Sus palabras me hacen darme cuenta de lo que acabo de decir y siento deseos de golpearme la cabeza contra la mesada de la isla por estúpida. Precisamente sabía que no tenía que haber mencionado siquiera esto, porque ya de por sí, J.J. ha dejado claro que desea acercarse a mí, y ahora básicamente le he confesado que, cuando todo acabe, desapareceré de aquí... Y todo porque su presencia, su compañía, me hace sentir lo suficientemente cómoda como para bajar la guardia. Me siento más estúpida de lo que estoy dispuesta realmente a aceptar, mas eso no lo hace menos cierto, porque sí me siento imbécil. Todo por bocona, ¿y ahora qué se supone que haga? Mis ojos pasan a él, quien me mira todavía a la espera de una respuesta, con un gesto entre estupefacto y absolutamente confundido, como si no pudiese creer lo que acabo de decirle, como si no pudiera caer todavía en lo que acabo de soltar por mi boca, y una vez más, me maldigo internamente. -¿Vas a responderme? ¿Cómo que te vas? ¿De qué
Dicen que, en la vida, quien no arriesga, si bien no pierde, tampoco gana. Yo he arriesgado hasta mi propia vida en montones de oportunidades y, aunque no conozca a J.J. de hace tanto tiempo, eso no cambia mi percepción de él, lo que me ha mostrado de sí mismo y quién es en verdad. Él me está pidiendo que, por una vez, deje todas mis reservas (obviamente, completamente justificadas), y me permita a mí misma, el tomar su mano, una mano amiga que solo busca algo positivo para mí, que solo busca ayudarme. Es un salto de fe, uno muy grande, y como mis instintos me dicen que él es alguien en quien puedo apoyarme, tal y como sus mismas palabras han expresado, decido finalmente aceptar y decido ser completamente honesta, por primera vez en mucho tiempo. -Alguna vez pertenecí a la orden conocida como "La Legión del Lirio Negro", una organización cuasi secreta, conocida por muy pocas personas hoy en día, que (en su momento) se dedicaba a eliminar amenazas a nivel mundial, por decirlo de alg
-Sé que no puedo estar ahí y que se supone que tengo que estar aquí atento a cualquier cosa que esté fuera de lugar o parezca sospechoso, sin embargo, eso no quiere decir que no quiera verte vestida con tu "disfraz de niña mimada". Seguro que te quedará excelente. Su declaración me hace reír y observo el rostro de J.J. en la pantalla, el cual me observa haciendo un puchero mientras yo me dedico a revisar mis armas para hoy. El disfraz del que habla, obviamente es el estúpido vestido para hoy en la noche, el cual está colgado en el armario y no he visto o tocado desde el día que lo compré. Y sí, eso implica que hoy en la noche es la fiesta de cumpleaños y todo el desastre que va a acompañarla, por lo que vengo con la cabeza funcionando a mil, con el cuerpo en tensión por la anticipación, y mis dedos picando por una buena pelea. Sé que tendré que esperar, porque no pasará hasta que me lleven a donde se les ocurra que es buena opción, y aún así, tendré que esperar a que se dé la situa
En cuanto pongo un pie fuera del edificio hacia la zona trasera, donde se está realizando la fiesta, el caos me envuelve. Luces de colores, música de fondo, gente hablando por todos lados entre sí mientras beben y comen de las bandejas que están siendo repartidas por todos los camareros que hay en el lugar. Entre ellos, rápidamente puedo ubicar a, mínimo, cuatro de los hombres que tengo en la lista de los que están dando el golpe, y actúan bastante convincentes en realidad, sonriendo como si en serio disfrutaran de la situación, como si no tuvieran ninguna otra preocupación que dar un buen servicio y ya. Casi me lo creo...Uno incluso pasa justo frente a mí y me ofrece una copa de su bandeja, sonriendo con una amabilidad que, para muchos, parece muy genuina, mas no para alguien que sabe leer el leguaje corporal, y él me está observando como si fuera una presa, porque sabe que pronto tendrán que llevarme también, que recibirán algo valioso a cambio, estoy segura. La tomo y él se reti
-Tiene mucho descaro...-Bueno, la desesperación nos hace actuar como idiotas en ocasiones. No te enojes, más bien, compadécete de ella, porque su mundo se derrumba y no sabe cómo evitarlo o cómo combatirlo.-Hm... es cierto. Supongo que no debería esperarme otra cosa de su parte. Hemos sido "amigas" por bastante tiempo, y sin embargo, nunca dejó de lado ese... -Tranquila, relájate, ya pasó. Ahora, disfrutemos de la fiesta, ¿te parece? -Cierto, después de todo lo que te ha pasado, te mereces relajarte un poco y disfrutar. Después de todo, es tu cumpleaños, deberías gozarlo y no perder tu tiempo con personas que no pueden simplemente alegrarse por ti en lugar de intentar lastimarte.Me río bajo y esa es mi única respuesta, porque aunque ella no lo sepa, casi ha descripto la situación actual de la verdadera Mailena. Ella, en lugar de estar disfrutando de su fiesta de cumpleaños, está encerrada en quién sabe dónde, en una casa de seguridad, completamente aislada de todo para que nadie
¿Por qué tenía que aparecer justo ahora? ¿Qué demonios se supone que haga para poder solventar el maldito problema que ésta estúpida acaba de ponerme entre manos? ¿Estaría muy mal si la mato justo ahora?Alexei nos observa totalmente confundido, y no lo culpo, mas sí que la culpo a ella por arruinarlo todo y la tonta lo nota en cuanto cruza con mis ojos. Puedo ver cómo el color escapa de su rostro cuando entiende mi promesa silenciosa de muerte y que me estoy realmente conteniendo de, ahora mismo, saltar sobre ella y ahorcarla, como mínimo. -¿Qué demonios? Creo que esto explica muchas cosas. -¿En serio? ¿Eso crees?Mi respuesta seca y sarcástica lo hace centrar mi atención en mí, y estoy segura de que también nota que mi humor acaba de volverse casi una nueve de tormenta. Antes de precipitarme y hacer o decir algo que empeore las cosas, respiro profundo y cuento hasta diez, haciendo un gran esfuerzo para eliminar de mi mente todas las escenas donde, una y otra vez, asesino a Mailena
Por extraño que parezca, a pesar de lo que esperaba de ella, Mailena no se desmaya por el miedo, o quizás es eso mismo lo que hace que permanezca tan alerta como un búho. Sea como sea, el terror en sus ojos se muestra claramente, pero su boca permanece silenciada, debido a la cinta que han puesto tanto sobre su boca como en la mía, y en nuestras extremidades, para que no podamos movernos. O bueno, en realidad, para que ella no pueda moverse. Yo no lo hago solo porque eso reventaría mi fachada. Ahora que estamos en el tráiler de un enorme camión, rodeadas de objetos robados y solas, es el momento para intentar planear qué hacer ya que ella está también aquí. El audífono en mi oído no ha sido visto, ya que está insertado dentro del canal auditivo y no en el espacio de la concha del mismo, por lo que, aunque no puedo hablar, la voz de J.J. a través de él se escucha fuerte y clara para mí. -Sí que te debe de haber dolido el tener que fingir semejante escena llorosa, aunque no deja de as
Furiosa, le grito a través de la cinta que cubre mi boca, desesperada porque me escuche y se silencie, pero es tal su ataque, que ni siquiera me mira, sino que choca su cuerpo una y otra vez contra la pared del tráiler casi con desesperación, como si deseara atravesarla y llegar hasta afuera. No ha escuchado nada, no sabe lo que está ocurriendo afuera, y yo tampoco puedo decirle, mas eso no parece importarle en lo más mínimo, ella solo quiere llamar la atención de lo que sea que esté afuera, y eso puede ser muy malo. Si esos policías nos descubren, si consiguen escuchar sus golpes y deciden investigar el interior del camión, una de dos cosas puede pasar: o que realmente entren y los arresten por lo que encontrarían, haciendo que todo el plan se vaya al mismísimo demonio en menos de un segundo, o la segunda opción, ellos matarán a el o los policías que los han detenido, lo que sería un maldito desperdicio, o eso quiero creer. La gente que hace su trabajo, que cumple con lo que debe, n