — Me informa y una sonrisa de toda pillería se pinta en mi rostro.

Agarro la copa de vino y me la llevo a los labios, tomo el tenedor y me termino mi plato que lo había pospuesto, él se sigue riendo mientras que mira su celular.

—Bueno, por favor, no la sigas viendo que es mía. — Le informo receloso, con aires de ser divertido, él asiente y se van calmando los ánimos.

Tomo la servilleta que yace en mi regazo para poderme limpiar los labios y veo que un camarero viene a mí todo nervioso, miro a mi Víctor que está sumergido nuevamente en su móvil, como no presta atención, tendré que ser yo el que tenga que hablar con el camarero. Así que acomodo mi postura y espero a que el camarero venga.

—Señor Di Pascuale tiene una llamada internacional esperándolo. — Parpadeo varias veces antes de fruncir mi ceño.

—Pues, ¿Quién es? —   Inquiero antes de tomar el teléfono que me está ofreciendo el camarero porque posiblemente sea alguien que me quiera amenazar y quisiera ahorrarme eso.

—Es el señor Adel Di Pascuale. — Me acerca más el teléfono y extiendo mi mano para tomarlo y no hacerlo esperar ni un segundo más a mi abuelo. Le agradezco al camarero y veo cómo se va.

—Pronto Abuelo, ¿Qué pasó?, sabes que tengo un número temporal aquí en Alemania, ¿Qué me haces llamando a los restaurantes que voy? — Le comienzo a inundar a mi abuelo de interrogantes con un tomo firme para que sienta que me ha molestado que llame de este modo.

—Niccolò, te llamo de este modo porque lo que te tengo que decir es algo importante y sabes que así se hacía en mis tiempos, te trato como un hombre, deberías de agradecerme eso, porque aún eres un bambino. — Ahora él se ha volteado contra mí, sin cambiar la expresión de indiferencia en mi rostro, tomo la copa de vino que estaba en la mesa y me la llevo hacia mis labios.

—Ese no es el punto nieto mío, si no he escuchado cosas sobre ti… Cosas que me preocupan… — No digo nada porque quiero que me diga para qué me llamó.

—Lo escuché de Alexander que no eras bueno para ser el próximo CEO de la empresa, eso me preocupó bastante porque los demás asentían con sus alegatos, pues te he llamado para darte una solución para que sigas ejerciendo tu puerto de futuro CEO en la empresa. — Exhalo asintiendo mi molestia hacia Alexander, sin haber soltado la copa, bebo otro trago de esta.

Alexander y sus hermanos que en total son tres irresponsables regazzos primos míos que haría lo que fuera por darme mala fama frente a mi abuelo, vengo de una familia muy adinerada y tanto mis primos como mis dos hermanos competimos para la herencia. Pero, a decir verdad, yo soy el mejor nieto de mi abuelo, después vienen mi otros dos hermanos.

—Entonces, abuelo, ¿Cuál es la solución a toda esta desgracia? — Inquiero, se me escapa un poco de sarcasmo en mi tono porque mi abuelo le cree cualquier cosa que dice mi familia sobre ellos mismos.

«Por eso he sido como una especie de oveja negra, ya que soy más serio en ese aspecto».

—La solución es que debes de tener una mujer para poder asentarte y aspirar a su totalidad al puesto. — Declara con mucho apresuro y no digo nada ni cambio mi expresión.

—Pues, abuelo, debo denegar esta propuesta, porque encontré una buena mujer hace poco, por ende, no me interesan otras mujeres. — Le soy claro para que me deje de estar enredando con sus soluciones locas, además que la Eva de anoche no deja de hacerme sentir tanta pasión cada vez que la pienso.

—Ah, muy bien espero que formalices esa relación y que sea una buena mujer que cuide de ti y tus futuros bambinos. — Luego de despedirse de ese modo se carcajea con fuerza y escucho que está bien.

—Muy bien, espero que no te ilusiones y yo, personalmente te llamo más tarde, ciao. — Me despido de mi abuelo de una buena vez y él cuelga. Dejo el teléfono sobre la mesa y paso mi mano por mi bolsillo para buscar mi teléfono, lo desbloqueo y voy hacia una app de noticias que me mantiene informado de lo que está pasando constantemente en el mundo.

Veo que la primera noticia de radio España es que el empresario Alfonzo Dreyfus es el primer sospechoso de una serie de operaciones ilegales que ejercía mediante socios de su empresa.

Al instante levanto los ojos hacia Víctor y él me mira achicando los ojos. No sé sí se me nota en la cara porque de repente he sentido un golpe muy fuerte. «Me siento decepcionado porque ahora no sé para donde moverme ahora con la cuestión de Eva porque no será muy buena candidata después de esta noticia».

—Niccolò, ¿Sucede algo?, de pronto te has puesto pálido. — me connota mi amigo Víctor, respiro para volverme a poner en mis cabales.

—Yo pensaba pasar unos días más en Alemania porque todo lo que tenía que hacer lo hice al llegar, pero, tengo que volver a España lo más pronto posible, no por la familia ni empresa, solo porque quiero asegurarme de algo allá. — Le hago saber a Víctor y él asiente sin hacer más preguntas.

—Creo que ya nos podemos ir. — Le sugiero y él asiente, busca algo en sus bolsillos, saca su billetera y deja una propina al camarero.

Nos levantamos y caminamos hacia la salida de tan cálido restaurante. Eva es la única que en tanto tiempo me hizo volver a sentir tanta pasión y ahora no es digna para mi familia.

Le mando ese mensaje y guardo mi teléfono porque aquí no tengo buena recepción de internet. Me guardo un suspiro y me cruzo de brazos. «No sé, va a quedar así, pienso pelear por esa mujer, por Eva, primero tengo que ir a España lo más pronto posible, creo que tengo un buen plan…».