Oslo-Noruega.
Bosque Encantado de Sognsvann.
Isabella.
Caminé alrededor del bosque o selva durante mucho tiempo. No puedo decir con exactitud si fueron horas, pero me di cuenta de que estaba totalmente perdida porque nada me parecía familiar. Así que decidí sentarme en medio de este horrible lugar a esperar mi preciosa muerte. Aquí es cuando te das cuenta de que todo pudo haber sido mucho mejor que antes. Probablemente si yo me hubiera portado mucho peor que antes, haber respondido y estar contra el matrimonio, darme cuenta de que la vida es eso... vida, y que no tengo siete de esas como los gatos... y sí, tal vez, si yo me hubiera fijado en ser menos obediente y más Isabella, de seguro no estaría aquí muriendo.
Para darle un inicio a esto... ¿por qué estoy aquí, en este lugar y en este bosque sentada esperando mi muerte?
Que realmente no sé si me moriré de hambre o frío.
—Ni siquiera sabes en dónde estás —admite una voz de mujer, haciéndome sobresaltar.
Miro hacia los lados intentando no entrar en pánico, pero vamos... mira que no estoy en pánico.
¡Estoy muriendo!
—¿Quién está ahí? —me levanto del suelo, mirando hacia todos los lados—. ¡¿Quién está ahí, responda?! —vuelvo a preguntar asustada.
Por la madre que me parió...
¿Por qué simplemente no me pude quedar dormida en la biblioteca como un ser humano común?
Miro los troncos de los árboles del bosque y solo quiero sentarme a llorar. Y eso es lo que hago. Me siento otra vez en el suelo a llorar. La parte baja de los troncos de los árboles parece una Y, pero en vez de estar derecha, parecen estar boca abajo.
Esperen un momento...
¿En dónde está el libro que me trajo a mi desgracia?
Con desespero y con lágrimas en los ojos empiezo a correr por el bosque buscando el libro. Estúpido libro en miniatura que me absorbió y me trajo hasta aquí. Buscarte es cómo conseguir una relación estable en estos tiempos de crisis.
El sonido de ramas partidas y hojas secas era lo único que se escuchaba mientras yo corría buscando el libro para regresar a casa.
¿Casa? Ja.
Mis padres y la nación completa deben estar con suero por mi desaparición porque no estoy para conocer al príncipe.
—Marili, al fin te encontré —la voz gruesa de un hombre, también me hace sobresaltar.
¿Ahora escucho más voces?
Mi cabeza debe estar jugando una mala partida para crear esas ganas absurdas de asustarme.
—Ulf, estoy aquí —responde, la voz de una mujer que me habló hace un rato.
Me detengo nuevamente y miro hacia los lados.
¿Quién está hablando si no hay personas en este lugar? Aún es de día, pero todo aquí al parecer no le llega el sol.
¿En dónde rayos estoy ahora mismo?
—¡Auxilio! —grito—. ¡Que alguien me ayude, por favor!
Nadie responde…
Silencio…
Frío...
—¡Hay una persona aquí desaparecida por favor! —vuelvo a gritar, me siento en el suelo a llorar—. Por favor, no me dejen aquí...
Con mi rostro enterrado entre mis piernas lloro por no sé cuánto tiempo. Todo lo que escucho a lo lejos son los sonidos de cosas extrañas. Grillos, pájaros y no sé qué otro animal más. La brisa helada hace mi cuerpo titiritar de frío.
Recuerdo que anoche mi Tibi me hizo poner está pijama. Había sido un regalo de su parte por haber inaugurado un refugio para mujeres maltratadas. El pijama es un mono de tela negra y una camiseta grande gris que tiene una luna llena con un hada en el medio.
—La luna es hermosa y hoy se ve mejor —dice, nuevamente la voz de la mujer.
Yo también lo sé, la luna se ve majestuosa y encantadora. Puede iluminar el camino más oscuro y al mirarla, de alguna manera te da paz.
Mamá antes de dormir me contaba muchas historias sobre la luna y el pacto que tenían los licántropos con ella. Mi madre amaba las historias de los lobos y lo admito, en su momento también me gustaron, pero después de enterarme de que había sido adoptada, mi realidad fue otra.
Nada me volvió a importar, solo respirar se me daba genial y lo hacía muy bien.
Mi estómago empieza a rugir por falta de comida, cosa que es muy extraño en mí y lo había olvidado, pero estaba tan sedienta, que mis labios se estaban secando. Saco la cabeza de mis piernas y miro al cielo.
—Esto parece el peor sueño que una persona puede tener —digo, con voz ronca—. Vamos, Isabella. Debemos buscar la fuerza que mamá siempre dijo que tenías para salir de los problemas.
Me levanto nuevamente del suelo y con mis pies descalzos y todos lastimados, vuelvo a emprender mi camino. No me considero una mujer débil, desde pequeña he venido luchando por dejar mi marca en el mundo. He cambiado muchas cosas en mi país. Las mujeres y los niños son los más afectados ante las situaciones graves.
Violaciones.
Asesinatos.
Tráfico de personas.
Explotación de menores.
El reino tuvo muchísimos problemas por mi culpa, pero siempre recibí el apoyo de mis padres por mi lucha. Papá tiene una fundación para ayudar a hombres que son maltratados por las mujeres. El parlamento al recibir la propuesta que presentó ese día, se rieron fuertemente. No podían creer que existían esos casos, solo porque les pareció divertido y lo querían ver caer, lo aprobaron. Al tiempo no podían creer cuántos hombres fueron golpeados y asesinados por sus esposas.
En mi nación defendemos los derechos de todos. Somos defensores de la vida y que todos sean tratados con igualdad. Lamentablemente, aunque muchas veces mis planes sean cambiados, espero que todo lo que una vez hice, deje huella en el corazón de la persona con quién traté.
***
Caminé, caminé, caminé y mil veces más, caminé intentando conseguir el libro, agua o comida.
No hubo una que me saliera bien.
No sé si di vueltas en círculos, pero todo era igual al lugar del cual partí hace rato.
—Hola —la voz de una pequeña niña me sobresalta—, oh, lo siento. No quería asustarte de esa manera.
—No te preocupes, cariño —respondo.
La niña me estudió de arriba hacia abajo y puedo decir que pareciera que olfateaba el aire.
—Es peligroso estar en este lugar tan frío y tenebroso —comenta—. ¿Quieres que me quede contigo? Mi familia está un poco ocupada en este momento y no vendrán hasta terminar la caza.
Frunzo el ceño.
—¿Están cazando aquí? —la niña asiente—. Podían haberme matado... ¿cómo te llamas, bonita?
—Mis padres me han prohibido darle mi información a desconocidos... eres una extraña —rebusca entre sus cosas—. ¿Tienes sed? Parece que tienes problemas con la naturaleza —me mira con sus hermosos ojos color avellana.
Una hermosa niña de tez clara, cabello liso largo. Su mirada es profunda y las arrugas en sus ojos salían cuando sonreía. En algunos momentos me hacía creer que era otra persona.
—¿Marili? —frunzo el ceño—. ¿Quieres que te dé algo? —vuelve a preguntarme la niña.
Abro los ojos con sorpresa y me empiezo a alejar de la niña.
—¿Cómo sabes sobre ese nombre? —la pequeña se ríe, sigo alejándome en el suelo porque no tengo fuerzas en el cuerpo—. ¿Quién es Marili y por qué la confundes conmigo?
—¿No lo sabes? —vuelve a sonreír tiernamente—. Marili es la reina de lo tangible y lo que no es —se intenta acercar, niego con la cabeza para que no lo haga—. Marili es la luna que todos aman. La que ilumina nuestros caminos en la oscuridad. Marili es la mismísima naturaleza. La fauna y la flora, el agua y el fuego… ella lo es todo.
No, no, no...
—Oye, estás equivocada —me resbalo, golpeándo mi codo y haciendo una mueca de dolor le vuelvo a hablar—. Yo no soy esa persona. Mi nombre es Isabella. Estaba en la biblioteca del palacio y no sé cómo, pero ahora estoy aquí —miro un bicho que intentaba subir a mi cuerpo—. ¡No, Dios, no puedo más con esto! —me levanto del suelo rápidamente—. Muchas gracias y de todo corazón, lo siento. Pero no me puedo quedar contigo a esperar a tu familia.
Cuando intento alejarme, la voz gruesa de un hombre me hace dar escalofríos y no poder moverme por algunos segundos.
—¡Ana, deja a esa chica en paz! —voz profunda, fuerte y poco amigable, se escuchó con eco por el bosque.
—Pero es que ella es Marili. ¿No puedes verla todavía? —dice la niña entusiasmada—. La he traído desde muy lejos solo para ti.
—Hada traviesa, vuelve a tu forma normal y regresa a la casa —le responde el hombre, me volteo a ver a la niña—. No debes asustar a los humanos. Habíamos quedado que estás travesuras no las volverías a hacer.
¿Hada?
¡¿Estaba hablando con un hada?!
—Marili, lo siento —la niña me sonríe, dice unas palabras en latín y su cuerpo empieza a cambiar.
—¿Esa cosa se supone que es un hada? —digo, mi corazón late con fuerza, lágrimas empiezan a caer y dando unos pasos hacia atrás, mi espalda golpea con un árbol.
El cuerpo de la niña se transforma en el de una mujer. Su cabello liso llega por su espalda, su tez clara brillaba hermosamente, sus ojos color avellana resaltan con sus pestañas largas. Sus curvas la hicieron ser una mujer llamativa y sexy.
—Marili, lo siento. Yo solo quería hablar contigo —la voz de la niña aún se escuchaba, pero en ese cuerpo extraño.
—Me llamo Isabella, te lo dije desde hace rato —la corrijo—. ¿En dónde estoy y que son ustedes?
Sonríe dulcemente.
—Bienvenida a Noruega, Marili —abro los ojos hasta más no poder—. Me llamo Ana y soy la hermanastra del Alfa de la manada Luna.
¿Alfa?
¿Esto es una broma?
¿Noruega?
El aullido de un perro me sobresalta, la niña me sonríe nuevamente y alumbra el bosque. Empiezo a ver todo borroso, muevo la cabeza intentando recuperar la cordura y que esto sea solo un mal sueño.
—Descansa bonito, Marili —susurra la niña.
El frío se apodera completamente de mi cuerpo y antes de caer al suelo desmayada, alguien me sostiene. Un aroma a naturaleza y a perfume de hombre, se apoderaron de mi aire.
—Al fin estás aquí, mi querida luna —la voz profunda de ese hombre fue lo último que escuché antes de caer dormida en un profundo sueño.
Dejen de decir ese nombre...
¡Soy Isabella!
¡La princesa Isabella!
Manada Luna.Oslo-Noruega.Horas después...Estaba felizmente dormida en una muy deliciosa cama. Voy a admitir que aunque la pereza no me permite abrir los ojos, creo que estoy en el cielo. No puede existir algo tan, pero tan cómodo en esta vida. Probablemente, sí, pero realmente indagar no quiero. Supongo que dormir un poco más no debe ser tan problemático porque sé que mi nana, vendrá en cualquier momento a despertarme de mi plácido sueño Me muevo en la cama sacando un pie fuera de mi cobertor y el frío del aire acondicionado traspasa mi piel haciéndome sentir más a gusto en la cama.Esperen un momento...Estaba arropada completamente porque tengo esa costumbre y realmente el frío era muy fuerte, me quito la cobija como una loca y me siento en la cama, frotando mis ojos y pausadamente los voy abriendo con miedo a encontrar algo que diferente.—¿Qué es este lugar? —murmuro para mí.Miro alrededor de la habitación y claramente, no es la mía. Todo parece muy salvaje. Las paredes son de
Sinceramente he convertido en una persona poco amigable y podría decir hasta irracional. Quisiera decir que no entiendo lo que dicen aquí, pero para mi sorpresa, si lo hago y eso es extraño también. No tengo ni la menor idea de como es posible que entienda noruego. O sea, si por lo menos usaran el inglés para comunicarse conmigo, estaría perfecto, pero no... acá todos hablamos el mismo idioma.¿Por qué dijo que acá es más seguro que en la calle?O sea, sí, es peligroso porque no conozco nada y puedo morirme de hambre en cualquier momento del día, pero no me siento muy segura con ninguno de ellos. Yo respeto los gustos de cada quien, pero por el amor de Dios, este lugar es extraño y la gente parece loca, las conversaciones aparecen de la nada y la mujer de aspecto extraño es otro bonus de locura.Definitivamente esto es un cuento horrible.—Entonces, ¿explícame como mantenemos estas conversaciones? —la voz de una mujer en mi mente, me hace sobresaltar.Fui cambiada de habitación por el
Hace unos siete años, estábamos mi padre y yo sentados en la sala de estar sin hacer nada. Ese día no había reuniones con gente importante, no había que firmar algún papel con carácter de urgencia y mucho menos había que salir del palacio. Recuerdo claramente ese día, estuvimos hablando de la vida y los pesares que llegamos a padecer algunos seres humanos. Hoy es uno de esos días que no sabes qué hacer contigo. Hoy es uno de esos días dónde quieres mandar todo por el río más cercano. Hoy, simplemente hoy, quieres desaparecer o volver a tu lugar deseado. «Hoy quiero estar sentada con mis padres en la sala de la casa y estar hablando pestes de la vida», pensé, con tristeza. No creo que sea para nada tarde decirles quien soy y aunque ya deben saberlo, sospechado o tal vez imaginado, realmente siento una necesidad de decirlo. También creo que estoy perdiendo la poca cordura que tenía, la confianza y con total seguridad puedo decir que hasta mi rumbo. Pero para empezar dudo mucho de que
Mis padres siempre fueron seres ejemplares en mi vida. Me permitieron crecer y explorar el mundo. Siempre me dijeron que indagara y jamás me quedara con algún tipo de duda, porque más adelante podrían preguntarme sobre el tema que deje pasar. Mi madre me mostró a través de los libros la importancia de la lectura. Nunca me negó su sabiduría y cuando más tenía dudas sobre algún libro, ella con paciencia y total calma me explicaba.A mi padre se le daban muy bien los dichos. Hablabas con él y te salía con algún refrán que le quedaba perfecto a lo que hablábamos. Una de las frases que más hacen ruido en mi mente en estos momentos es: deja quieto al que está quieto. Honestamente he vivido así durante mi vida. He avanzado y he respetado las vivencias y experiencias de las personas. Aunque muchas veces he peleado por un mundo mejor, siempre he mantenido mi posición desde el primer día.Dejar quieto al que está quieto.Aquí en esta dimensión me di cuenta de que mi palabra no importa, que la le
Lloré, lloré y lloré hasta caer dormida.Nunca pensé que podía llorar tanto por tan solo descubrir algo. No he salido de estas cuatro paredes para descubrir que hay más allá de mis narices. No es falta de tiempo y tampoco es falta de determinación porque lo tengo. Tengo el coraje para descubrir, tengo el coraje para indagar, tengo el coraje para preguntar y aprender todo lo que necesito saber, pero hay algo más fuerte que yo y es lo que me detiene.Miedo.Cinco letras que tienen el poder de volverte la vida patas arriba. Cinco letras que te detienen el mundo sin siquiera darte un comodín para elegir. ¿Cuántas cosas no hemos perdido por miedo? Y ¿cuántas veces no intentamos hacer algo por miedo a fallar o tal vez a perder?Mis padres me enseñaron que debía buscar las cosas por mi misma. Me dieron las herramientas para encontrar las respuestas, entonces, ¿qué me detiene? Puedo seguir fácilmente como si nada y de
Había pasado bastante rato desde que Damian nos había dejado solas a Victoria y a mí. Los aullidos del lobo se intensificaron durante algún tiempo e igualmente el murmullo y algunos ruidos extraños. Se supone que estamos en el sótano y no se debe de escuchar nada, pero las cosas aquí se escuchan como si estuviesen pasando en la sala. La niña volvió a dormirse en mi regazo y honestamente no se volvió a mover hasta que la puse en su cuna y decidió dormir plácidamente.Confieso que la nena ronca.Iba a intentar dormir pero la curiosidad se despertó en mí, al ver una linda y hermosa computadora de escritorio encendida. La laptop obviamente estaba sin contraseña. Así que no tuve motivos para recurrir al vandalismo.—Disculpa por invadir tu privacidad, Damian —murmuro, tomando asiento en la silla que había frente el escritorio, muevo el mouse y la foto de Victoria sonriendo, aparece en la pantalla—. Definitivamente eres un áng
Busco el botiquín de primeros auxilios en el baño, casi me golpeo la cabeza con el estante dónde me encontraba buscando. Salgo del baño y me voy de regreso para tratar a Damian y Victoria. Ellos estaban viendo la televisión mientras se reían, me termino de acercar, Damián ve mis manos y alzando una ceja habla.—¿En serio me vas a poner eso para tratar las heridas? —me mira divertido.—¿Tú qué crees, tonto? —lo miro seria, pongo la cajita de primeros auxilios en una mesita y empiezo a sacar las cosas que usaré en él—. Si te duele, por favor, dime por qué no te quiero lastimar.—Esto no es nada, Isa —responde—. Más bien para nosotros es sumamente común todo lo que viste hace rato.—Es común para ustedes —tomo una gasa con alcohol—, pero para mi no lo es —y la paso por una de las heridas—. ¿En serio soy tu mate?Se ríe negando con la cabeza.—No, cariño. Creo que moriría antes de que m
¿Hasta dónde es capaz de llevarte un libro mientras lo estás leyendo? Realmente jamás lo sabremos, pero algo muy claro nos debe quedar, leer te hace libre. Isabella es princesa del país Murachi, una nación muy pequeña del continente europeo, descendiente de un padre latino y una madre italiana.Aunque les costó muchísimo tener un hijo, lograron que una de las criadas les diera en adopción a su hija, pero al no tener sangre real, la están obligando a casarse con el príncipe de Bélgica.Como buena hija y sabiendo su linaje poco aceptable en su familia, decide aceptar el matrimonio que dará frutos en ambos países. Solo le pide a su padre una última noche libre de los deberes reales. Al día siguiente ella enfrentaría su destino y conocería al dichoso príncipe. Sus padres acceden y le permite marcharse del palacio, igualmente ella no iría muy lejos.Isabella va a su refugio favorito.Una biblioteca antigua que había sido su hogar en sus días difíciles como adolescente rebelde. Esa bibliotec