Al llegar al hospital Lukyan fue puesto en el área de terapia intensiva, donde el paso es restringido así que Lizbeth esperaba en una pequeña sala información sobre él. La familia Volkov llegó y de inmediato notó la presencia de Liz, no disimulan su sorpresa ni desagrado por ella. —¿Usted quién es señorita?— le habló muy formal Demián. —Sss soy Li Liliizbeth, ssoooy la laaa— pensaba que decir. —Déjeme adivinar quién, es la mujer que ha estado entreteniendo a mi nieto— le dijo descortés. Ese comentario la había hecho sentir mal, como si ella fuera una mala mujer para Lukyan. —Soy la novia de Lukyan— mintió para que no la separarán de él. Miró cómo llegaron más personas a verlo, todos parecían ser de su familia, pero todos evitaron hablar con ella y la veían con desagrado. —¿Se piensa quedar aquí?— le dijo una jovencita que parecía de su edad. —Sí, quiero ver qué Lukyan está bien— contestó ella apenada. No podía decirle que ni siquiera sabía que hacer, no tenía a dónde ir pero
Tomados de la mano y dormidos pasaron la noche hasta qué los sueños de Lukyan lo hicieron entrar en shock, Lizbeth despertó al escuchar a las máquinas del hospital sonar alarmas avisando sobre el delicado estado del Alfa. Lizbeth corrió a pedir ayuda y enseguida Zinov acudió a ayudar a su sobrino, le dieron sedantes más fuertes para que pudiera soportar el dolor. Lo que ellos no sabían es que el dolor de Lukyan no es físico, él está sufriendo por sus pesadillas. Las memorias de sus vidas pasadas lo estaban torturando, pues en cada vida siempre perdía a su amada sin importar lo que hiciera ella moría jóven. Pudo recordar las muertes más horribles, las más tristes, las más inesperadas y las veces que él fue inútil al intentar salvarla. Cada vez le resultaba más difícil soportar el dolor, mientras que Lizbeth vuelve a nacer sin recuerdos de sus vidas pasadas él sí puede recordarla. Cuando era niño solía tener muchas pesadillas hasta que su abuelo le pidió a la señora Ivanna que lo ay
Él recibió el abrazo con un sentimiento extraño, le gustaría tenerla entre sus brazos la vida entera pero eso no estaría bien. —Por fin estás conmigo, te tardaste Lukyan— habló susurrando. —Disculpa la tardanza Liz, no volverá a pasar lo prometo— contestó dulcemente besando su mejilla. —Tengo que decirles a todos que ya despertaste— dijo Liz tratando de soltarlo. —No quédate aquí conmigo un momento más y dame otro beso Kroshka— la detuvo de la mano. Se mantuvieron juntos unos minutos más hasta que una enfermera entró a la habitación para aplicarle más medicina a Lukyan, la enfermera luego informó al doctor Zinov y a sus familiares. Todos entraron a la habitación y felizmente vieron como Lukyan estaba recuperado. Él abuelo pidió quedarse a solas con él y todos se lo permitieron, así Liz descansó luego de días de no dormir bien por fin lo haría. —¿Porqué lo hiciste Lukyan?— muy molesto —Liz me dijo que todo pasó en el bosque y que tú eras un lobo, sabes que es muy peligroso most
Mientras tanto Lizbeth había decidido ir a tomar una siesta en una de las camillas del hospital, estaba tan cansada que cayó en un profundo sueño. ***En los sueños de Lizbeth: La cercanía con Lukyan hace más vividos sus recuerdos. Estaba de pie enfrente de una cama especialmente preparada para ella, se sentía algo asustada porque sabía que él vendría por ella. Escuchó pasos acercándose y decidió no mirar, se quedó dando la espalda a la puerta esperando lo peor. —Mmm, hueles muy bien— olfateando detrás de su oreja. Ella se estremeció y no podía ni hablar al sentir la respiración del lobo, estaba resignada pues la habían entregado como sacrificio para el feroz hombre lobo. —¿No hablarás?— le susurro al oído. Solamente cerró sus ojos y apretó los labios por alguna razón el contacto con ese hombre no le desagrada, le parecía familiar su voz y a diferencia de lo que creía él no estaba siendo agresivo. —No te comeré, así que no tienes nada que temer— le dijo mientras la comenzó a be
Cuando Lukyan fue hospitalizado su familia entera se preocupó por él, ahora que está de regreso en casa lo recibirán todos con un festín en casa. —¡Buenos días a todos!— saludaban alegres los lobos más pequeños. —Buen día, siéntense y comportense que hay visitas niños— les ordenó su hermana mayor Irisha. —¡Si!— contestaron juntos obedeciendo. Al ver qué su hermano mayor ya estaba en casa se alegraron mucho y fueron directamente hacia él, se lanzaron hacia sus brazos y llenos de felicidad por tener a Lukyan sano y salvo en casa. —¡Hermano!— abrazándolo —Te extrañamos mucho— casi llorando le decían los 3. Lukyan sólo recibió el abrazo y sonrió, les acariciaba sus cabellos hasta que estuvieran tranquilos. —Hermanitos vengan a presentarse con nuestra visita— les indico Lukyan y los 3 lobitos acataron sin rechistar —Ella es… mi— titubeó al no saber cómo presentarla. —Hola me llamó Liz un gusto— completo ella sonriendo. —Yo soy Yeva, ella es Kira y él es Shura somos los trillizos de
Durante los días en los que Lizbeth había estado perdida su madre y abuela habían dado con el paradero de Yaba, por fin habían llegado al lugar y esperaban contar con su ayuda para encontrar a Lizbeth. Al anochecer trataría de llamar su atención haciendo un ritual mágico característico de su familia, para que Yaba se presentará ante ellas. Todo estaba listo para y comenzaron dibujando con sal la marca de su Clan, se colocaron en el centro y se tomaron de las manos concentrando su poder. Franka corto su mano dejando caer unas gotas de sangre para activar el hechizo de investigación, la sal en el piso comenzó a quemarse, las llamas magicas eran de color azúl y las marcas en sus frentes se hicieron visibles delantando su magia. De la nada una cabaña vieja y con una especie de patas a los costados hizo presencia, al llegar al lugar la cabaña se quedó quieta y apareció una puerta de la cual se asomo una mujer muy anciana. La madre de Lizbeth siguió avanzando hasta llegar enfrente de la
La respiración de los dos se aceleró, sólo se separaban un poco para tomar aire, por instinto Lukyan terminó de destrozar la ropa de Liz para acariciar la tersa piel desnuda de su mujer, a quien le encantó el tacto de las manos de su macho sobre su casta anatomía y no podía ocultarlo. Liz no podía abrir sus ojos estaba muy avergonzada de disfrutar de que él la esté tocando y besando de esa manera, Lukyan miró lo sonrojada que estaba sonrió satisfecho y unió otra vez sus labios para continuar gozando de tenerla para él sólo. Entre más se besaban y más piel recorría el lobo con sus manos el calor en la fuente aumentaba, ella se estaba dejando llevar por lo bien que él la hacía sentir. Él parecía saber bien como hacer que ella disfrutará pues le provocaba sensaciones que de algún modo ya había sentido, así que no le costaba hacerla perderse en el placer y los instintos de ambos se iban descontrolando y las ganas de reclamarse el uno al otro como pareja eran más insoportables. Solo bas
En el instante en que él clavó sus dientes en la piel de su cuello, Lizbeth sintió como si una corriente eléctrica recorriera todo su cuerpo desde la cabeza hasta los pies, provocando a su paso una mezcla extraña de sensaciones y recuerdos que compartía con Lukyan de todas sus vidas anteriores. Aún no entendía bien el lazo pero la hacía sentir feliz, eso la hizo sentir el amor que sentían ambos y la unión tan especial que comparten. La marca le daba la sensación de ser protegida por él, estar unidos como pareja con algo que sólo ellos pueden compartir le encanta y con la unión carnal se sentía amada y deseada por él no podía estar más tranquila y plena. Podía entender lo que Lukyan le había advertido pues la mordida le dolía bastante, pero al mismo tiempo había provocado placer y una satisfacción muy agradable. Como si ella también necesitará ser marcada para poder estar completa y sentirse en paz, el sentimiento era tal que terminó sonriendo y se dejó caer suavemente en los brazos