Hola queridos lectores. Los capitulos los escribo dia por medio, después de terminar mi trabajo regular (7:00 - 17:00) Y en casa, me espera el trabajo de ser mamá de dos niños pequeños. Puedo entender que les guste mi historia, pero que me digan que me demoro en subir los capitulos o que soy irresponsable, solo hace que no desee continuar escribiendo. Gracias a las chicas que siempre escriben cosas lindas y palabras de apoyo. Por ustedes es que continuo con esta travesía. Y para los demás... si no hay nada bueno que decir, mejor no decirlo. Amor a todos ♥
William Reed.Abrí mucho los ojos, cuando escuché la voz preguntarle al doctor que era lo que había dicho.Él se apartó de la mampara y dejó pasar a los visitantes: Warren, Peter y Parker.Nos miró a ambos y volvió a preguntar: “¿Qué fue lo que dijiste? ¿Cómo es posible que el pelaje de su lobo sea el mismo de mi familia?”Peter intervino diciendo: “¡Oh, m*****a sea! Ahora no es tiempo para eso. ¡Muévete!” —y empujando a Warren hacia un lado, pasó por enfrente de él.Se puso al lado de la cama de Emma, tomó su mano y la besó. Warren se quedó viéndolo en silencio, pero desde aquí podía sentir sus celos.El doctor se aclaró la garganta y dijo: “Príncipe Warren, nuestra alfa, quedó casi al borde de la muerte después de pelear con su padre.”“¡Detente! ¿Dijiste nuestra alfa? ¿Dónde está mi padre?”Él suspiró y dijo: “Muerto. La alfa lo asesinó en una pelea por el título. Ella está…”Warren lo agarró de su ropa y le gritó: “¿Ella está qué?”El médico lo miró con los ojos bien abiertos y el
Emma Spencer.En la soledad de mi mente, me encontraba caminando descalza. Mi inconsciente recreaba diferentes escenarios para visitar: playa, montaña, bosque.Con cada pensamiento que fluía, mi mente me llevaba a un lugar distinto. Desconozco si es un mecanismo de defensa, pero esto hacia la soledad un poco más tolerable.Según recuerdo habían pasado varios días desde mi pelea con Harry, pero no he podido despertar. He escuchado lo que sucede a mi alrededor, pero es como si mi cuerpo simplemente se negara a hacerlo.He intentado, en numerosas ocasiones, conectar con mi cuerpo; sin embargo… sin éxito.Mi mente recreaba en bucle, lo que ocurrió con Harry. Aún sentía su corazón palpitante ralentizarse en mis manos.Por más que intentaba sacudirme el sentimiento de culpa, este no se iba.Aún me atormentaban sus ojos con todas las emociones que lo albergaron en el segundo que entendió que el juego había acabado.Sabía que era necesario. Entendía que era algo que se debía hacer. No obstante
Warren Foster.Fruncí el ceño al entrar en la habitación y ver que no había nadie, excepto un dormido William, tomado de la mano con Emma.¡Carajo! Les dije que la protegieran, pero no había nadie custodiando la puerta. ¡Malditos novatos!Con furia, fluyendo por las venas, salí de la habitación en busca de los guerreros. Los vi que venían caminando perezosamente hacia mi dirección. Probablemente, era cambio de turno.Dejé caer todo mi comando alfa en contra de ellos, gruñéndoles: “¿Por qué m****a no están protegiendo la puerta de su alfa? ¿Y si hubiera entrado Ezra? ¡Qué m****a les pasa, joder!”Los dos guerreros se retorcían en el suelo de dolor. Con un sudor corriendo por sus frentes, uno manejó decir: “Lo… sen…timos… al…fa.”Dejé caer el comando. Los dos hombres jadearon mientras su espalda estaba en contra del suelo. Me acerqué a ellos y les dije: “A la próxima vez que no vea a nadie custodiando la puerta de Emma, les juro que los haré pedazos. ¡Muévanse!”Aturdidos, los dos guerre
Warren Foster.El escuchar hablar a William y verlo tan asustado, nos dio una idea general de lo que verdaderamente estaba pasando por la mente de Emma.Los cuatro nos quedamos viendo por unos segundos sin saber qué decir o hacer. De repente, las máquinas sonaron y Emma comenzó a tener convulsiones.“¡Carajo!” —Grité mientras apretaba el botón rojo, para que vinieran las enfermeras.“¡Emma!” —gritó Parker, sin saber qué hacer.En realidad, ninguno sabía qué hacer. Afortunadamente, la caballería llegó de inmediato.La pusieron de lado y le inyectaron algunos medicamentos para que la convulsión cesara. En cuarenta segundos, Emma estaba otra vez tranquila.“Doc. ¿Qué está pasando?” —Preguntó William.“No lo sé. No debería tener convulsiones y ya debería haber despertado.”“Brown, ¿es posible que las convulsiones sean producto de que Emma se niega a despertar? —le pregunté.El hombre frunció el ceño en señal de confusión. “¿A qué se refiere, alfa?”William se me adelantó y dijo: “Entré a
Emma Spencer.“¿Warren?” —le susurré, como si recién estuviera saliendo de un trance que tenía mi mente nublada.Frunció el ceño, me miró como si no me reconociera y preguntó: “¿Qué le pasó a este lugar?”La poca luz que había en el espacio se apagó, dejándolo en absoluta oscuridad. Con la vista perdida, me susurró: “Hace frío.”Y en ese momento entendí de que mi amado había decidido darse por vencido. Le grité: “¿Warren? ¡Oh, no! Diosa mía, no, por favor… ¡WARREN!”Tiré de él, con las lágrimas saliendo como cascadas. “Por favor, cariño… ¡No me dejes! ¡¡ALGUIEN QUE ME AYUDE!! ¡Warren, quédate conmigo! Pelearé, te juro que no volveré a darme por vencida… ¡Pero quédate a mi lado!”Lo abracé fuerte contra mi pecho, cerré los ojos fuertemente y, siguiendo mi instinto, invoqué todo mi poder, el cual nos llevó a otro lugar… uno cálido, uno que nos juraba bienestar.Desconozco cuanto tiempo pasó, pero un bip incesante se escuchaba a mi lado. Voces conversaban sobre temas que desconocía… Se m
Emma Spencer.El escuchar la voz de mi pequeña, hizo que el tiempo se ralentizara. Sentí como si todo fuera en cámara lenta.Sus sollozos serían algo que me atormentarían para siempre. No estuve ahí para protegerla.“Cariño, es mami… iré por ti, ¿me escuchaste? Tu papi y yo iremos por ti… resistente cariño. ¡Recuerda lo que aprendiste!”Fue lo único que alcancé a decirle cuando escuché que le quitaron el teléfono.“¿Qué está pasando, Emma? ¿Es Maddie?” —gruñó Peter a mi lado.“¡Dime en este instante quién eres!” —grité desconociendo la voz que salió de mí.“Ya te dije, perra. Quien soy, es irrelevante. Lo que debes saber, es que los guardias que dejaron para su protección fallaron en su tarea…”“¿De qué mierda estás hablando?”“Ah… y tus padres… ja, ja, ja… No puedo esperar a que regreses y veas con tus ojos lo que hice con ellos…”En un segundo sentí que mi vida se fue al carajo… mi hija, mis padres… ¿Quién mierda era este maldito enfermo?“¿Qué es lo que quieres?” —grité de nuevo.“
Peter Bennett.La vida nos había cambiado drásticamente. Lejos se sentían los días en donde nuestro mayor problema, era lograr encontrar a nuestra pareja destinada.Ahora, teníamos que ocuparnos de problemas más importantes: Maddie.Todavía no lograba entender, cómo ese… monstruo, había sido capaz de ingresar a la manada y, sobre todo, dar con el paradero de mi pequeña.¡Es todo tan… extraño! Hemos pasado meses con la guardia de la reina y han demostrado su potencial y poder. Son muy buenos. Por más que intento pensar en ello, no me calza que hayan sido vencidos.Y si pensaba en Martha y Elizabeth, las cuales juntas eran una fuerza de la naturaleza, las probabilidades de ser vencidas eran muy bajas. Por más que lo pensaba, algo olía muy mal.¿Y que el hijo de puta le haya dicho a Emma que espere a ver lo que le hizo a John y Jenny? ¡Cuando la pudieron mantener a salvo por treinta años!No, fue demasiado fácil. ¿Por qué Ezra pudo entrar así de fácil? Y lo que me molesta aún más, es que
Emma Spencer. Con su cara pálida y absolutamente descolocado por la situación en la que estábamos, Warren le susurró a Peter: “¡Es Wilma!” Fruncí el ceño y le dije: “Espera, ¿tu hermana Wilma?” Él asintió en silencio, mientras Peter nos hizo un gesto con el dedo índice para que nos calláramos. “¡Ven acá! Cariño… ¡Déjame sentirte! Hum… ¡Qué buen culo tienes!” —le decía Ezra mientras nosotros escuchábamos detrás de la puerta cómo le palmoteaba el trasero. Honestamente, ninguno de los tres entendía nada. Se suponía que Wilma odiaba a Ezra y quería hacerlo pagar, pero ¿aquí estaba ella a solo unos segundos de ser embestida por él? “Ah – ah – ah… aleja tus garras, Ezra. Tú y yo tenemos asuntos pendientes y si quieres cogerme nuevamente, te sugiero que te sientes y mantén la polla en tus pantalones.” Ahora los tres fruncimos el ceño. Abrí el enlace mental y dije: “¿alguno de ustedes entiende algo? Porque francamente, yo no entiendo nada.” Peter dijo: “Escuchemos de que hablan. No pod