Suspiro y tomo sus manos, separándolas de mi rostro, separándolo de mí antes de que las cosas se pongan mucho más intensas y pierda completamente el control de mi ser. En momentos como estos, agradezco estar apoyada contra el auto, porque aunque fui entrenada para sobreponerme a todo tipo de situaciones límite y jamás me ha temblado el pulso ni una sola vez, sin que importase el momento o lo que hacía, y aquí me tienen ahora, temblando como una maldita gelatina, a pesar de que hago un enorme esfuerzo para que no se note. Es él, solo él puede ponerme así y me molesta tanto... No me gusta perder el control de mí misma, no es algo fácil de lograr tampoco, y sin embargo, a J.J. no le cuesta nada conseguirlo, y me frustra de sobremanera. Además, no desiste, sin importar lo que le diga, no se da por vencido, sigue insistiendo y ya no sé cómo resistirme. -¿No vas a rendiste, no es así? Sin importar lo que te diga. -Nop, eso no está en mi repertorio, prácticamente ni siquiera en mi vocabul
Cuando llego a la Casa Blanca, el Presidente me intercepta para avisarme que, la que me tiene que retocar la espalda, llegará mañana por la mañana, así que tendré que estar temprano. No pienso decirle que, como las últimas noches, saldré cuando quiera y volveré a la hora que quiera sin que se dé cuenta, no gasto mi tiempo en tonterías, y simplemente asiento retirándome a mi cuarto para revisar algunas cosas. No ceno con ellos, no me interesa, por el contrario, paso el resto de la tarde monitoreando los movimientos de Alexei y revisando las grabaciones de la cámara miniatura que dejé escondida en una esquina de esa oficina. No ha habido mucho movimiento, sin embargo, si mis conjeturas son correctas, su actividad más abundante será cuando la noche haya caído por completo y nadie se percate de ellos accediendo a la fábrica abandonada. Aún hay cosas que no me quedan claras, como la participación del Ken humano en todo esto, porque se ha distanciado mucho desde que lo mandé a volar debid
Suaves círculos son dibujados en mi piel con lentitud, subiendo y bajando con calma por el lateral de mi cuerpo, al tiempo en que siento la cálida respiración del pelinegro en mi cuello. Han pasado varios minutos desde que nos acomodamos aquí, y la verdad sea dicha, es que estamos literalmente perdiendo el tiempo, sin embargo, la cruda realidad es que, en éste momento, eso no me interesa en lo más mínimo. Estoy segura de que jamás lo admitiré en voz alta a nadie, ni siquiera a J.J., mas ahora mismo, en ésta posición, en ésta cama, en ésta casa, y con él rodeándome con su persona desde atrás, me siento mucho más segura y acogida que en cualquier otro lugar en los últimos años. Me permite realmente relajarme, no estar en tensión por lo que sea que pueda ocurrir. Ni siquiera en la cárcel, donde se conocía mi nombre y nadie se atrevía a meterse conmigo de ninguna forma, donde sabía que nadie intentaría nada contra mí porque sabían las consecuencias, me permití a mí misma el bajar la gua
-¿De qué demonios estás hablando? Cuando mis hombres lo sugirieron, dijiste que era un plan estúpido y que no funcionaría.-Porque la situación era otra, ahí solo estaría arriesgada yo, no habría forma de que pudiera ayudarme nadie.-¿Y cuál es la diferencia entonces?-Que ahora que sabemos lo que planean, podemos usar eso en su contra. -¿Y por qué no buscarlos, arrestarlos y ya?-Porque arruinaría la oportunidad de hacer caer todo de una sola vez.-Pero el cumpleaños de mi hija iba a ser cancelado. -No lo haga, sé por qué lo dice, pero si esa fiesta no se da, perderemos otra oportunidad de que todo esto por fin termine. -¿Puedes ser más específica, por favor? Estás frustrándome. -Bien, escuche, esto es así: si tomamos el plan de ellos, pueden llegar a arriesgarse algunos objetos, sin embargo, algo que dijo mi informante tiene razón, hacerles creer que consiguieron su objetivo, ayudará a que se confíen. Rastreadores en los objetos, harán que puedan seguirnos de cerca, pero no pued
Al tercer tono, esa voz que tanto conozco suena del otro lado. -Hola jefa, ¿qué va a ser ésta vez?-Quiero que me consigas un traje de tela elastizada que me tape desde el cuello hasta la mitad de la pierna, pero con los brazos descubiertos hasta los hombros, y que tenga suficiente sujeciones para armas, cartuchos y cuchillos.-Bien, no es algo tan difícil. ¿Para cuando?-Una semana a más tardar, mas tengo que tenerlo antes de la noche del sábado, antes de las ocho, para ser precisa. -Correcto, no es gran cantidad de tiempo, sin embargo, sabe que me gustan los retos. Tengo sus medidas, ¿cambió alguna? El traje de ninjitsu es suelto, no obstante, esto debe ser exacto. -Todo igual, así que usa las que tienes. -Correcto, le aviso en cuanto esté listo. -Avísame cuánto necesitas y te haré tu transferencia junto con tus honorarios. -No hay problema, le aviso en cuanto sepa. ¿Algo más?-No, por ahora, cualquier cambio te diré. -Entonces, será hasta que tenga el traje. Adiós jefa. El
Aún con el vestido en mi brazo, me acerco hasta quedar justo al lado de Alegra, la cual nota que estoy molesta y casi sonríe ante el gesto de los rostros de Jeanet y Alexei. Ella sabe que ya no estaba de buen humor el día de hoy, y que esto solo lo ha empeorado, así que simplemente se acomoda y observa, atenta a si debe intervenir. Sabe que Mailena es una chica con mal carácter, solo que de forma más histérica de lo que la verdadera yo lo es, en su caso, del estilo mimado, no obstante, no puedo cometer homicidio ahora, así que tendré que tener cuidado de no dejarme ver como soy realmente. -¿Qué pasó? ¿Dónde quedó tu arrogancia? Podría jurar que hace solo unos segundos, estabas muy altiva y prepotente, diciendo que no te importa lo que te digan, que harás lo que quieres. -Bu-bueno sí, puedo ha-hacer lo que quiera. -Qué curioso, aparte de zorra regalada, también careces absolutamente de sentido común y decoro.-Eso no es...-¿Qué? ¿Cierto? Por favor, puede que no haya escuchado toda
Mientras limpio y reviso cada arma que voy a utilizar éste sábado, la charla con Alegra vuelve a mi mente y no puedo evitar reírme por lo bajo. Nunca he tenido una amiga como tal, mis relaciones con otras mujeres suelen ser meramente profesionales, como la vampiresa que miente sobre el no querer verme, aunque soy básicamente su único contacto humano y realmente no me odia. La verdad es que se siente raro, y si fuera una chica común, alguien como ella o si realmente fuera Mailena, tenerla conmigo sería agradable, porque ella tiene algunos aspectos de la personalidad que me agradan, como por ejemplo, la lealtad, cosa que valoro mucho. Incluso se espantó y enfureció al saber lo que Alexei había querido hablar conmigo y le costó entender el porqué le permití el "ser mi amigo" luego de lo que me hizo, o bueno, a su verdadera amiga en realidad. En sus propias palabras, ella misma lo hubiera pateado en los huevos si hubiera estado en mi lugar, y aunque no se lo dije, la realidad es que, de
Estaciono frente a la gran puerta de la lujosa casa a la que vengo y sonrío. ¿Qué mejor forma de ocultar al empleado de una operativa, que al hijo de una pareja influyente y con mucho dinero, al cual no le prestan la suficiente atención como para que actúe a sus anchas? Veinte años y muy hábil, un desperdicio encerrado en su casa al cual supe sacarle buen provecho. Me bajo del auto y me encamino hacia la entrada, aunque no necesito siquiera alcanzar el último escalón, para que la doble hoja de madera gigante se abra casi por sí sola. Niego divertida y me adentro en las decoradas paredes, encontrándome con su delgada figura acomodada relajada sobre uno de los grandes sillones del salón de la entrada. -Qué puntual. -Nunca llego tarde, y lo sabes Dylan. -Cierto... Y también sé que no me planeas decir para qué me hiciste el encargo que tengo arriba para ti. -Correcto, ¿me lo muestras? Silenciosamente, él se pone de pie y me guía hacia una de las habitaciones de la planta alta, la cu