Hace unos siete años, estábamos mi padre y yo sentados en la sala de estar sin hacer nada. Ese día no había reuniones con gente importante, no había que firmar algún papel con carácter de urgencia y mucho menos había que salir del palacio. Recuerdo claramente ese día, estuvimos hablando de la vida y los pesares que llegamos a padecer algunos seres humanos. Hoy es uno de esos días que no sabes qué hacer contigo. Hoy es uno de esos días dónde quieres mandar todo por el río más cercano. Hoy, simplemente hoy, quieres desaparecer o volver a tu lugar deseado. «Hoy quiero estar sentada con mis padres en la sala de la casa y estar hablando pestes de la vida», pensé, con tristeza. No creo que sea para nada tarde decirles quien soy y aunque ya deben saberlo, sospechado o tal vez imaginado, realmente siento una necesidad de decirlo. También creo que estoy perdiendo la poca cordura que tenía, la confianza y con total seguridad puedo decir que hasta mi rumbo. Pero para empezar dudo mucho de que
Mis padres siempre fueron seres ejemplares en mi vida. Me permitieron crecer y explorar el mundo. Siempre me dijeron que indagara y jamás me quedara con algún tipo de duda, porque más adelante podrían preguntarme sobre el tema que deje pasar. Mi madre me mostró a través de los libros la importancia de la lectura. Nunca me negó su sabiduría y cuando más tenía dudas sobre algún libro, ella con paciencia y total calma me explicaba.A mi padre se le daban muy bien los dichos. Hablabas con él y te salía con algún refrán que le quedaba perfecto a lo que hablábamos. Una de las frases que más hacen ruido en mi mente en estos momentos es: deja quieto al que está quieto. Honestamente he vivido así durante mi vida. He avanzado y he respetado las vivencias y experiencias de las personas. Aunque muchas veces he peleado por un mundo mejor, siempre he mantenido mi posición desde el primer día.Dejar quieto al que está quieto.Aquí en esta dimensión me di cuenta de que mi palabra no importa, que la le
Lloré, lloré y lloré hasta caer dormida.Nunca pensé que podía llorar tanto por tan solo descubrir algo. No he salido de estas cuatro paredes para descubrir que hay más allá de mis narices. No es falta de tiempo y tampoco es falta de determinación porque lo tengo. Tengo el coraje para descubrir, tengo el coraje para indagar, tengo el coraje para preguntar y aprender todo lo que necesito saber, pero hay algo más fuerte que yo y es lo que me detiene.Miedo.Cinco letras que tienen el poder de volverte la vida patas arriba. Cinco letras que te detienen el mundo sin siquiera darte un comodín para elegir. ¿Cuántas cosas no hemos perdido por miedo? Y ¿cuántas veces no intentamos hacer algo por miedo a fallar o tal vez a perder?Mis padres me enseñaron que debía buscar las cosas por mi misma. Me dieron las herramientas para encontrar las respuestas, entonces, ¿qué me detiene? Puedo seguir fácilmente como si nada y de
Había pasado bastante rato desde que Damian nos había dejado solas a Victoria y a mí. Los aullidos del lobo se intensificaron durante algún tiempo e igualmente el murmullo y algunos ruidos extraños. Se supone que estamos en el sótano y no se debe de escuchar nada, pero las cosas aquí se escuchan como si estuviesen pasando en la sala. La niña volvió a dormirse en mi regazo y honestamente no se volvió a mover hasta que la puse en su cuna y decidió dormir plácidamente.Confieso que la nena ronca.Iba a intentar dormir pero la curiosidad se despertó en mí, al ver una linda y hermosa computadora de escritorio encendida. La laptop obviamente estaba sin contraseña. Así que no tuve motivos para recurrir al vandalismo.—Disculpa por invadir tu privacidad, Damian —murmuro, tomando asiento en la silla que había frente el escritorio, muevo el mouse y la foto de Victoria sonriendo, aparece en la pantalla—. Definitivamente eres un áng
Busco el botiquín de primeros auxilios en el baño, casi me golpeo la cabeza con el estante dónde me encontraba buscando. Salgo del baño y me voy de regreso para tratar a Damian y Victoria. Ellos estaban viendo la televisión mientras se reían, me termino de acercar, Damián ve mis manos y alzando una ceja habla.—¿En serio me vas a poner eso para tratar las heridas? —me mira divertido.—¿Tú qué crees, tonto? —lo miro seria, pongo la cajita de primeros auxilios en una mesita y empiezo a sacar las cosas que usaré en él—. Si te duele, por favor, dime por qué no te quiero lastimar.—Esto no es nada, Isa —responde—. Más bien para nosotros es sumamente común todo lo que viste hace rato.—Es común para ustedes —tomo una gasa con alcohol—, pero para mi no lo es —y la paso por una de las heridas—. ¿En serio soy tu mate?Se ríe negando con la cabeza.—No, cariño. Creo que moriría antes de que m
¿Hasta dónde es capaz de llevarte un libro mientras lo estás leyendo? Realmente jamás lo sabremos, pero algo muy claro nos debe quedar, leer te hace libre. Isabella es princesa del país Murachi, una nación muy pequeña del continente europeo, descendiente de un padre latino y una madre italiana.Aunque les costó muchísimo tener un hijo, lograron que una de las criadas les diera en adopción a su hija, pero al no tener sangre real, la están obligando a casarse con el príncipe de Bélgica.Como buena hija y sabiendo su linaje poco aceptable en su familia, decide aceptar el matrimonio que dará frutos en ambos países. Solo le pide a su padre una última noche libre de los deberes reales. Al día siguiente ella enfrentaría su destino y conocería al dichoso príncipe. Sus padres acceden y le permite marcharse del palacio, igualmente ella no iría muy lejos.Isabella va a su refugio favorito.Una biblioteca antigua que había sido su hogar en sus días difíciles como adolescente rebelde. Esa bibliotec
Murachi-Murachi.Palacio de Hope.Noche antes de conocer a su esposo...Isabella.Durante toda mi vida he obedecido a mi familia. No hay palabra que ellos digan al cual yo me oponga. Más que todo porque sé cuál es mi situación. Por eso al saber que debía casarme con un príncipe para poder hacerlos felices y que mi destino fuera diferente, no pude negarme.No diré que no siento un enorme pesar en mi pecho, porque realmente lo siento. Aún soy joven y quiero vivir, pero cuando los deberes reales se asoman, a pesar de no llevar sangre azul, igualmente seré obediente y los haré valer.Mi refugio favorito siempre será la lectura. Siento que mis problemas se hacen pequeños o se van de mi mente cuando empiezo a leer.Gracias a mi querida Tibisay, que me ha cuidado desde que tengo uso de razón, aprendí a leer antes de escribir. Pero no leo cualquier libro clásico que en la escuela te obligan a leer.¡Obviamente no!He leído sobre el amor, el misterio, el suspenso y el terror. No soy fanática de
Oslo-Noruega.Bosque Encantado de Sognsvann.Isabella.Caminé alrededor del bosque o selva durante mucho tiempo. No puedo decir con exactitud si fueron horas, pero me di cuenta de que estaba totalmente perdida porque nada me parecía familiar. Así que decidí sentarme en medio de este horrible lugar a esperar mi preciosa muerte. Aquí es cuando te das cuenta de que todo pudo haber sido mucho mejor que antes. Probablemente si yo me hubiera portado mucho peor que antes, haber respondido y estar contra el matrimonio, darme cuenta de que la vida es eso... vida, y que no tengo siete de esas como los gatos... y sí, tal vez, si yo me hubiera fijado en ser menos obediente y más Isabella, de seguro no estaría aquí muriendo.Para darle un inicio a esto... ¿por qué estoy aquí, en este lugar y en este bosque sentada esperando mi muerte?Que realmente no sé si me moriré de hambre o frío.—Ni siquiera sabes en dónde estás —admite una voz de mujer, haciéndome sobresaltar.Miro hacia los lados intentando