Y como por arte de magia, Kassia empezó a aparecer en el radar de Alice y se hicieron amigas en tres días. La hermana de Maksym era su viva imagen, podía matarte sin problemas ni remordimientos, pero te hacía agonizar hasta llevarte a tomar la decisión de que le quitaras la vida. Eso solo sucedía si le sacabas el lado malo a la hermana menor.—Vamos a viajar esta noche a Miami. Los vestidos ya lo elegimos con toda la ropa que te compré ayer —le informó la chica—. ¿Alguna vez viajaste a Estados Unidos, Alice?—Nunca he salido de Europa —admitió—. Mi madre no tenía el dinero suficiente para comprarme un boleto de avión y mi padre aunque lo tuviera jamás me lo hubiese permitido.Kassia la miró mientras hacía sus maletas. Ella sanó muy rápido sus heridas, pero jamás escuchó a Nana o a Jack comentar de que se quejara. Sí, Alice era bonita, pero se parecía a las típicas rubias tontas. No, ella no era así. Solo demasiado inocente del mundo exterior. —Iré a hablar con mi hermano sobre tu p
Alice abrió los ojos de manera abrupta y se sentó en la cama para encontrar a su lado a Kassia. Nada tenía sentido para la rubia. Ni siquiera tuvo una oportunidad contra una amante. ¿Para qué su padre le permitió vivir entonces? Una piedra tenía más valor que la supuesta princesa. —¿Te sientes mejor ahora, Alice? —Kassia la sacó de sus pensamientos—. Estamos solas aquí, tranquila.Alice miró alrededor y se dió cuenta de que estaban en una habitación qué no era la de ella.—Ese Kylian... cuando yo era pequeña...—No puedo defendernos, pero puedes estar segura de que ahora estás a salvo —la interrumpió Kassia—. No pude escuchar el resto de la historia porque vine a ayudarte. Te desmayaste por la impresión y preferí...—¿Ustedes hacen eso? ¿Asesinan por dinero? —No son asesinos a sueldo. Probablemente, el papá de Kylian quería probarlo, pero ninguno en la mafia asesina por un sueldo. O sea, lo hacen por cosas grandes y si ellos ven que es necesario —le explicó, levansentándose del sill
El evento había iniciado y el Sacerdocio no tuvo que hacer demasiado para llamar la atención. Todos eran hombres de negocios y sí, la mayoría quería asociarse en los asuntos legales que ellos manejaban. Por supuesto, se sabía que eran de la mafia, pero nadie esperaba meterse con ellos.La sociedad era corrupta y ellos tenían lo mejor de ambos mundos.El único casado era Fabrizio, pero hicieron acto de presencia los hermanos De Santis, junto a sus respectivas parejas.La Cosa Nostra estaba en casa.—Don, es bueno verlo por estos lados —saludó un hombre, llamando la atención de los mafiosos.—Aysel, Alessandra, Emma y Kassia son las responsables de que nosotros estemos aquí —respondió Fabrizio, haciendo sentir incómodo al anfitrión y obligándolo a irse.—Alessa... —Kassia abrazó a su amiga, ignorando los ojos asesinos de todos—, la maternidad te ha sentado bien.—Dereck quería más, pero ya no podemos —se rieron—. Me han contado lo de Maksym...—Ella viene con Kylian —dijo, con un nudo e
Maksym acariciaba las piernas de Alice con cuidado y mucho anhelo. Estaba cegado por el deseo que sentía por la muchacha. Quería estar dentro de ella, hacerle sentir lo que le pasaba en su interior. Sabía que probablemente era pura calentura del momento, pero algo le decía que ella era de él. Alice era perfecta en muchos sentidos y el mafioso quería corromperla.—Yo... —no la dejó hablar, la alzó y la sentó en su regazo mientras le besaba el cuello y acariciaba su pecho.—Alice... —dijo ronco, al no poder sentir sus senos, ella se rió porque el corsé estaba muy bien puesto gracias a Kassia. Se miraron unos segundos antes de continuar, el corazón de la rubia latió con fuerza y no logró descifrar la mirada que le estaba dando Maksym. Si Alice hubiese tenido experiencia anteriormente, tal vez lo supiera, pero nadie en su vida la había tomado en cuenta. Besos, caricias o miradas. Ella no tuvo nunca nada igual. Se estaba guardando para el amor, pero ese nunca tocó su puerta. Ni siquiera h
A Alice le dolía el pecho. No era una mala persona y había convivido muy poco con Maksym, pero eso no quitaba el dolor que se había instalado ahí y le costaba no pensar en él, siendo golpeado. Iban a tener sexo porque se presentó la oportunidad, pero algo estaba pasando en su interior. Ella no tenía experiencia en nada y todo lo que estuviese ligado a sentimientos o emociones, estaban completamente fuera de su conocimiento. Alice solo conocía el ser dejada o reemplazada por otra persona que verdaderamente fuera importante. —Alice —la voz de Aysel llamó su atención—. Debemos esperar a que esto pase. ¿Quieres salir a la playa?Ella se giró y negó con la cabeza. Vió a Ayla y Kassia que estaban en el auto blindado de Fabrizio. —¿Y la otra rubia? Alessandra... —le preguntó, cambiando de tema.—Con su esposo hablando de cualquier tontería —respondió Aysel—. Alessandra está hablando con Dereck. Ya sabes, cosas de la mafia.Alice asintió, pero seguía sintiéndose mal. El recuerdo de lo que
El viaje fue un completo desastre para ambos. Alice conoció Disney, gracias a la benevolencia de Aysel y carisma de Kassia. La última no la estaba pasando para nada bien. Volvieron a casa en completo silencio y cada uno volvió a su rutina normal.Alice no volvió a hablar con ninguno. Se sentía avergonzada y culpaba a sus deseos por permitir que se nublara su cordura. Seguía sin entender que había hecho mal para que Maksym creyera que ella no lo deseaba, pero tampoco iba a enfrentarlo. Suficiente tuvo con la vergüenza de dejarse tocar por un extraño y permitirse cosas que no debía. —Cariño, era cortar las cebollas, no hacer un licuado —la voz de Nana la hizo volver a la realidad, Alice miró la cortadora y el pobre artefacto no tenía rastro de nada.—Lo siento... —se disculpó, la voz de Mak se escuchó a lo lejos, logrando que Alice se pusiera nerviosa y tirara una taza—. No te acerques, Nana. Puedo con esto. El silencio invadió la cocina y la presencia del hombre se sintió. Alice se i
Alice estaba sentada la celda mirando hacia la pared. No iba a darle la cara a ninguno y tampoco le apetecía hablar con alguien. Todos eran unos groseros qué al enterarse de que ella era princesa tomaron un bando y decidieron cambiar su manera de ser. Maksym era un bruto hombre de las cavernas. Decirle y hacerle tantas cosas en cuestión de tres días, Tenía las emociones revueltas y la que más estaba presente en ella, era la vergüenza. Se sentía tan avergonzada por todo lo que había pasado qué necesitaba que la tierra se la tragara. —Alice... —la voz de Kassia resonó en el pequeño espacio—, vine para que me acompañes a comer helado. La rubia se giró y miró a la chica entrar al lugar. Se sintió tonta porque pensó que estaba encerrada y resultó que nunca intentó abrir la puerta.—¿Estás bien? —le dió un lugar en la fría cama de metal—. El aire acondicionado no está tan fuerte, pero la cama si está completamente helada.—No importa. Así dejo de sentir estupideces —ambas sonrieron—. Me
Alice salió de la celda echando humo por la cabeza. Era literalmente imposible, pero fue la mejor manera de hacer la comparación para el sentimiento de ese momento. No podía creer que él tuviera las agallas para decir —me equivoqué—. ¿Qué se supone que hacía ahora con toda la rabia que tenía?La manera en la que Maksym la hizo sentir durante días por sus palabras hirientes, la carcomía por dentro. ¿Cómo es que podía ser tan tonta y aceptar simplemente una disculpa? Sentía que carecía de sentido común. Sí, el noventa por ciento de las veces ella era una hipocondríaca sin remedio, pero cuando no pensaba en que moriría por una enfermedad, utilizaba su cerebro. No le volvería a hablar a nadie y como es que la rabia se le estaba pasando tan pronto si apenas había empezado a odiarlo.Alice desapareció del radar de Maksym por casi tres semanas. En donde él estaba, ella no iba y cada vez que podía, se escondía del mafioso. Maksym sabía el juego que estaba haciendo la rubia y la dejó ser. Más